Japón estudia opciones ante una guerra en la península coreana.

Las autoridades de Japón abordan cuatro escenarios ante un eventual conflicto en la península de Corea y discuten sobre cómo las Fuerzas de Autodefensa podrán responder y apoyar a los aliados en tal guerra, informó el sábado el diario Japan Times. El Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de Japón inició el análisis de las perspectivas de un conflicto militar a gran escala en la península coreana durante una reunión en la que también participó el primer ministro del país, Shinzo Abe. 

Según fuentes oficiales, Tokio ve cuatro escenarios diferentes: Un ataque preventivo estadounidense contra Pyongyang, una invasión de Corea del Sur a Corea del Norte, un ataque con misiles de Pyongyang contra Japón y un inevitable choque de las fuerzas militares surcoreanas y norcoreanas. El Gobierno de Abe —que impulsó una polémica ley en 2015 que permite a los soldados japoneses combatir en el extranjero por primera vez desde la II Guerra Mundial— estudia opciones para involucrar a las Fuerzas de Autodefensa en la protección de Japón y el apoyo militar de EE.UU. en el futuro conflicto con Pyongyang. Los participantes en la reunión acordaron realizar simulaciones de escenarios de guerra y debatieron sobre cuántas tropas estadounidenses adicionales podrían desplegarse en Japón, en caso de un enfrentamiento bélico. En la cita, un funcionario planteó la advertencia de que Corea del Norte podría disparar misiles con cabezas químicas contra Japón. 

El Gobierno nipón aprobó recientemente un incremento del 1,3 por ciento en su presupuesto defensivo por sexto año consecutivo, destinando a esta área unos 45,76 mil millones de dólares, con los cuales tiene previsto adquirir entre otros, misiles SM-3 Block IIA de EE.UU., capaces de interceptar cohetes balísticos, y construir cuatro destructores equipados con el avanzado sistema de radares Aegis. Pyongyang repudió que Japón utilice la supuesta “amenaza” de Corea del Norte para promover sus planes belicistas y consideró que la “retórica repetida a menudo” por las autoridades japonesas suponen un preludio de una nueva invasión contra un país soberano. Japón, y Corea del Sur, con el apoyo de EE.UU., buscan presionar, con todo medio posible, a Corea del Norte para que detenga sus pruebas nucleares y balísticas. Pyongyang, a su vez, defiende su derecho a ensayar misiles diciendo que responde al despliegue de armas estadounidenses y los ejercicios militares de EE.UU. en la península de Corea. (Jesús.R.G.)


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