Siria es una nación asediada, sobre la que está puesta la mirada del mundo entero. Su aliados Rusia y China acaban de tomar una decisión importante en el Consejo de Seguridad de la ONU en su favor con gran parte de su reputación y su futuro en juego. Los propagandistas occidentales han ido implacablemente inventando historias de noticias relacionadas con su país, no importa lo que hagas, por casi un año, comenzando con la "Chica gay de Damasco", que los activistas sirios seguían insistiendo en que era real, incluso después de que las dudas comenzaran a surgir, y conduciendo a informes diarios de los "activistas" que salían directamente de Londres, Inglaterra.
Sus opciones: ¿Continuar con una campaña para restaurar el orden en Homs que sin duda ha sido tomada por transfronterizos militantes y terroristas extranjeros que operan con el apoyo y las armas de la OTAN, luchando bajo la bandera del "Ejército libre de Siria"? ¿O en lugar de eso gastar su tiempo en matar a propósito a mujeres y niños delante de periodistas británicos y franceses que retransmitirán sus espectaculares muertes en frente de un mundo que observa?
Es evidente que hay algo mal en este relato que se nos ha dado por parte de Occidente, que se ha establecido por un cómodo margen de mentirosos en serie. Irak perdió un millón de hijos e hijas con estas mentiras. Libia, del mismo modo se presentó como una nación que "masacraba a civiles", cuando está claro que estos "civiles" eran los que el Departamento de Estado de EEUU había incluido en la lista de terroristas del Grupo Islámico Combatiente Libio, que estaban llevando a cabo en todo el país campañas de asesinatos.
La lectura de cualquier informe de los medios de comunicación corporativos, nos encontramos con la campaña de Siria contra los rebeldes armados a la que sin duda, paradójicamente, se refieren como una "masacre", y con un fervor casi palpable para justificar eludir el último veto de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Cuando ha salido la noticia de la muerte de dos periodistas extranjeros en Homs, Ochlik Remi y Marie Colvin que se colaron en Siria y estaban operando ilegalmente en ese país, para empezar, los líderes occidentales están unánimemente llamando a esto el "punto de ruptura". El francés Nicolas Sarkozy, llegó a afirmar, "esto ya es suficiente, este régimen debe irse y no hay ninguna razón por la que los sirios no puedan tener derecho a vivir su vida y a elegir libremente su destino."
Uno se pregunta, donde estaba la fortaleza moral de Sarkozy cuando en enero, mientras cubría una manifestación pro-Assad en Homs, el periodista francés Gilles Jacquier fue asesinado en un ataque rebelde. Increíblemente, no sólo contradice esto las noticias que nos han dicho sobre una campaña brutal de Assad contra los manifestantes pacíficos, sino que mientras que el ataque fue condenado por Francia, fue el gobierno sirio el que fue acusado de no proteger a sus periodistas de matones armados. ¿Dónde estaban las llamadas a que los rebeldes depusieran las armas? ¿Dónde estaba el cese del apoyo político para el "Ejército libre de Siria?" ¿Dónde estaba la decisión de la OTAN de suspender su apoyo a los rebeldes que habían asesinado a un periodista occidental?
Claramente, la razón no está conduciendo la política exterior occidental, más bien una búsqueda de un conveniente "casus belli", una excusa para servir en donde su doctrina de "responsabilidad de proteger" ha fracasado. No sabremos lo que realmente sucedió en Siria esta semana con respecto a los dos periodistas supuestamente asesinados allí, siempre y cuando se adjunte la expresión "los activistas dicen..." a las informaciones presentadas sobre los hechos. Lo que sí sabemos es que Occidente hace tiempo que ha determinado que el cambio de régimen en Siria se producirá, y que hará lo que sea necesario, a cualquier precio para conseguirlo.
Fuente: http://www.laproximaguerra.com
Sus opciones: ¿Continuar con una campaña para restaurar el orden en Homs que sin duda ha sido tomada por transfronterizos militantes y terroristas extranjeros que operan con el apoyo y las armas de la OTAN, luchando bajo la bandera del "Ejército libre de Siria"? ¿O en lugar de eso gastar su tiempo en matar a propósito a mujeres y niños delante de periodistas británicos y franceses que retransmitirán sus espectaculares muertes en frente de un mundo que observa?
Es evidente que hay algo mal en este relato que se nos ha dado por parte de Occidente, que se ha establecido por un cómodo margen de mentirosos en serie. Irak perdió un millón de hijos e hijas con estas mentiras. Libia, del mismo modo se presentó como una nación que "masacraba a civiles", cuando está claro que estos "civiles" eran los que el Departamento de Estado de EEUU había incluido en la lista de terroristas del Grupo Islámico Combatiente Libio, que estaban llevando a cabo en todo el país campañas de asesinatos.
La lectura de cualquier informe de los medios de comunicación corporativos, nos encontramos con la campaña de Siria contra los rebeldes armados a la que sin duda, paradójicamente, se refieren como una "masacre", y con un fervor casi palpable para justificar eludir el último veto de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Cuando ha salido la noticia de la muerte de dos periodistas extranjeros en Homs, Ochlik Remi y Marie Colvin que se colaron en Siria y estaban operando ilegalmente en ese país, para empezar, los líderes occidentales están unánimemente llamando a esto el "punto de ruptura". El francés Nicolas Sarkozy, llegó a afirmar, "esto ya es suficiente, este régimen debe irse y no hay ninguna razón por la que los sirios no puedan tener derecho a vivir su vida y a elegir libremente su destino."
Uno se pregunta, donde estaba la fortaleza moral de Sarkozy cuando en enero, mientras cubría una manifestación pro-Assad en Homs, el periodista francés Gilles Jacquier fue asesinado en un ataque rebelde. Increíblemente, no sólo contradice esto las noticias que nos han dicho sobre una campaña brutal de Assad contra los manifestantes pacíficos, sino que mientras que el ataque fue condenado por Francia, fue el gobierno sirio el que fue acusado de no proteger a sus periodistas de matones armados. ¿Dónde estaban las llamadas a que los rebeldes depusieran las armas? ¿Dónde estaba el cese del apoyo político para el "Ejército libre de Siria?" ¿Dónde estaba la decisión de la OTAN de suspender su apoyo a los rebeldes que habían asesinado a un periodista occidental?
Claramente, la razón no está conduciendo la política exterior occidental, más bien una búsqueda de un conveniente "casus belli", una excusa para servir en donde su doctrina de "responsabilidad de proteger" ha fracasado. No sabremos lo que realmente sucedió en Siria esta semana con respecto a los dos periodistas supuestamente asesinados allí, siempre y cuando se adjunte la expresión "los activistas dicen..." a las informaciones presentadas sobre los hechos. Lo que sí sabemos es que Occidente hace tiempo que ha determinado que el cambio de régimen en Siria se producirá, y que hará lo que sea necesario, a cualquier precio para conseguirlo.
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