China modifica sus Su-35 de origen ruso con componentes de fabricación local.

 
En el año 2018 la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) de China se convertía en el primer usuario extranjero del caza Sukhoi Su-35 fabricado por Rusia. Desde su introducción a las filas de la fuerza se ha dado cuenta que las aeronaves se están viendo sometidas a modificaciones a través de las cuales se busca reemplazar diversos componentes de origen ruso por aquellos fabricados localmente por China. Esto responde a una serie de requerimiento esgrimidos tan por los pilotos chinos, como por autoridades de la fuerza aérea del Gigante Asiático. Desde principios de la década de 2010, China realizó un relevamiento de sus capacidades militares e industriales a fin de determinar si estas podrían cumplir y suplir los crecientes requisitos de renovación de equipamiento militar. 
 
El balance obtenido dio cuenta que, si bien la industria aeroespacial china avanzaba a grandes pasos para renovar el parque de cazas más antiguos en servicio PLAAF, gracias a la producción bajo licencia de cazas rusos de la familia Sukhoi Su-27, como derivados surgidos de técnicas de ingeniería inversa (Shenyang J-11 y J-16), aún requería del suministro de proveedores externos para actualizar sus escuadrones de combate. Es en este marco, y a pesar de los conflictos diplomáticos surgidos con la producción a través de ingeniería inversa de cazas surgidos de la familia Flanker, China inició negociaciones con Rusia para avanzar en la compra de la más moderna versión del caza fabricado por Sukhoi hasta esa fecha: el Sukhoi Su-35. Según lo que se desprende de las negociaciones entre ambos países, desde China requirieron realizar diversas modificaciones a los Su-35 para incluir sistemas y electrónica de origen chino. Indicando desde Rusia que dichos cambios podrían demorar el cronograma de entregas a la PLAAF.
 
  
 
Entregando las primeras unidades en una configuración igual a la presente en los cazas empleados por la Fuerza Aeroespacial rusa. Sin embargo, como se aprecia en un pasado articulo del medio Global Defense, los últimos lotes de cazas Su-35 fueron sometidos a diversas modificaciones para albergar nuevos sistemas de fabricación china. Más precisamente, los sistemas de navegación satelital Beidu, como la compatibilidad con el mismo sistema de visualización montados en el casco utilizados en el resto de las cazas en servicio con PLAAF. No obstante, los sistemas electrónicos se mantienen sin mayores cambios según pudo reportar el citado medio. A su vez, en lo referido a la operación de los Su-35 por parte de China, permitió evaluar también el desempeño de sus propias aeronaves contra uno de los más modernos cazas de la Federación Rusa por medio de ejercicios de combate aéreo. Al respecto, fue informado que en lo referido al sistema de control de tiro y radar del caza ruso, de tipo PESA, es superado por su contraparte AESA presente en los J-10C.
 
 
 
La ventaja del avión ruso se basaría en su mayor rango de combate; mientras que en lo especifico a la capacidad de ataque BVR, el caza chino cuenta con la ventaja a través del empleo de misiles PL-15. Por último, a modo de síntesis final, la compra del Su-35 por parte de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) permite a China ganar experiencia y conocimiento para ser aplicados en sus propios diseños de nuevas aeronaves. Gracias a la última versión del Flanker, la industria aeroespacial del Gigante Asiático se habría visto favorecida con el acceso a tecnologías, vía ingeniera inversa, de los últimos desarrollos rusos en materia de radares, motores, empuje vectorial, optimización de la estructura interna de fuselajes y aerodinámica. Todos avances que podrían ser aplicados en los diseños domésticos observados desde los últimos años en China. 

Fuente: https://www.zona-militar.com/

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