China se ve perjudicada por su dependencia de los motores de caza rusos.

 
Es probable que la guerra de Rusia con Ucrania afecte al ejército chino, especialmente a sus cazas, debido a su excesiva dependencia de Moscú. Expertos reunidos en la conferencia del Instituto de Estudios Aeroespaciales de China pronosticaron que Rusia dejaría de prestar servicio o suministrar motores y componentes para el 40% de los cazas chinos. 
 
Es probable que esto afecte a la flota de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación en un futuro próximo, según se ha informado. Durante una mesa redonda sobre la cooperación militar entre China y Rusia, los expertos destacaron que China no ha sido capaz de desarrollar plenamente la tecnología de los motores, a pesar de todas las afirmaciones. Con Rusia ocupada en reponer su ejército para una larga batalla, China puede verse obligada a centrarse más intensamente en el desarrollo de la competencia interna. David R. Markov, del Instituto de Análisis de Defensa, dijo que “China sigue dependiendo de los componentes rusos y probablemente lo hará en un futuro próximo”. 
 
El hecho de que Rusia haya suministrado unos 4.000 motores para helicópteros y otras aeronaves militares chinas entre 1992 y 2019 demuestra la importancia de la tecnología rusa para el ejército chino. Los expertos también señalaron que las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y Europa obstaculizaron la capacidad de Rusia para adquirir tecnologías como los semiconductores, que son utilizados por la industria de defensa rusa. Markov dijo: “Creo que [China] seguirá comprando motores a los rusos, aunque será interesante ver si Rusia puede ahora suministrar estos motores a la luz de las sanciones internacionales”. Continuó diciendo que la situación proporciona a China un incentivo mucho mayor para utilizar los recursos nacionales para “arreglar el problema de motores que tienen”. 
 
¿Por qué China no puede producir un motor a reacción capaz?
Durante muchos años, se ha informado ampliamente de que China es competente en la clonación de tecnologías extranjeras para su uso nacional. Casi todos los aviones de combate chinos se basan en diseños robados o de ingeniería inversa, según afirman varios medios de comunicación citando a expertos. China lleva años trabajando en el desarrollo de un motor de fabricación nacional para su avión de combate. 
 
China ha sustituido los motores rusos por motores WS-10 de fabricación nacional para sus cazas furtivos J-20. Sin embargo, numerosos informes han afirmado que estos motores autóctonos siguen quedándose cortos y no proporcionan suficiente empuje en comparación con los rusos. Asimismo, Markov argumentó que China sigue teniendo un rendimiento inferior en la producción de motores a reacción porque Rusia ocultó secretos tecnológicos, a pesar de los grandes éxitos de China en la obtención de tecnologías militares vitales que ayudaron a producir sus aviones furtivos J-20 y J-31. Y agregó que las dificultades de China en este campo son atribuibles a la falta de competencia interna más que a la falta de recursos asignados al esfuerzo. En comparación con Rusia, que heredó la base de fabricación de defensa de la Unión Soviética, el complejo industrial de defensa chino es relativamente nuevo. 
 
Muchos científicos, ingenieros, diseñadores y directores de producción chinos tienen todavía entre 20 y 30 años, lo que explica que carezcan de los conocimientos de los programas de aprendizaje y de décadas de experiencia especializada. Para solucionar este problema, Pekín contrató a especialistas rusos para que trabajaran en las fábricas chinas. “Lo que todavía no han entendido es que los motores de aviación modernos, en particular los de los cazas de supercrucero, son más arte que ciencia”, dijo Markov. Continuó diciendo que los trabajadores de motores de empresas como Rolls-Royce, Pratt & Whitney y GE tienen un “conocimiento tácito” del que carecen los chinos. Según Markov, la adquisición de aviones Su-35 por parte de China a Rusia tenía como objetivo acceder al sofisticado motor, al soporte auxiliar y al sistema de control digital del modelo. 
 
Markov también dijo: “El gran cambio de juego en gran parte de esto fue el J-20. Fue la llamada de atención para mucha gente que seguía a China: de lo lejos que habían llegado, especialmente con el talento ruso”. No obstante, China sigue desarrollando el motor WS-15 para potenciar las capacidades de “supercrucero” del J-20. Según los medios de comunicación estatales chinos – CCTV, el WS-15 parece tener una baja relación de derivación y control del vector de empuje. Fue diseñado para aviones de combate de quinta generación, tanto pesados como medios. Estaba previsto que los J-20 se integraran con el WS-15, pero China prefirió conformarse con el WS-10 C debido a los fallos en las pruebas del WS-15. 
 
Fuente: https://eurasiantimes.com/
 
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Comentarios

  1. china ya tiene su propia turbina,tal ves le falte cantidad pero ya tiene una en el J10C.

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