La Marina de EE.UU. no recuperará los barcos retirados del servicio para alcanzar la flota que quiere.



La Armada de Estados Unidos no recuperará los buques fuera de servicio como una forma de hacer crecer su flota hasta alcanzar la cifra que quiere el Pentágono. Los barcos, dados de baja de la Armada después de décadas de servicio, se están oxidando en varios lugares donde se encuentran amarrados. Los dirigentes de la Marina han llegado a la conclusión de que sería demasiado costoso reactivarlos nuevamente, y ofrecerían muy pocas capacidades para que el esfuerzo valga la pena. Según Military.com, el vicealmirante Tom Moore comentó que oficiales de la Armada habían revisado los buques que se encuentran retirados del servicio y concluyeron que simplemente no merecían la pena. No sólo son viejos, sino que algunos han sido canibalizados para mantener los barcos existentes en la flota en funcionamiento. La Armada dice que la flota actual de 288 barcos es demasiado pequeña para las responsabilidades globales del servicio y está buscando aumentar la flota a 355 barcos para la década de 2030.
 
Moore informó a la prensa que la Marina había examinado todos los barcos de la lista de inactivos, en particular las fragatas de misiles guiados de la clase Oliver Hazard Perry, ya retiradas. La clase Perry era una pequeña nave de guerra multipropósito capaz de luchar contra los submarinos y de defenderse contra amenazas antiaéreas. Cada una podía llevar hasta dos helicópteros Seahawk. Las Perrys podrían operar independientemente, pero también podrían viajar como parte de un grupo de batalla de portaaviones, añadiendo capacidad antisubmarina. La Marina construyó 51 fragatas Perry, pero todas están retiradas del servicio. La mayoría de ellas han sido desguazadas, hundidas y convertidas en hábitat de peces y otras  transferidas a los aliados de Estados Unidos. Menos de veinte fragatas están atracadas en muelles apartados en Bremerton, Pearl Harbor y Filadelfia, a la espera de su destino final.

Fragata clase Perry

La Armada estadounidense tiene una larga tradición de mantener los barcos después de dejar el servicio, estacionarlos en zonas tranquilas de las bases de la Armada y dejar que se oxiden silenciosamente. La llamada flota de la “naftalina” se redujo dramáticamente en las últimas dos décadas, de un máximo que llegó a alcanzar varios cientos de barcos después de la Guerra Fría hasta menos de cincuenta en la actualidad. Los barcos se mantienen en reserva para emergencias nacionales, pero en la mayoría de los casos terminan sin hacer nada durante varios años antes de ser desguazados o vendidos en el extranjero. Hay tres fragatas clase Perry en Bremerton más los portaaviones Kitty Hawk e Enterprise, y su edad y coste significan que los portaaviones no volverán al mar. Filadelfia tiene 15 fragatas clase Perry, un par de viejos cruceros de clase Ticonderoga (igual a la imagen de la portada) y un puñado de viejos barcos anfibios. Pearl Harbor tiene tres Perrys, cinco barcos anfibios, y lo que parece ser un par de viejos barcos de apoyo a la flota, probablemente petroleros o barcos de municiones. 

La “flota de naftalina” en el Navy Yard de Filadelfia.

Los Ticonderogas son probablemente los barcos que están siendo más canibalizados, ya que todavía hay aproximadamente 22 versiones más nuevas de los cruceros en servicio. Una mirada a las tres flotas en Google Maps, revela por qué la Marina no devolverá estos barcos al servicio. Hay tanto óxido en algunos de ellos que es visible desde el espacio. Para que estos barcos pudieran volver a estar en servicio activo, la Armada tendría que arreglarlos, añadir comunicaciones y dispositivos electrónicos modernos, y asegurarse de que sean seguros para ser puestos en la mar. Eso podría terminar costando decenas de millones de dólares por barco. Para empeorar las cosas, las fragatas de la clase Perry perdieron sus lanzadores de misiles en la década de 2000 al quedar obsoletas. A menos que los barcos se renovaran con nuevos lanzadores, lo que aumentaría el coste de su reacondicionamiento, el arma más grande en el barco sería el cañón de tiro rápido de 76 milímetros. Las fragatas todavía pueden seguir siendo útiles, enviándolas al fondo del mar durante los ejercicios SINKEX, para que puedan convertirse en hábitat de peces. (Jesús.R.G.)

Fuente: https://www.military.com/ 

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