Según algunos trascendidos no
oficiales, habría llegado al Poder Ejecutivo un requerimiento para que
Argentina despliegue un contingente de cascos azules en apoyo a la
Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones
Unidas en Malí (MINUSMA). Establecida por Resolución 2100 del
Consejo de Seguridad en el año 2013, y de conformidad con el Capítulo
VII de la Carta de las Naciones Unidas, MINUSMA “…prestaría apoyo al
proceso político y llevaría a cabo tareas de estabilización
relacionadas con la seguridad, prestando particular atención a los
principales centros de población y las líneas de comunicación…”.
Los objetivos de la misión fueron modificándose con los años a medida
que la política interna de Mali se re-organizaba. Uno de los principales
hitos se logró en el 2015 con el Acuerdo para la Paz y Reconciliación
firmado entre el gobierno central, las distintas coaliciones de grupos
armados denominados Plataforma y la coalición de grupos armados
denominada Coordinadora de Movimientos de Azawad. Pese a este avance,
Mali está lejos de estabilizarse, en gran medida debido a la presencia
de distintos grupos terrorista que han hecho pie en el país y
constantemente amenazan la seguridad de sus ciudadanos y de las fuerzas
extranjeras presentes.
¿Por qué Mali?
Para comprender de manera más cabal la
actualidad reinante en el país africano, señalaremos los principales
sucesos de los últimos 5 años.
– Enero 2012. Se inicia
la rebelión liderada por el grupo nacionalista Tuareg “Movimiento
Nacional por la Liberación de Azawad” (MNLA), compuesto por árabes,
Tuaregs e integrante de comunidades norteñas de Mali a los que se le
suman desertores del ejército gubernamental. Los líderes del MNLA
pertenecen a algunos de los clanes nobles de la confederación tribal Kel
Adagh. El movimiento rebelde se ve reforzado por el retorno de
combatientes provenientes de Libia, especulándose que gran parte del
arsenal insurgente provino de los depósitos libios.
Rebeldes Tuareg en el norte de Mali
– Marzo 2012. Golpe de
estado impulsado por unidades que fueron derrotadas por el MNLA. Se
establece el Comité Nacional para el Restablecimiento de la Democracia y
la Restauración del Estado. Se disuelve el gobierno. El MNLA avanza sin
oposición por las distintas provincias del norte.
MNLA establece alianza con grupos terroristas:
1) Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI)
2) Ansar Eddine, grupo local de rebeldes con tintes islámicos conformado por Tuaregs aristócratas.
3) Movimiento para la Unidad y la Yihad
en África Occidental (MUJAO), grupo local extremadamente radicalizado
con base en Gao. Debido a que sus raíces están vinculadas fuertemente
con la comunidad, es el que más dificultad presentará a la hora de su
erradicación.
– Abril 2012. El MNLA, una vez capturadas las ciudades de Tombuctú, Gao y Kidal, establece el estado independiente de Azawad.
– Junio 2012. Los
grupos rebeldes/terroristas inician disputa con el MNLA, arrebatándole
el control de las provincias del norte (Tombuctú, Gao y Kidal) para
noviembre. MNLA mantienen el control de algunas localidades ubicadas en
las fronteras.
– Agosto 2012. Primer Ministro Interino anuncia la creación de un Gobierno de Unidad Nacional.
– Diciembre de 2012. Vía resolución 2085 del Consejo de Seguridad, se crea La Oficina de las Naciones Unidas en Malí (UNOM).
Situación de Mali a comienzos del 2013
– Enero 2013.
Islamistas inician ofensiva en las provincias del sur, tomando las
ciudades de Konna y Diabaly, provocando la intervención francesa (TOEs
destacadas en Burkina Faso bajo operación Sabre). Se da por iniciada la
Operación Serval. Su objetivo: detener agresión terrorista; asegurar el
país (donde residían por esos entonces 6000 franceses); permitir que
Mali recobre su integridad territorial.
Las fuerzas francesas intervinientes en
Mali reciben la orden de neutralizar cualquier tipo de amenaza, dejando
de lado la idea de “fuerza de estabilización” para la etapa final.
– Enero 2013.
Despliegue de la Misión Internacional de Apoyo a Mali con Liderazgo
Africano (AFISMA) aprobado por resolución 2085 del año 2012. El
objetivo: contribuir a la reconstrucción de la capacidad de las Fuerzas
de Defensa y de Seguridad de Mali. Con la crisis en el sur, AFISMA apura
su despliegue en el norte de Mali.
– Febrero 2013. Consejo de Asuntos Exteriores de la UE aprueba la Misión de Entrenamiento de la Unión Europea en Mali (EUTM Mali)
– Abril 2013. Se crea
la MINUSMA vía resolución 2100 del Consejo de Seguridad. La MINUSMA
estaría compuesta por un máximo de 11.200 efectivos militares, incluidos
batallones de reserva como FDR, y 1.440 efectivos de policía. Francia
inicia el retiro de tropas.
– Junio 2013. Acuerdo de paz entre el gobierno de Mali y las fuerzas rebeldes Tuaregs.
– Julio 2013. La MINUSMA asume los poderes de la Misión Internacional de Apoyo a Malí con Liderazgo Africano (AFISMA).
– Agosto 2013. Con un
nuevo presidente electo en Mali, Francia cede a la MINUSMA la
responsabilidad por la seguridad de las provincias del norte.
Operadores especiales franceses constituyeron la punta de lanza de la Operación Serval. Pese al redespliegue, mantienen presencia en Mali
– Septiembre/Noviembre 2013. Se deterioran notablemente las relaciones entre las fuerzas rebeldes y el gobierno central.
– Mayo 2014. La frágil
tregua entre las parte llega a su fin. El MNLA vuelve a ocupar varias
ciudades en el norte. A fin de mes se firma un nuevo cese de fuego.
– Junio 2014.
Resolución 2164 del Consejo de Seguridad por el cual se extiende el
mandato de la MINUSMA. Se mantiene el número de tropas y policías
previamente autorizado por la resolución 2100 del AÑO 2013. La fecha se
extiende hasta el 30 de junio de 2015. Se autoriza mandato de las
fuerzas francesas.
– Mayo 2015. Las partes en conflicto firman finalmente el Acuerdo para la Paz y la Reconciliación en Malí.
– Junio 2015.
Resolución 2227 del Consejo de Seguridad extiende el mandato de la
MINUSMA. Se autoriza la incorporación de 40 observadores militares, los
cuales se sumarán al número de tropas previamente autorizado.
– Agosto/Noviembre 2015.
Grupos terroristas realizan numerosos ataques contra población civil
local y extranjera así como contra las fuerzas de seguridad de Mali y
las de la MINUSMA, EUTM y francesas.
– Abril 2016. Autoridades gubernamentales anuncian planes electorales para lo que resta del 2016 y 2017.
– Junio 2016. Gobierno y fuerzas rebeldes llegan a un entendimiento sobre las autoridades provisionales.
El Consejo de Seguridad vía resolución
2295 extiende nuevamente el mandato de la MINUSMA hasta el 30 de junio
de 2017. Atento que la amenaza terrorista va en aumento y ante la
necesidad de ampliar su presencia, se decide aumentar la dotación de la
fuerza de la MINUSMA: Un máximo de 13.289 efectivos militares y 1.920
agentes de policía.
– Octubre 2016. Las bajas en las fuerzas de la MINUSMA por actos maliciosos ascienden a 70. La amenaza terrorista se mantiene vigente. Por los sucesos de los últimos meses,
Mali aún constituye un punto caliente en la región, estando aún lejos de
estabilizarse.
La MINUSMA mantiene limitaciones en cuanto al alcance y
equipamiento de sus fuerzas, por lo que no resulta llamativo que la
resolución 2295 no solo haya aumentado el máximo de efectivos militares y
policiales, sino que nuevamente inste a los países aportantes en
acelerar la adquisición y despliegue de los equipos necesarios para sus
contingentes. Algunas falencias mencionadas son: Capacidad de
inteligencia, equipo para lidiar con dispositivos explosivos
improvisados, protección de convoyes, evacuación médica y mejora en el
funcionamiento de las instalaciones. De cara al futuro, las elecciones
regionales planificadas para el primer semestre del 2017 constituirán el
próximo desafío para la MINUSMA.
La posición Argentina.
Históricamente Argentina ha desplegado
contingentes en el marco del Capítulo VI (Arreglo pacífico de
controversias) de la Carta de las Naciones Unidas, es decir misiones de
mantenimiento de la paz. Pese al esfuerzo inicial por encuadrar a la
MINUSMA en el mencionado capítulo, el Consejo de Seguridad la ha
mantenido en el ámbito del Capítulo VII como imposición de paz (Acción
en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de
agresión), significando un punto importante a tener en cuenta pero no
necesariamente una restricción. Tal como menciona Juan Gabriel Toklatian en su artículo de febrero de 2013 publicado en Página12,
por aquel entonces Argentina se expresó en el Consejo de Seguridad con
respecto a la situación en Mali.
Sería la embajadora María Cristina
Pérceval la que en su discurso enfatizaría sobre el espíritu y alcance
de la resolución 2085, pero también cuestionaría su ejecución final. De
forma colateral, también se expresaría la por entonces Presidente
Cristina Fernández de Kichner al manifestar que “…la labor en ese
Consejo de Seguridad (por la presencia Argentina en 2012) será concebir
la paz no como un ejercicio militar, la paz no se consigue militarmente,
la paz se consigue política y socialmente.” En 2015 Argentina inició el repliegue
de los cascos azules destinados a la MINUSTAH (Haití), la cual
constituía el principal esfuerzo nacional en el marco de la ONU.
Llamativamente los cuestionamientos por la presencia Argentina en Haití,
que fueron realizados en sucesivos debates legislativos, eran
encabezados por el entonces Diputado Nacional Julio Martínez, actual
Ministro de Defensa. El origen de estas controversias, justas o no, sin
duda estuvieron fogoneadas por una cuestión política.
Cabe mencionar que Argentina aún
mantiene presencia, no solo en la misión de Haití (siendo su principal
esfuerzo el Hospital Reubicable de la Fuerza Aérea Argentina, el cual es
apoyado por personal de la Armada y Ejército), sino también en las
misiones de Chipre (UNFICYP), Medio Oriente (UNTSO), Sudán (UNMIS),
Costa de Marfil (ONUCI), Liberia (UNMIL), Colombia (UNMIC) y Sahara
Occidental (MINURSO). Los contingentes son integrados por miembros de
Ejército, Fuerza Aérea, Armada, Gendarmería y Prefectura. En referencia al compromiso argentino
con las misiones de paz de la ONU, la Canciller Susana Malcorra
manifestó, en el marco de la Cumbre de la Paz realizada en Londres, que
“…confirmamos el compromiso argentino con la Organización de las
Naciones Unidas y sus misiones que permiten salvar innumerables vidas
cada año…”
Los responsables de la toma de
decisiones deberán hacerse preguntas tales como: ¿es conveniente un
despliegue de este tipo?, ¿Cuál será el costo político?, el personal y
los medios ¿están disponibles? (Jesús.R.G.)
Fuente: https://www.zona-militar.com/
La verdad es que en Argentina la gente corriente no habla de las misiones de paz en las que participan las fuerzas armadas. El personal involucrado es poco, tienen los medios, y aparentemente no hay costos políticos (no se da relevancia). Puede que los militares si lo encuentren interesante, porque cobran un mejor salario (según me comento uno).
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