Macron aumentará en un 23% el presupuesto de defensa hasta 2023.

El presidente Macron en septiembre de 2017 con soldados franceses en Estonia

El Gobierno francés anunció este jueves un aumento drástico de los presupuestos de defensa para alcanzar a mediados de la próxima década los niveles de gasto exigidos por la OTAN. Tras años de restricciones presupuestarias y ante las nuevas amenazas y las necesidades de equipamiento, el presidente Emmanuel Macron quiere gastar 198.000 millones de euros en el quinquenio 2019-2023. Entre 2014 y 2018, el gasto fue de 160.000. El aumento es superior al 23%. Si se toma como referencia el aumento entre 2017 y 2023, el porcentaje es aún mayor, de un 35%. El proyecto de “ley de programación militar” responde a una promesa electoral de Macron, y también al diagnóstico formulado en la Revisión Estratégica de Defensa. Este documento, presentado en diciembre, constata que el mundo ha entrado “en una era de grandes turbulencias”. “Para la mayoría, los riesgos y amenazas a las que nos enfrentamos no eran desconocidos, pero sus manifestaciones se han acelerado y sus efectos se han ampliado y acercado. Su acumulación traduce un debilitamiento del sistema internacional y la emergencia de actores que buscan contestarlo abiertamente”.

No se trata sólo del terrorismo yihadista, que golpeó Francia en 2015 y 2016 sino de “los regímenes autoritarios que surgen o regresan, mientras que el multilateralismo parece borrarse ante la ley del más fuerte”. Este es el contexto en el que Macron exige “una herramienta de defensa completa, fuerte, moderna, potente”, a la altura de los riesgos y de las ambiciones geopolíticas de Francia, embarcada en operaciones militares en varios puntos del planeta. Un concepto clave en el programa de gasto militar es la llamada “autonomía estratégica”, tanto francesa como europea. En 2017 el presupuesto fue de 32.400 millones de euros; en 2023 —al año siguiente del fin del primer mandato de Macron— debe ser de 44.000 millones. Hoy representa el 1,78% del PIB. En 2013, según los planes, alcanzará 1,91% para llegar al 2% pactado con la OTAN en 2025. Las inversiones de centran en cuatro ejes. El primero es la formación y dotación de equipamiento para los militares, con mejoras que deben ir desde los planes de apoyo a las familias hasta cascos nuevos. 

El segundo contempla la renovación del armamento, que incluye la compra de blindados, submarinos y sistemas de drones o aviones sin piloto, así como la renovación de la disuasión nuclear, clave en un momento en que, con el Brexit, Francia está a punto de convertise en la única potencia atómica de la UE. El tercer eje prevé reforzar la autonomía estratégica con inversiones en el ciberesespacio y en espionaje aéreo y la telecomunicaciones. Y el cuarto, aumentar el presupuesto para la investigación y el desarrollo. La relación de Macron con las fuerzas armadas ha sufrido altibajos desde que ganó las elecciones de mayo. Empezó con buen pie, desfilando el día de su investidura por los Campos Elíseos en un vehículo militar y visitando a las tropas francesas en el Sahel. Pero el buen clima se torció con los anuncios de recortes presupuestarios en su primer año en el cargo con el objetivo de cumplir con los criterios europeos de déficit. Los recortes provocaron un incidente que desencadenó con la dimisión del jefe del Estado Mayor, el general Pierre de Villiers. El plan presupuestario para el próximo quinquenio puede sellar la reconciliación. (Jesús.R.G.)


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