Clash Report ha publicado un artículo de noticias bastante interesante, que todavía está a la espera de confirmación [en el momento de escribir el artículo]. Según X, el Ministerio de Defensa turco ha enviado una solicitud para adquirir los seis F-35 que se produjeron para Turquía.
El Informe de Choque cita al ministro de Defensa turco, Yasar Goler, quien afirma que Washington ha cambiado su posición y expresa su voluntad de entregarlos. El ministro de Defensa turco, Gler: Actualmente tenemos seis aviones F-35 en Estados Unidos. Ahora que ven que hemos desarrollado la KAAN, su postura ha cambiado, y están expresando su voluntad de entregarlos. Hemos vuelto a presentar nuestra propuesta de adquirir los F-35, dice el post en X by Clash Report.
Turquía fue retirada del programa de aviones de combate F-35 de quinta generación en 2019 tras comprar el sistema ruso de defensa antimisiles S-400, lo que suscitó serias preocupaciones de seguridad entre los socios de la OTAN.
El sistema S-400 está diseñado para rastrear y potencialmente neutralizar aviones occidentales, incluyendo aviones sigilantes como el F-35. Washington argumentó que integrar un sistema de este tipo en la infraestructura de defensa de Turquía podría exponer datos confidenciales del F-35 a la inteligencia rusa, socavando la ventaja tecnológica de Estados Unidos y sus aliados.
A pesar de los intentos de Ankara de asegurar que el S-400 no estaría vinculado a otros sistemas militares, la desconfianza dentro de la Alianza llevó a la exclusión de Turquía del programa, que también aumentó las tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y Turquía.
En este contexto, en julio de este año, según el diario griego Ekathimerini, altos funcionarios estadounidenses ofrecieron a Turquía un compromiso, ya sea para transferir el S-400 a los EE.UU. o trasladarlo a la zona controlada por Estados Unidos en la base aérea de Incirlik.
A cambio, Estados Unidos podría considerar la restauración de la participación de Turquía en el programa F-35.
Sin embargo, esta propuesta se enfrentó a la resistencia de Turquía. Ekathimerini señala que Ankara, aunque no rechazaba del todo la oferta, señaló claramente que no tenía intención de ceder el control sobre el S-400.
Michael Rubin, del American Enterprise Institute, citado por la publicación, destaca que Turquía parece más inclinada a arriesgar tensiones adicionales con Estados Unidos que a renunciar al control sobre el sistema ruso.
Este desarrollo pone de relieve la profunda desconfianza entre los aliados de la OTAN y la apuesta estratégica que Turquía está haciendo con respecto a sus relaciones con Occidente y Moscú.
La cuestión de Turquía S-400 y la posible reincorporación de la participación de Ankara en el programa F-35 siguen congelados en el estancamiento diplomático.
Según informes posteriores de Ekathimerini, fuentes del Ministerio de Defensa turco están evitando confirmar o negar cualquier avance en las negociaciones.
Este silencio coincide con la postura oficial de Ankara de que la compra del S-400 es una cuestión de soberanía nacional, que no es negociable. Turquía sigue sossando que las sanciones y restricciones entre aliados contradicen los principios de la OTAN y socavan la unidad de la Alianza.
Mientras Ankara busca equilibrar sus relaciones estratégicas con Moscú y Occidente, las posiciones de ambas partes sobre estas cuestiones siguen siendo firmes. Estados Unidos insiste en que la eliminación del S-400 del territorio turco es una condición clave para restablecer el acceso al F-35, mientras que Turquía rechaza cualquier compromiso que limite su derecho a establecer sus propias prioridades de defensa.
Con el S-400 en el centro de la disputa, la situación ilustra claramente las profundas divisiones geopolíticas que aún complican las relaciones entre estos importantes aliados de la OTAN.
Si se confirma la noticia del Informe de Choque, lógicamente se podría concluir que Turquía ha aceptado la propuesta de Estados Unidos. Es decir, ha congelado “frozen”el S-400 ruso en suelo turco, que puede haber abierto la puerta para adquirir los seis F-35As. Sin embargo, esto sigue siendo una suposición y especulación.No hay confirmación oficial de tales acciones.
En octubre de este año, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov, expresó claramente su fuerte objeción a cualquier intento de Turquía de transferir el control del sistema S-400 a Estados Unidos.
Lavrov enfatizaba que el contrato para la compra del sistema ruso, firmado en 2017, contiene un certificado especial de usuario final que prohíbe a Turquía transferir o vender el S-400 a terceros sin consentimiento explícito de Rusia.
La postura de Lavrovs fue en respuesta a las propuestas de Washington, que preveían que Turquía renunciara al control del sistema a cambio de la oportunidad de reincorporarse al programa F-35.
Durante la 79 Asamblea General de la ONU, Lavrov volvió a insistir en el carácter vinculante de estos acuerdos internacionales, señalando que cualquier modificación o transferencia del S-400 debe ser aprobada por Rusia.
Según él, los acuerdos con los usuarios finales permiten a Moscú controlar cómo y dónde se utilizan estas tecnologías de defensa, que forma parte de una estrategia más amplia de Rusia para mantener la influencia sobre el mercado de armas.
Lavrov insistió en que el cumplimiento de esos acuerdos es crucial para mantener la estabilidad en el comercio internacional de armas y proteger los intereses de los países que exportan tecnologías de defensa.
El caza KAAN de Turquía es la última empresa ambiciosa de la industria de la aviación y representa un avance significativo en sus esfuerzos por desarrollar su propia plataforma de sigilo.
Aunque el KAAN todavía está lejos del nivel del F-35A, algunas de sus características y papel previsto le dan a Turquía la confianza de que el luchador puede alcanzar nuevas alturas en el futuro.
La principal similitud entre los dos aviones es su capacidad multifunción y su capacidad para realizar una amplia gama de misiones, desde combates aéreos hasta ataques contra objetivos estratégicos y reconocimiento, ya que ambos cazas están diseñados para ser elementos clave de sus países.
El KAAN está diseñado como un luchador de bajo observable, utilizando tecnologías de sigilo para reducir su firma de radar. Aunque no se compara completamente con la F-35 en términos de sigilo, el KAAN todavía incorpora principios de diseño similares, tales como líneas suaves y tomas ocultas, con el objetivo de minimizar su firma de radar.
Esta característica sigilante, aunque menos avanzada que la F-35, coloca al KAAN en un nivel relativamente similar a algunas generaciones más antiguas de luchadores multifunción. Si bien no emplea la misma clase de tecnologías sigilantes que el F-35, que incluye materiales de absorción de radares y diseños más complejos, el KAAN todavía tiene el potencial de mejorar estos aspectos en el futuro a través de avances en los procesos de fabricación y la implementación de nuevas tecnologías.
En términos de armamento, la KAAN también cuenta con acceso a sistemas de armas modernos, colándolo en una categoría comparable a la F-35, al menos en lo que respecta a las tareas de combate aéreo tradicionales.
El caza estará equipado con bahías de armas internas, que es típica de plataformas sigilosas ya que el armamento oculto minimiza la detectabilidad. El KAAN será capaz de llevar tanto misiles aire-tierra y misiles aire-aire, y es probable que se integre con misiles más avanzados como el Som de fabricación turca y Umtas.
Así, tiene el potencial de servir como un luchador versátil para Turquía, al igual que el F-35 sirve a Estados Unidos, aunque la integración y operabilidad de estos sistemas aún no igualará con la del jet estadounidense.
El nivel de equipo en la KAAN también es relativamente alto, aunque hay algunas diferencias en comparación con el F-35.
El caza contará con un paquete avanzado de aviónica, incluyendo un radar AESA [Active Electronically Scanned Array], que es crítico para los cazas modernos.
Mientras que los radares AESA del F-35 son significativamente más avanzados y utilizan los últimos algoritmos de procesamiento de datos, la tecnología existente en la KAAN proporciona capacidades comparables para realizar tareas de vigilancia y identificación aérea.
Otro elemento importante es la óptica de objetivos, integrada en el caza turco, que desempeñará un papel significativo en su capacidad para hacer ataques de precisión en objetivos terrestres, parecido a las capacidades que el F-35 tiene con sus sensores integrados y sistemas de conciencia situacional.
Mientras que el F-35 se basa en numerosas innovaciones tecnológicas especializadas que garantizan una interoperabilidad operativa única con otras plataformas y militares de todo el mundo, la KAAN todavía necesita desarrollar y fortalecer estas capacidades de red.
Una de las principales diferencias sigue siendo la perspectiva de integrar el avión en la infraestructura de red más amplia de la OTAN y utilizar sensores e intercambio de datos a nivel mundial. Como parte de la OTAN, Turquía puede enfrentar desafíos para integrar plenamente el KAAN en las infraestructuras existentes, incluyendo conexiones con otras plataformas sigiladas como el F-35 o F-22.
Sin embargo, si Turquía logra superar estos desafíos y optimizar su comunicación con otras plataformas, el potencial de KAAN para convertirse en un actor serio en la escena internacional aumentará.
En conclusión, aunque la KAAN aún no es capaz de competir directamente con el F-35 en varios parámetros clave como capacidades sigilo, interoperabilidad operativa y electrónica avanzada, posee elementos clave que la colocan en una categoría de luchadores que podrían competir en el futuro.
Turquía tiene la ambición y los recursos para hacer que la KAAN sea competitiva, y con el tiempo, su desarrollo podría seguir una trayectoria similar al progreso que el F-35 hizo en su evolución.
Turquía inicialmente planeó adquirir un total de 100 cazas F-35 como parte de su participación en el programa estadounidense para el desarrollo y producción del avión. Turquía fue inicialmente uno de los principales socios en el programa, y el país iba a recibir tanto a los combatientes como a los contratos de producción para partes de ellos.
Sin embargo, después de comprar el sistema ruso de defensa antimisiles S-400 en 2017, Turquía fue excluida del programa F-35 en 2019, lo que llevó al cese de las entregas de aviones y a la terminación de su participación en el proceso de producción.
Fuente: https://bulgarianmilitary.com/
Comentarios
Publicar un comentario
EL APARTADO DE COMENTARIOS DE ESTE BLOG ESTÁ MODERADO. SI EL COMENTARIO CONTIENE INSULTOS HACIA UNA NACIÓN, PERSONA ETC... SERÁ BORRADO AL INSTANTE PARA UNA MEJOR CONVIVENCIA EN EL MISMO, UN SALUDO Y GRACIAS POR COMENTAR.