Se avecina la retirada de los aviones espía U-2.


El Ejército del Aire de Estados Unidos avanza en su plan de retirar los icónicos aviones espía U-2 Dragon Lady en 2026, poniendo fin a una era de vigilancia aérea sin precedentes y dejando un vacío en la capacidad de reconocimiento de gran altitud. 
 
Ejército del Aire y el destino del U-2
Las autoridades militares han debatido durante casi dos décadas la posibilidad de retirar la flota de U-2. El Congreso ha sido testigo de idas y venidas entre la retirada de los U-2 y la de sus sucesores, los aviones no tripulados RQ-4 Global Hawk. Actualmente, ambos aviones están en la mira. El senador Ted Budd mencionó el plan de retirada del U-2 en una audiencia reciente, y los documentos del presupuesto militar también hacen referencia a este plan. 
 
Las solicitudes de gasto anteriores del Ejército del Aire ya habían pronosticado el fin de la flota de U-2 a mediados de la década de 2020. Los documentos presupuestarios actuales indican que el Ejército del Aire planea mantener la viabilidad de la flota de U-2 hasta finales de septiembre de 2025, antes de asignar esos fondos a otras prioridades. Se espera que el Congreso elimine el lenguaje legislativo que ha bloqueado la retirada del avión en el pasado, permitiendo así su desinversión en 2026. 
 
Aviones espía U-2: La era espacial del reconocimiento aéreo
Los 27 aviones U-2, famosos por su envergadura de 105 pies y capacidad para volar al borde del espacio, se encuentran en la base aérea de Beale, California. Su historia incluye la captura de imágenes que revelaron la construcción de emplazamientos de misiles nucleares en Cuba en 1962, provocando la Crisis de los Misiles Cubanos. Recientemente, los U-2 han servido como bancos de pruebas para tecnologías de reconocimiento y comunicación avanzadas, y han contribuido al desarrollo de nuevas herramientas de inteligencia artificial para drones más capaces. 
 
¿Cuál será el futuro de los pilotos del U-2?
Con la retirada del U-2, el Ejército del Aire dependerá de sensores espaciales para obtener imágenes de gran altitud. Sin embargo, no está claro cómo se reasignarán los pilotos del U-2 y otros especialistas en esta empresa si se autoriza la retirada de las aeronaves. La desaparición de estos icónicos aviones espía marcará el fin de una era en la historia de la vigilancia aérea, y planteará nuevos desafíos y oportunidades para el Ejército del Aire en su búsqueda de mantener la seguridad nacional en un mundo en constante cambio. 
 
Fuente: https://israelnoticias.com/

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