China puede lanzar un tercer portaaviones más grande y de más alta tecnología tan pronto como a finales de este año, un desarrollo que aumenta la preocupación entre los observadores del Pentágono sobre las agresivas actividades de modernización naval de China y la velocidad de la construcción naval china. El periódico Global Times, respaldado por el gobierno chino, citando una publicación llamada Ordnance Industry Science Technology, afirma que las fotos tomadas a principios de septiembre muestran que "la forma general del buque de guerra ha tomado forma, faltando sólo el arco de bulbo". Habiendo lanzado ya su segundo portaaviones, el Shangdong, los chinos han estado trabajando durante bastante tiempo en la construcción de este nuevo y mucho más capaz tercer portaaviones.
El segundo portaaviones de China, su primer portaaviones de construcción autóctona, se inspira en el modelo de su Liaoning, construido en Ucrania y configurado con saltos de esquí. Ahora, la Armada del Ejército de Liberación Popular (PLAN) está construyendo una plataforma de portaaviones más grande, más plana y más moderna, con catapultas electromagnéticas suaves y de mayor alcance, similar a la clase Ford de los Estados Unidos. Una catapulta electromagnética genera un lanzamiento fluido y suave que es diferente al despegue de una "escopeta" de vapor. Además, una catapulta electromagnética extiende una envoltura de ataque mucho más allá de lo que el actual lanzamiento de salto de esquí de China hace posible. Se informa de que el tercer portaaviones, identificado como portaaviones del tipo 002, tiene un desplazamiento de 80.000 toneladas, considerablemente mayor que el peso de 60.000 toneladas de los dos primeros portaaviones de China.
Portaaviones china type 002
El periódico chino informa que podrá operar un ala aérea de portaaviones de más de 40 cazas de ala fija. Aunque con potencia convencional, a diferencia de los portaaviones nucleares de la Armada de los Estados Unidos, el Tipo 002 ampliará en gran medida el alcance de los ataques aéreos y la capacidad de proyección de potencia de China a una escala verdaderamente mundial. El Global Times informa que el nuevo portaaviones tendrá unos 320 metros de largo, superando los 305 metros del Shandong. El ritmo de construcción del portaaviones chino parece representar claramente la ambición del país de emerger como la principal potencia militar del mundo en las últimas décadas y adoptar una postura expedicionaria para las operaciones internacionales. Los aviones de ala fija lanzados desde tierra pueden llegar fácilmente a Taiwán y a otros posibles objetivos del sudeste asiático desde la China continental, circunstancia que se ve agravada por la existencia de más opciones de portaaviones para China.
Además, un mayor número de portaaviones puede ampliar considerablemente la presencia de China en el Mar de China Meridional, creando condiciones en las que las aeronaves navales tendrían un acceso rápido y fácil a la zona en caso de que estallara un combate. China puede armar sus futuros portaaviones con su cazas J-15 Flying Shark y es probable que añada una variante lanzada por el portaaviones de su cazas sigiloso J-31 del 5º Generación. Es interesante que en un informe del Servicio de Investigación del Congreso de mayo de 2020, "Modernización Naval de China": Implicaciones para las capacidades de la Armada de los Estados Unidos" explica que la rápida expansión del poder naval chino puede ser una razón clave por la que la Armada de los Estados Unidos está trabajando ahora en la ingeniería de un mayor número de buques no tripulados para llevar a cabo misiones dispersas o desagregadas menos vulnerables a un ataque naval frontal masivo desde China.
La Armada lo llama un concepto de Operaciones Marítimas Distribuidas que tiene como objetivo aprovechar los sensores y armas de largo alcance, las redes multidominio, la vigilancia operativa avanzada y el armamento de precisión en el que los sistemas pequeños, móviles y multimisión no tripulados desembarcan de grandes "buques nodriza" que operan con capacidad de mando y control. Esto no sólo permite que las naves tripuladas más grandes permanezcan a distancias de separación más seguras, sino que además permite el ataque armado, las operaciones anfibias y el apoyo aéreo de largo alcance. Al parecer, este enfoque táctico podría ser fácilmente pensado como una forma de dar algunas respuestas estratégicas a la masiva y creciente amenaza internacional presentada por los chinos.
Fuente: https://nationalinterest.org
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