Un nuevo contrato con Australia anima a Navantia.

 
El Gobierno australiano fichó a Navantia en octubre de 2007 para desarrollar su ambicioso plan de renovación de la flota. Desde entonces, la fidelidad ha sido mutua. La constructora naval firmó uno de los mayores contratos de su historia, que ha vuelto a germinar cuatro años después. La defensa australiana confiaba a la empresa española la construcción de tres destructores, en línea con las fragatas F-100, y dos buques anfibios (LHD), similares al portaaviones 'Juan Carlos I'. El negocio suponía casi 2.500 millones de euros de inversión y la posibilidad de nuevos acuerdos en un futuro. Los destructores se fabrican por transferencia tecnológica en el astillero de Adelaida de aquel país, mientras que los buques anfibios se construyen en la planta española de Ferrol.
 
Australia acaba de autorizar la ampliación del contrato para rematar los tres destructores. Este avance salpica de lleno a la Bahía. Así, la alianza industrial que integran Navantia y la Marina australiana ha dado luz verde al equipamiento tecnológico de los tres barcos. Se trata de la integración en sus paneles de mando del sistema de comunicaciones y defensa, cuyo diseño se desarrolla exclusivamente en la sección de FABA del astillero de San Fernando. El Ministerio de Defensa australiano optó en su día por las fragatas españolas del modelo F-100, del tipo 'Alvaro de Bazán' , frente a la alternativa ofrecida por la constructora norteamericana Gibbs and Cox.
 
El nuevo contrato permitirá 72.000 horas de trabajo y significa la colocación en el interior de los buques de lo que se denomina el cerebro tecnológico, es decir, el control de la máquina y de su sistema de combate. De esta forma, Navantia se posiciona a nivel mundial como uno de los referentes en materia de tecnología naval. El contrato con Australia va viento en popa. El astillero de Ferrol botó el pasado febrero el primero de los dos buques anfibios que construye. Se trata del 'Canberra'. Los barcos están diseñados para el transporte de un millar de militares y el apoyo logístico de otros 400. Además, cuentan con plataformas para desplazar 150 vehículos y una pista con capacidad para 25 helicópteros. La entrega de este primer buque está prevista para 2014, mientras que la segunda unidad se culminará a finales de 2015.
 
La sección de FABA, en San Fernando, al igual que hizo con el 'Juan Carlos I, participará ahora en las áreas de los sistemas de combate (sensores y equipamiento del sistema de combate SCOMBA), comunicaciones, mando y control (con el diseño de la infraestructura de redes y equipamiento electrónico), navegación (sensores y distribución de datos) y control de las plataformas de los tres destructores australianos.
 
Un balón de oxígeno
Pero el contrato de implantación de tecnología no es el único acuerdo con Australia. El próximo agosto, su Gobierno adjudicará también a Navantia la construcción de diez lanchas de desembarco para los dos buques anfibios, idénticas a las 14 que se construyeron para la Armada española en la Bahía en 2008. Se trata de otro de los contratos complementarios, que favorece a los astilleros gaditanos.
 
El anuncio de Australia llega en un momento especialmente complicado para las plantas de Puerto Real y San Fernando, ya que a final de año se quedan sin carga de trabajo. El Gobierno español aprobó en octubre de 2010 la segunda fase de construcción de los Buques de Acción Marítima (BAM) para la Armada. En un principio, estaba previsto que el encargo de estos cinco barcos entrara en los talleres de los astilleros el próximo diciembre, sin embargo, el rediseño de las unidades ha aplazado su producción hasta la primavera de 2012, lo que significa un duro revés para las plantas de la Bahía. Los astilleros gaditanos acaban a primeros del próximo año con los últimos encargos para Venezuela, mientras que la primera fase de los cuatro BAM que se construyen en La Isla enfilan ya su recta final. El anuncio de Australia supone un balón de oxígeno, aunque solo sea para las secciones de tecnología de los astilleros gaditanos.
 
Navantia aguarda en estos momentos el resultado de los últimos concursos a los que se ha presentado. Así, espera la decisión del Gobierno de Noruega para la construcción de un Barco de Aprovisionamiento en Combate (BAC), la propuesta de Canadá por otro BAC y el gran contrato con Brasil, que incluye cinco patrulleros y un BAC. Fuentes de la compañía confían en que el resultado de alguno de estos concursos se traduzca en breve en carga de trabajo para las plantas gaditanas.
 
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