Los portaaviones de Trump, son vulnerables a un ataque​.

La semana pasada, el presidente Donald J. Trump eligió la cubierta del más reciente portaaviones estadounidense, el USS Gerard R. Ford, de US $ 13.000 millones, para un discurso en el que exaltaba el aumento previsto en el gasto militar. Trump prometió que la nueva generación de portaaviones de la “clase Ford” – los buques de guerra más caros jamás construidos – seguirán siendo las piezas centrales de la proyección de la potencia estadounidense en el extranjero. “Pronto tendremos más por venir”, dijo Trump a un entusiasta público de marineros, declarando que los nuevos portaaviones eran tan grandes y sólidamente construidos que eran inmunes al ataque. Trump se comprometió a ampliar el número de portaaviones de los Estados Unidos de 10 a 12. Y prometió reducir el costo de la construcción de tres “super-portaaviones”, que han aumentado en un tercio en la última década de $ 27 a $ 36 mil millones. El Gerald R. Ford por sí solo tiene US $ 2,5 mil millones por encima del presupuesto y tres años de retraso, dicen funcionarios militares. 

El segundo portaaviones de la clase Ford, el John F. Kennedy, tiene cinco años de retraso. Los planes de expansión de Trump vienen como prueba de que los enemigos potenciales han construido nuevas armas anti-buque capaces de destruir gran parte de la costosa flota de portaaviones de los Estados Unidos. Y como ha pasado durante décadas, los portaaviones siguen siendo vulnerables a los submarinos. En un ejercicio de combate frente a la costa de la Florida en 2015, un pequeño submarino nuclear francés, el Saphir, atravesó múltiples anillos de defensa y “hundió” el portaaviones estadounidense Theodore Roosevelt y la mitad de sus naves de escolta. En otros ejercicios navales, incluso los viejos submarinos diesel-eléctricos han golpeado a los portaaviones. En total, desde comienzos de la década de los ochenta, los operadores estadounidenses y británicos se han hundido al menos 14 veces en los llamados “juego libres” destinados a simular una verdadera batalla, de acuerdo con think tanks, marinas extranjeras y la prensa. El total exacto se desconoce porque la Marina clasifica los informes de los ejercicios. Hoy en día, Estados Unidos es el único país que basa su estrategia naval en portaaviones. 

La flota estadounidense de 10 portaaviones activos es 10 veces más grande que la de sus rivales militares primordiales, Rusia y China, que tienen uno activo cada uno. Roger Thompson, analista de defensa y profesor de la Universidad de Kyung Hee en Corea del Sur, dice que el arsenal de poderosas armas anti-buque desarrolladas en años recientes por los potenciales enemigos estadounidenses, incluyendo China, Rusia e Irán, aumentan la vulnerabilidad de los portaaviones. Las nuevas armas incluyen misiles balísticos terrestres, como el misil antibuque Dong Feng-21 de China, que tiene una autonomía de 1.100 millas (1.770 kilómetros) y se mueve a 10 veces la velocidad del sonido. Algunos submarinos rusos y chinos pueden disparar salvas de misiles de crucero guiados con precisión desde lejos, potencialmente abrumando la defensa anti-misiles que porta la flota. Rusia, China, Irán y otros países también tienen los llamados torpedos supercavitantes. Éstos forman una burbuja de aire delante de ellos, permitiéndoles viajar a cientos de millas por hora. Los torpedos no pueden ser guiados, pero si son apuntados directamente a un barco son difíciles de evitar. 

El informe de la Corporación Rand de 2015, “Amenazas chinas a las naves de superficie de Estados Unidos”, encontró que si las hostilidades estallaban, “los riesgos para los portaaviones estadounidenses son sustanciales y están aumentando”. “Sin duda alguna, un portaaviones es sólo un blanco”, dice el analista de defensa Pierre Sprey, quien trabajó para la oficina del Secretario de Defensa de los Estados Unidos de 1966 a 1986 y es un crítico de larga data de las adquisiciones de armas de Estados Unidos. En Defensa de los portaaviones Los líderes de la Marina están del lado de los portaaviones. En una entrevista a finales del año pasado, el almirante Scott Swift, comandante de la Flota del Pacífico de Estados Unidos, elogió la versatilidad de los portaaviones. Swift dice que siguen siendo “muy viables”, lo suficientemente inexpugnables para ser enviados a las zonas de combate. Sin embargo, citando las nuevas armas anti-buque, Swift dice que el portaaviones “no es tan viable como lo era hace 15 años”. (Jesús.R.G.)

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