La cumbre de las dos Coreas sigue arrojando gestos de buena voluntad. El líder supremo norcoreano, Kim Jong-un,
anunció durante las reuniones en Panmunjom el viernes que el
desmantelamiento de su centro de pruebas nucleares en Punggye-ri, en el
norte de su territorio, tendrá lugar ya en mayo, según Seúl. Pyongyang
también permitirá que periodistas y expertos internacionales se
desplacen allí para ser testigos del proceso y demostrar su
“transparencia”. Y en un guiño aparentemente menor, pero también cargado
de simbolismo, adelantará media hora su huso horario para igualarlo al
de Seúl. Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se comprometieron en la declaración final de la cumbre, la primera en once años, a colaborar para conseguir la “desnuclearización completa” de la península coreana.
Una semana antes, Corea del Norte había anunciado que dejará de llevar a
cabo pruebas de misiles intercontinentales y de bombas nucleares y que
desmantelará Punggye-ri, para concentrar a partir de ahora todos sus
recursos en el desarrollo de su precaria economía. La revelación de Seúl
este domingo representa el primer paso de Pyongyang para pasar de las
palabras a los hechos; para tratar de convencer a una comunidad
internacional escéptica tras los fracasos de intentos previos que la
promesa de una “nueva era de paz” es sincera. “No hay razón para que tengamos armas nucleares mientras
sufrimos problemas si se sientan las bases para una confianza mutua con
Estados Unidos mediante reuniones frecuentes a partir de ahora, y se
promete el final de la guerra y de las agresiones”, dijo Kim, según le
ha citado este domingo el portavoz de Moon, Yoon Young-chan, en una
rueda de prensa en la Casa Azul, la sede presidencial surcoreana. Tras la cumbre de Panmunjom, en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas,
Kim tiene prevista celebrar otra reunión con el presidente
estadounidense, Donald Trump, en las próximas semanas, en un lugar y día
aún por precisar.
“Estados Unidos, aunque es intrínsecamente hostil a
Corea del Norte, se dará cuenta una vez que comiencen nuestras
conversaciones que no soy el tipo de persona que dispare armas contra el
Sur o Estados Unidos”, agregó también Kim, según la Casa Azul. Una Casa
Azul que se ha demostrado correcta cada vez que ha revelado una
intención o ha citado algunas declaraciones del régimen norcoreano,
desde que empezó el proceso de deshielo entre los dos países hace tres
meses. Para demostrar su sinceridad, el líder norcoreano
declaró que invitará a expertos de Corea del Sur y de Estados Unidos y a
periodistas a Punggye-ri para “abrir a la comunidad internacional” el
proceso de desmantelamiento del centro. Kim también aludió a los dos
estudios chinos publicados recientemente, que aseguran que el túnel principal en esas instalaciones quedó destruido por el impacto de las seis pruebas nucleares que ha llevado a cabo el régimen.
Según el líder, dos túneles adicionales y de gran tamaño permanecen “en
muy buenas condiciones”. El centro sigue operativo y el régimen no se
deshace de una carcasa inútil, una versión en la que coincide la página
especializada 38 North, que aseguraba la semana pasada que ambos
túneles, “localizados en un área de roca en mejor estado, pueden usarse
en futuras pruebas si Pyongyang diera la orden”.
Kim también se declaró conmovido por la diferencia
horaria entre las dos mitades de la península, al ver dos relojes que
marcaban las distintas horas en la Peace House, el edificio donde se
desarrolló la cumbre, apuntó la Casa Azul. Pyongyang volverá a alinear
su huso horario con el de Seúl, tres años después de haberlo retrasado
media hora. Entonces, en agosto de 2015, anunció que tomaba esa medida
para regresar al horario de Corea antes de la invasión japonesa y
distanciarse del imperialismo. Otra área, precisamente, en la que también se están
produciendo movimientos. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha
apuntado la posibilidad de buscar, él también, una reunión con Kim
Jong-un, después de la de Trump. Según la Casa Azul, es una opción a la
que el líder norcoreano también está abierto. Moon mantuvo este domingo una conversación telefónica de
45 minutos con Abe, para informarle sobre sus conclusiones de la cumbre
del viernes. Según el portavoz presidencial Kim Eui-kyom, el presidente
surcoreano comunicó al primer ministro que “había transmitido las
esperanzas (de Japón) de normalizar relaciones diplomáticas entre Corea
del Norte y Japón, basándose en los acuerdos del pasado”.
“El presidente
de la Comisión de Asuntos Estatales (el título oficial de Kim Jong-un)
también dijo que Corea del Norte es favorable a mantener un diálogo con
Japón en cualquier momento”, agregó. Moon se declaró dispuesto a actuar
como mediador para facilitar esas conversaciones. Abe también ha hablado con Trump para tratar sobre la
cumbre intercoreana, este sábado durante treinta minutos, en los que
ambos líderes se mostraron de acuerdo en la importancia de que Corea del
Norte dé pasos concretos para deshacerse de su armamento nuclear, el
quid de las negociaciones. En la intensa actividad diplomática tras la cumbre, Moon
y Trump también mantuvieron el sábado una larga conversación. Ambos
coincidieron en la necesidad de que la reunión entre el presidente
estadounidense y el líder norcoreano ocurra más pronto que tarde; el
inquilino de la Casa Blanca ha apuntado que podría ocurrir dentro de
tres o cuatro semanas. (Jesús.R.G.)
Fuente: https://elpais.com/
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