Francia se alía con ocho Estados europeos para crear una fuerza común
de intervención militar. El proyecto, ajeno a la Unión Europea,
persigue agilizar los procedimientos para actuar conjuntamente en
misiones de interés europeo, también de tipo civil. Los nueve países
participantes, entre los que figura España, firmaron este lunes una
carta de intenciones para sellar su compromiso. Aunque está en proceso
de abandono del bloque comunitario, Reino Unido se adhiere a esta
iniciativa. De esa forma, París logra mantenerlo como aliado militar
clave tras el Brexit. La
defensa se ha convertido en uno de los ámbitos con más potencial de
crecimiento en la UE. El marco de cooperación permanente que
constituyeron a finales del año pasado 25 Estados miembros (PESCO, por sus siglas en inglés)
y la existencia de fondos comunitarios para financiar desarrollos
militares son la principal muestra.
Pero Francia quedó algo descontenta con el perfil que adoptó ese plan de integración, más inclusivo que ambicioso, y ha optado por avanzar con un núcleo duro de países en el ámbito que más le interesa: las misiones militares en el exterior. La idea se denomina iniciativa de intervención europea, un nombre que, como casi todos los planes de defensa que emergen en el continente, excluye la palabra militar. Además de Francia, España y Reino Unido, ese grupo limitado lo forman Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, Dinamarca y Estonia. Italia, que no atraviesa el mejor momento de relación bilateral con Francia tras los choques mantenidos en los últimos días a cuenta de la migración, queda fuera del plan. Este país, en cambio, sí figuraba en el núcleo inicial de Estados europeos que abogaron por una mayor integración en el ámbito de la defensa. Con la excepción de Italia, el grupo incluye a todos los gigantes de la defensa en la UE más otros países de tamaño mediano. La gran excepción es Estonia, uno de los Estados con menos población del bloque comunitario, pero con gran experiencia en amenazas híbridas, especialmente en ciberataques. Esa vertiente es esencial para hacer frente a los principales desafíos de la seguridad europea.
Pero Francia quedó algo descontenta con el perfil que adoptó ese plan de integración, más inclusivo que ambicioso, y ha optado por avanzar con un núcleo duro de países en el ámbito que más le interesa: las misiones militares en el exterior. La idea se denomina iniciativa de intervención europea, un nombre que, como casi todos los planes de defensa que emergen en el continente, excluye la palabra militar. Además de Francia, España y Reino Unido, ese grupo limitado lo forman Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, Dinamarca y Estonia. Italia, que no atraviesa el mejor momento de relación bilateral con Francia tras los choques mantenidos en los últimos días a cuenta de la migración, queda fuera del plan. Este país, en cambio, sí figuraba en el núcleo inicial de Estados europeos que abogaron por una mayor integración en el ámbito de la defensa. Con la excepción de Italia, el grupo incluye a todos los gigantes de la defensa en la UE más otros países de tamaño mediano. La gran excepción es Estonia, uno de los Estados con menos población del bloque comunitario, pero con gran experiencia en amenazas híbridas, especialmente en ciberataques. Esa vertiente es esencial para hacer frente a los principales desafíos de la seguridad europea.
La ministra española del ramo, Margarita Robles, ha confirmado la
participación de España. “Hemos firmado este compromiso con [el
presidente francés, Emmanuel] Macron, es un foro para abordar la cultura
de compromiso en defensa y en inteligencia. Y España tiene protagonismo
en este campo”, ha señalado desde Luxemburgo, donde participa en una
reunión de ministros europeos de Defensa. La iniciativa de intervención fue esbozada por primera vez en el discurso que Macron pronunció en la Sorbona el pasado mes de septiembre.
Allí, Macron aludió a la necesidad de “ir más lejos” de lo que va la
cooperación estructurada en el marco de la UE. El motivo, en su opinión,
es que falta una estrategia común. “Nuestra incapacidad para actuar
juntos de manera convincente cuestiona nuestra credibilidad como
europeos”, dijo entonces.
Su ministra de Defensa, Florence Parly, aludió el domingo, en una entrevista con el diario francés Le Figaro, a un ejemplo concreto. “Si hubiera que volver a hacer una operación como Serval, iniciada en Malí en 2013, desearíamos poder hacerla entre varios. Pero los retrasos y las decisiones en la UE son todavía demasiado largos respecto a la urgencia que puede requerir una situación crítica”, argumentó. África, un área de gran interés para la seguridad de Francia y España, es el ámbito de mayor potencial para estas operaciones. Pese a que el ámbito militar es prioritario, la ministra francesa subraya también la dimensión civil. "Queremos desarrollar una cooperación entre países con voluntad política y capacidad militar para intervenir, si así lo deciden, en varios escenarios. No solo militares, sino también civiles”, ha señalado la ministra Parly tras la firma de este acuerdo en Luxemburgo, según informa France Presse.
Alianza clave con Reino Unido
Francia intenta, por tanto, sortear los largos procesos de decisión
en la UE para crear un grupo selecto más centrado en misiones. Esa fue
su primera intención al construir la PESCO, pero la insistencia alemana
en crear un proyecto inclusivo y más centrado en desarrollo de
capacidades comunes que en misiones diluyó esta faceta de fuerza de
intervención. En ese espíritu, Alemania, siempre más cauta a la hora de hablar de
proyectos excluyentes en un ámbito sensible como el militar, prefirió
hablar de un foro que hay que conectar con la UE. La ministra, Ursula
von der Leyen, insistió en la necesidad de "vincularlo lo más
estrechamente posible a la defensa europea", aunque admitió que
dependerá directamente de los países que lo integran. Fuentes diplomáticas destacan la importancia de mantener a Reino
Unido en un círculo de cooperación europea en defensa, aunque sea fuera
de la UE. “Se pretende armonizar la manera como concebimos las
operaciones defensivas. Ahora Reino Unido es casi el único país con el
que Francia comparte una cultura de estrategia.
Queremos que, cuando nos planteemos una intervención exterior, no tengamos que decidir cada vez sobre cómo la organizamos”, abundan fuentes diplomáticas. De momento no hay muchos más detalles de esta iniciativa, que no parece inquietar a Bruselas. “Esa estrategia de intercambios entre fuerzas armadas europeas no puede sino ayudar. No veo riesgos de duplicidad para la PESCO”, concluyó en conferencia de prensa la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini. El plan selectivo queda también fuera de la OTAN, cuya relación con la UE se enfrenta ahora a enormes desafíos por la actitud del presidente estadounidense, Donald Trump, de exigir a los aliados europeos un aumento del gasto en defensa, que en buena medida revierte en compañías estadounidenses. La iniciativa francesa supone un elemento más en la reafirmación de autonomía que busca como mínimo una parte de los socios europeos. (Jesús.R.G.)
Fuente: https://elpais.com
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