El gobierno danés ha intensificado su apoyo militar a Ucrania, asignando importantes fondos para la entrega de los obuses autopropulsados de 122 mm 2S1 Gvozdika para reforzar las capacidades de artillería de Ucrania en su lucha en curso contra las fuerzas rusas. Hans Tino Hansen destacó este desarrollo el 21 de enero de 2025, durante un discurso en el que se hace referencia al último informe del gobierno público.
Los detalles de la entrega, incluido el número de obuses, su preparación operacional y el país exacto de origen se han omitido en el informe.
Sin embargo, los precedentes históricos sugieren que estos sistemas de la era soviética podrían provenir de los excedentes de los miembros de la OTAN de Europa Central y Oriental, como la República Checa, Bulgaria o Polonia, todos los cuales han suministrado Gvozdikas a Ucrania.
Esta medida forma parte de un paquete de ayuda global de 8.42.000 millones de más allá de los Gvozdikas, el paquete abarca las armas transferidas directamente de los arsenales militares daneses, programas avanzados de entrenamiento para las tropas ucranianas y la adquisición, actualización y eventual entrega de equipo militar adicional a Kiev.
El 2S1 Gvozdika ha sido un elemento básico de la artillería de diseño soviético, con su pistola principal de 122 mm capaz de lanzar devastadores fuegos indirectos de hasta 15 kilómetros de distancia. El chasis autopropulsado y rastreado del sistema proporciona una movilidad que es crítica para las contraofensivas descentralizadas y fluidas de Ucrania, particularmente en regiones como Donbas y Zaporizhzhia.
Sus capacidades anfibosas también le permiten atravesar ríos y humedales, dando a las fuerzas ucranianas una mayor flexibilidad en los variados terrenos del Frente Oriental.
Lo que sigue sin estar claro es si estos Gvozdikas se han modernizado con sistemas compatibles con la OTAN, como comunicaciones actualizadas, sistemas de control de incendios o mejoras mejoradas de la movilidad. Dada la dependencia del hardware de la era soviética en las cadenas logísticas más antiguas, cualquier mejora podría aumentar significativamente su eficacia y fiabilidad en el combate.
La decisión de financiar y suministrar estos sistemas plantea varias cuestiones estratégicas y geopolíticas clave. La falta de transparencia del informe sobre el origen de Gvozdikas podría insintar negociaciones o limitaciones entre bastidores vinculadas a las políticas nacionales o internacionales del país de origen.
Cómo de hecho pueden las fuerzas ucranianas integrar estos sistemas en su ya diverso arsenal de equipos occidentales y de la era soviética? El poder de fuego adicional será suficiente para contrarrestar las posiciones rusas arraigadas en áreas clave, o esto significa una estrategia más amplia dirigida por la OTAN para saturar las capacidades de artillería de Ucrania?
Si bien la Dinamarca ha sido una de las naciones europeas más proactivas en el apoyo a Ucrania, esta medida se alinea con esfuerzos más amplios para equipar a las fuerzas ucranianas con sistemas occidentales avanzados y plataformas soviéticas probadas. La mezcla refleja una estrategia pragmática que aprovecha la familiaridad existente de Ucrania con los sistemas más antiguos, al tiempo que pasa gradualmente a las normas de la OTAN.
El despliegue de Gvozdikas llega en un momento crítico, con fuerzas rusas supuestamente reforzando sus propias posiciones de artillería en líneas defensivas clave. La artillería ha sido un factor definitorio en este conflicto, y la capacidad de Ucrania para mantener la superioridad del fuego podría dar forma a la trayectoria de las batallas en los próximos meses.
A medida que las naciones europeas aumentan la ayuda militar, este desarrollo subraya una tendencia más amplia: los países de la OTAN confían cada vez más en soluciones creativas de la cadena de suministro, recomponiendo sistemas de la era soviética mientras canalizan miles de millones en esfuerzos de entrenamiento y modernización.
La contribución de Dinamarca, de 8,42 billones de , refleja no sólo su compromiso con la defensa de Ucrania, sino también su papel en la navegación de las complejidades de la ayuda militar en un entorno política y logísticamente desafiante.
El obús autopropulsado 2S1 Gvozdika ha sido un pilar de las fuerzas de artillería soviéticas y postsoviéticas, conocidas por su adaptabilidad, fiabilidad y utilidad de campo de batalla.
Ingresando por primera vez al servicio a principios de la década de 1970, el 2S1 Gvozdika fue diseñado como una plataforma de artillería móvil capaz de entregar soporte indirecto de fuego rápido y preciso a unidades de infantería mecanizadas y motorizadas. Su éxito radica en su equilibrio entre potencia de fuego, movilidad y facilidad de uso, convirtiéndola en una herramienta versátil tanto en operaciones ofensivas como defensivas.
Fuente: https://bulgarianmilitary.com/
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