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Primer vuelo del nuevo avión de entrenamiento embarcado para los portaaviones de la Armada de China.


Mientras se encuentra avanzando a paso firme en el desarrollo de aeronaves de sexta generación, como así también en la fabricación de los nuevos cazas furtivos J-35 para equipar al portaaviones Fujian de su Armada, China ahora ha registrado el primer vuelo del nuevo avión de entrenamiento embarcado avanzado con el que se formarían sus futuros pilotos. Se trata de una aeronave cuya designación oficial aún es desconocida para el público, estando a cargo de su diseño y fabricación el Grupo Industrial de Aviación Hongdu (HAIG), el cuál tiene sus plantas en la región de Nanchang y que cuenta con experiencia en la producción de plataformas destinadas al entrenamiento de efectivos. Ampliando en algunos detalles, podemos afirmar que la publicación de las nuevas imágenes de la plataforma permiten dilucidar una importante serie de sus características técnicas, entre las que podemos mencionar su configuración biplaza en tándem y su diseño de alas en flecha. 
 
Mas aún, puede denotarse con claridad que el avión dispone de un sistema de propulsión bimotor (siendo los modelos WS-17 de fabricación local los principales apuntados), dos aletas de cola con inclinación hacia afuera, estabilizadores horizontales y aletas ventrales. También ha de mencionarse que, al igual que ha ocurrido anteriormente con otros modelos de aviones sometidos a pruebas, el ejemplar contaba con un llamativo acabado de pintura de imprimación amarilla. Mas aún, los analistas occidentales que han publicado sus opiniones sobre el diseño indican también que la plataforma podría tener la capacidad de adecuarse a un rol de caza ligero, al menos en términos potenciales. Según se afirma, ello se ha de atribuir al tamaño de la aeronave y los puntos de anclaje que se pueden observar situados en cada extremo de las alas, lo que permite pensar en la posibilidad de que se los pueda equipar con misiles aire-aire. 
En caso de ser así, esto lo equipararía con otras alternativas actualmente disponibles en el mercado que constituyen un avión de entrenamiento pero también un potencial avión de combate, siendo este el caso de los M-346 de la empresa italiana Leonardo o de los FA-50 de origen surcoreano. Por otra parte, para adecuarlo a las operaciones desde portaaviones, la aeronave fue equipada con un tren de aterrizaje reforzado y con un diseño de su parte frontal que favorece a la maniobrabilidad a bajas velocidades y con ángulos de ataque altos. Resta aún por dilucidarse, al menos por el momento, si la aeronave estará o no equipada con algún tipo de sistema de gancho en su parte trasera para facilitar el aterrizaje en la cubierta de los portaaviones. Acorde es planteado en reportes de medios especializados, la cuestión resulta de especial interés a causa del antecedente negativo presente en los modelos JL-9, en tanto los ganchos con los que contaba le generaban problemas estructurales; limitando la capacidad real de la aeronave para aterrizar en los buques. 
 
Finalmente, resulta importante destacar que la aeronave desarrollada por la industria local china facilitaría no sólo un sistema mas avanzado para adiestrar a los nuevos pilotos, sino que también, un diseño que no integra componentes occidentales potencialmente sujetos a sanciones o a retrasos en la cadena de suministros. Este último caso es el de los entrenadores JL-10 que emplea el Gigante Asiático, cuyos motores de origen ucraniano han sido un escollo importante para las unidades encargadas de la logística y mantenimiento de la flota, derivando incluso en reportes que apuntan hacia trabajos para integrar los antes mencionados motores WS-17. A la par, ello facilitaría la posibilidad de que el diseño sea una alternativa para potenciales clientes internacionales que sean socios de Pekín.  
 
Fuente: https://www.zona-militar.com/

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