China prueba con éxito un nuevo sistema de defensa antimisiles.

Una foto del sistema SAM HQ-12, revelado durante la exhibición del Ejército de Liberación Popular (ELP) en 2007.

El Ministerio de Defensa de China ha informado de la prueba exitosa de un sistema de defensa para interceptar misiles terrestres de rango intermedio, en medio de las crecientes tensiones en la península de Corea, en gran parte por las amenazas militares de EE.UU. contra Corea del Norte. “China llevó a cabo una prueba de interceptación de misiles desde tierra en su territorio el 5 de febrero de 2018 y logró el objetivo previsto”, ha confirmado la Cartera china en un comunicado publicado este martes. Sin ofrecer más detalles ha enfatizado el carácter defensivo de esta prueba, asegurando que “no apunta a ningún país”.

Hace pocos días, el gigante asiático realizó pruebas del mejorado misil balístico DF-21D, considerado el primer y único misil balístico antibuque del mundo. La versión nueva de DF-21D es un 30 % más potente que su versión anterior y se considera una amenaza para los portaaviones de EE.UU. Esto se suma a otro ensayo que la Fuerza de Cohetes del Ejército de Liberación Popular (ELP) de China llevó a cabo el pasado enero, en el que probó con éxito los misiles balísticos de corto y medio alcance DF-11 y DF-16. Las actividades de China en el sector militar son mayormente una respuesta a las provocaciones de países vecinos como Japón y Corea del Sur en la región, apoyados por EE.UU.

Curiosamente, el diario filipino Inquirer difundió el lunes nuevas fotografías aéreas, captadas a una altitud de 1500 metros entre junio y diciembre del año pasado, que muestran cómo Pekín está a punto de concluir sus construcciones en siete de las islas artificiales que ha creado en las aguas disputadas del mar de China Meridional. El rotativo señala que las islas artificiales van a servir como bases navales y aéreas de China. Los vecinos del país asiático y Estados Unidos alertan, de hecho, del aumento del poder y la influencia china en toda la región. Pekín, por su parte, acusa a Washington de querer militarizar el mar del Sur de China, reclamado por Pekín, Filipinas, Taiwán, Indonesia, Malasia, Brunéi y Vietnam, y advierte de que las medidas de EE.UU. aumentan la posibilidad de una guerra entre ambos potencias. (Jesús.R.G.)


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