El nerviosismo de los países nórdicos: alianzas y rearmes con la vista en Rusia.


Foto: Soldados suecos durante las maniobras Aurora 17, cerca de Gotemburgo, en septiembre de 2017. (Reuters)

Los nórdicos están inquietos con el vecino ruso. La creciente agresividad de Moscú en sus fronteras, de Georgia a Ucrania, y la retórica propia de la guerra fría que se ha instalado en muchas capitales occidentales está haciendo a estos países replantearse sus tradicionales posiciones en los ámbitos militar y diplomático. En Finlandia se ha abierto por primera vez el debate sobre una eventual entrada en la OTAN. Suecia está estrechando su cooperación defensiva internacional y modernizando su ejercito, al igual que Dinamarca, que planea elevar notablemente su gasto militar.

El salto cualitativo más evidente se ha producido en Finlandia. El país de la UE con una mayor frontera común con Rusia, unos 1.340 kilómetros, ha visto como por primera vez desde la II Guerra Mundial estallaba en sus calles el debate sobre la conveniencia de integrarse en la Alianza Atlántica. La decisión supondría abandonar décadas de una explícita política de no alineamiento. Finlandia ha tratado siempre de evitar la confrontación con su vecino del este, con quien mantiene una intensa relación comercial y de quien depende energéticamente. "El actual reto de seguridad de Finlandia es desalentador", asegura el experto Felix K. Chang, del Instituto de Investigación de Política Internacional (FPRI), en un artículo fechado a principios de mes. El debate llegó a la opinión pública de la mano del europarlamentario finés Nils torvalds, que rompió el tabú y defendió abiertamente el ingreso en la OTAN durante la campaña a las presidenciales del pasado enero. El ganador de los comicios, Sauli Niinisto, que repetía como jefe de estado, advirtió entonces que cualquier cambio del estatus finlandés requeriría de un referéndum y apoyó mantenerse como país no alineado. Sin embargo, durante los últimos años Niinisto ha propiciado el acercamiento de Finlandia a la alianza. 

Si desde 1994 este país nórdico es miembro de la Asociación para la Paz de la OTAN, la cooperación es cada vez mas intensa. Incluso en escenarios de guerra como Afganistán y Kosovo. De hecho Niinisto ha sido el primer presidente del país que ha visitado el cuartel general de la OTAN y una de las figuras clave en la decisión de que el nuevo centro OTAN-UE contra la guerra híbrida abriese sus puertas el pasado octubre en Helsinki. Finlandia tiene previsto superar claramente para 2020 la barrera del 2% del producto interior bruto (PIB) que todos los miembros de la OTAN deberían alcanzar para 2024. Helsinki prevé ingentes inversiones en su marina y ejército del aire. De hecho, Finlandia está ultimando las bases de un concurso para renovar completamente su flota de 64 cazabombarderos. Será uno de los mayores contratos públicos de la historia del país nórdico, por un valor total de hasta 10.000 millones de euros, según publicaba recientemente la televisión pública local Yle. En esta misma línea acaba de empezar a renovar sus unidades mecanizadas con la compra de cien tanques Leopard y 48 obuses autopropulsados K9 Thunder.
 
Contra los "pequeños hombres de verde"
El ministro de defensa de Finlandia, Jussi Niinisto, visita a las tropas finlandesas durante unas maniobras conjuntas con Suecia, en la isla sueca de Gotland, el 19 de septiembre de 2017. (Reuters)

Otra clara reacción finlandesa a la agresividad rusa es el proyecto de ley para ampliar las competencias de su guardia fronteriza. La reforma legal les permitirá atajar tácticas de guerra híbrida que Moscú ya ha puesto en funcionamiento en los últimos conflictos territoriales que se ha buscado. Este cuerpo de seguridad podría así, entre otras cosas, derribar drones, pinchar las comunicaciones de un sospechoso y bloquear las líneas de telecomunicaciones. En este sentido, el pasado agosto se modificó la legislación nacional para prohibir la entrada en el país de milicias no identificadas patrocinadas por estados extranjeros en una clara referencia a los "pequeños hombres de verde" que se apoderaron de la noche a la mañana de Crimea en 2014. Todo estas acciones tomadas por Helsinki vienen a sumarse al pacto de "Profundidad estratégica" que Finlandia firmó en 2013 con Suecia, otro nórdico que hasta ahora había preferido no alinearse con la OTAN para no enfurecer a Rusia. Este insólito acuerdo bilateral permite a las Fuerzas Armadas finlandesa contrarrestar un ataque ruso a su territorio desde bases militares suecas si la acción militar le obliga a replegarse.

Suecia es otro nórdico que está operando un giro radical en defensa en los últimos años en respuesta a la conducta rusa. El pasado septiembre anunció un incremento del 5 por ciento de su presupuesto militar para este año, que incluía ya un aumento significativo con respecto al del ejercicio previo. En total, 852 millones de euros adicionales para el trienio 2018-2020. Además, ha recuperado el servicio militar obligatorio. A partir de este año, llamará anualmente a filas a 4.000 jóvenes de 18 años. A partir de 2022, según el plan de Estocolmo, aspira a poder formar en su ejército a 8.00 jóvenes al año. Suecia, que recientemente ha adquirido 60 cazabombarderos multiusos JAS 39 y dos submarinos ofensivos A26, todo de fabricación nacional, está además renovando sus planes de defensa. Un libro blanco del Gobierno sueco prevé un toda una serie de medida preventivas para reforzar la seguridad exterior del país para 2020.

Una red de asociaciones militares
El país se mantiene orgullosamente no alineado y no plantea integrarse en la OTAN, pero en los últimos años ha tejido una espesa red de asociaciones con el objetivo de desincentivar cualquier ataque ruso contra su territorio. Entre ellas destacan la suscrita hace una década en el marco europeo de la Política Común de Seguridad y Defensa, que llevó a la creación del grupo de combate nórdico, con 2.400 efectivos. Poco después, Suecia ayudó a establecer la Cooperación de Defensa Nórdica, en la que participan cinco estados, dos de ellos miembros de la Alianza Atlántica. También ha estrechado sus lazos con la OTAN -hasta el punto de comprometer un escuadrón de combate para la Fuerza de Reacción Rápida de la alianza- y con Estados Unidos. El año pasado autorizó por primera vez el despliegue de tropas de la Alianza en su territorio para participar en unas maniobras.

Dinamarca tampoco se queda atrás en este proceso de rearme regional. El plan de su gobierno es inyectar cerca de 1.720 millones de euros extra a las partidas de Defensa de aquí a 2024. Cumplirá así con el compromiso de la Alianza Atlántica de destinar para ese año el 2% del PIB a gasto militar. El proyecto del Ejecutivo incluye dotar a las fragatas danesas de misiles y sistemas de sónar y antitorpedos. También prevé la puesta en marcha de una unidad de respuesta rápida de 4.000 soldados y aumentar los recursos para prevenir los ciberataques. Copenhague denunció el año pasado que Rusia hackeó la red de ordenadores de su Ministerio de Defensa y accedió a los correos electrónicos de sus funcionarios entre 2015 y 2016. "El comportamiento de Rusia ha creado un entorno de seguridad impredecible e inestable en la región del mar Báltico", lamentó el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, en una visita el pasado enero a Estonia, donde Dinamarca ha destacado 200 soldados dentro de la operación de la OTAN para reforzar su flanco oriental frente a la amenaza de Moscú. (Jesús.R.G.)

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