La Real Fuerza Aérea (RAF) del Reino Unido invertirá 400 millones de libras en la actualización de dos de sus activos principales, los CH-47 Chinook y los C-17 Globemaster.
Según
informó la RAF en su comunicado de prensa, la flota de C-17 -que
recientemente desempeñó un papel clave en la evacuación del Reino Unido
de Afganistán- recibirá una inversión de 324 millones de libras. Esta
inversión permitirá actualizar el software y el hardware para mejorar la
capacidad de transporte aéreo en el marco de un contrato común con la
Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), que estandarizará ambas flotas de
Globemaster. La
flota de helicópteros Chinook Mk5 y Mk6 será mejorada con sistemas
defensivos de última generación, como parte de un contrato de 64
millones de libras con Boeing Defence UK, que los hará más difíciles de
detectar por los adversarios.
CH-47 de la RAF |
La
inversión se basa en los compromisos esbozados en el Documento de Mando
de Defensa a principios de este año, que confirma la obligación
operativa de ambos sistemas de armas como parte del enfoque de la Fuerza
Integrada 2030. Esto se ve respaldado por el aumento de 24.000 millones
de libras esterlinas en el gasto de defensa durante los próximos cuatro
años, anunciado por el Primer Ministro en noviembre de 2020.
La modernización
Las
actualizaciones de los C-17, que durarán 5 años y medio en ejecutarse,
incluirán mejoras en el equipo de comunicaciones “más allá del alcance
visual”, mediante enlace satelital, un campo de visión más amplio a
través del «Head-Up Display» de la cabina para ayudar a aumentar el
conocimiento de la situación por parte del piloto y ampliar el alcance
de la actual capacidad de lanzamiento de carga y tropa por paracaídas.
El
contrato de cinco años de duración para los helicópteros Chinook,
supondrá la instalación de sistemas de supresión de infrarrojos de
última generación en parte de la flota, lo que ofrecerá una mejor
protección frente a las amenazas que suponen los nuevos sistemas de
misiles que utilizan la firma térmica (infrarroja) de la aeronave como
objetivo. La
tecnología de los sistemas de supresión de infrarrojos se complementará
con la adición de placas que enmascaren los componentes calientes y
redirijan el flujo de aire para enfriar los gases de escape, lo que
dificultará su detección.
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