El Bombardero 2037, el sustituto del B-2 Spirit.






La Fuerza Aérea de Estados Unidos está desarrollando un nuevo bombardero que promete asegurar la ventaja de Estados Unidos en la guerra moderna. El bombardero de ataque de largo alcance de nueva generación (LRS-B, por sus siglas en ingles), popularmente conocido como el bombardero 2037, ha sido recientemente otorgado a Northrop Grumman Corp para su creación, no será diseñado para apoyarse en tecnologías aún no desarrolladas, como suele ser el caso de nuevos aviones y armamento.  

En cambio, la aeronave combinará y aprovechará al máximo la tecnología existente en sigilo, software integrado, armamento y contramedidas. En efecto, los militares estadounidenses están consolidando lo mejor de su tecnología en un solo paquete. Al mismo tiempo, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha decidido agrupar todos sus bombarderos bajo un mando único, unificado, despejando el camino para hacer de los bombarderos una parte más central de sus operaciones. Así, el nuevo bombardero de ataque de largo alcance está a punto de convertirse en un pilar central de la estrategia de Estados Unidos para mantener su superioridad aérea en todo el mundo.­


El mantenimiento de una ventaja en la guerra convencional




El B-2 es el último modelo de bombardero actualmente en uso por la Fuerza Aérea de Estados Unidos y se desarrolló hace casi 20 años. Desde entonces, los nuevos aviones de combate han incorporado los avances tecnológicos más importantes que se han hecho desde el inicio del B-2. Parte de esta tecnología se ha integrado en las flotas de bombarderos B-52, B-1B y B-2, pero el nuevo modelo de bombardero unirá todas estas tecnologías en un solo diseño integral, haciendo un uso más completo de toda la tecnología para satisfacer mejor las necesidades estratégicas y tácticas de la guerra modernas. Al mismo tiempo, el nuevo bombardero está diseñado para ser especialmente fácil de actualizar según la tecnología más avanzada vaya emergiendo.



Este bombardero de nueva generación no viene en un momento demasiado pronto. Aunque al grueso de los bombarderos actuales de los Estados Unidos les quedan algunos años de vida útil. Estos están perdiendo rápidamente su ventaja competitiva frente a las aeronaves desarrolladas por potencias militares como China y Rusia. Y mientras que el grueso de la fuerza actual de bombarderos estadounidenses tendrá que ser reemplazada por el 2037 aproximadamente, la Fuerza Aérea de Estados Unidos cree que los avances tecnológicos chinos superarán a los más modernos bombarderos B-2 mucho antes, quizás sobre el 2020. La introducción del nuevo bombardero de largo alcance - y, en particular, su más avanzada tecnología de sigilo- será fundamental para mantener la superioridad de Estados Unidos en operaciones de combate convencionales.



La Guerra Centrada en Redes


Además de la tecnología de sigilo, el nuevo bombardero también ofrece modernos sensores que proporcionan una imagen más clara del campo de batalla. 

Los sensores de este tipo ya se han instalado en otros aviones militares de EE.UU y una serie de pruebas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos han demostrado que pueden ayudar con precisión y de forma independiente a identificar y atacar objetivos. Durante la Operación Furia Resultante en 2004, los bombarderos B-52 y B-1 fueron capaces de hundir varios objetivos marítimos en movimiento. Estas demostraciones sugieren que en una situación real de combate, los aviones podría detectar, atacar y destruir barcos enemigos con municiones guiadas de precisión. Y los sensores avanzados que hacen esto posible son una parte importante del diseño para el bombardero de ataque de largo alcance. Tanto las armas de precisión como los sensores dan a los Estados Unidos una ventaja tecnológica que podría ser aún más importante en futuros conflictos. Si, por ejemplo, surge el conflicto con China en el Pacífico, algún día, la tecnología que permite a los militares estadounidenses atacar con eficacia los objetivos marítimos se convertirá en una herramienta de gran poder para los Estados Unidos.



La Operación Furia Resultante también probó públicamente la capacidad de Estados Unidos para llevar a cabo una "guerra centrada en la red", un concepto importante en la guerra moderna que los países deberían tratar de traducir  en una ventaja útil en el campo de batalla. En la prueba del 2004, los bombarderos estaban coordinados con aviones de inteligencia, vigilancia, reconocimiento, mando y control, aviones cisterna y aviones de combate. Aunque fueron los bombarderos los que finalmente dieron el golpe decisivo que había completado la misión aniquilando a los barcos, la hazaña real del ejercicio fue el hecho de que el ejército fue capaz de integrar con éxito la información obtenida de los sensores en una amplia gama de plataformas. Tirando de toda esta información de las plataformas de vigilancia y de mando juntas permitieron identificar y rastrear numerosos objetivos marítimos móviles y conducir a los bombarderos directamente a ellos. Para comprender mejor el concepto de la Guerra Centrada en Redes aplicada al uso de los bombarderos explico a continuación el siguiente esquema de Stratfor:





UAV: Los vehículos aéreos no tripulados y otras plataformas de vigilancia proporcionan información sobre la zona objetivo a través de una amplia gama de ópticas, térmicas, radares y sensores de señales. Estos datos se transmiten al mando y plataformas de control, así como directamente a los aviones de ataque. Algunas de estas plataformas también pueden guiar activamente municiones al objetivo mediante designadores láser.



Satélite de Comunicaciones: Amplían el alcance de las transferencias digitales de información a través de los teatros más grandes de operaciones y conecta de nuevo con los centros de control en Estados Unidos.



Aviones de Ataque: Guiados a la posición de sus objetivos por el mando y control,



Aviones de Caza: Coordinados con el mando y control a través de la red para identificar las amenazas potenciales y proteger aviones amigos.



Aviones de Guerra Electrónica: Interrumpen las comunicaciones enemigas y sus sistemas de radar. La coordinación entre estas aeronaves y otras plataformas se realiza a través del mando y control.



Bombarderos: Reciben la información de aviones de vigilancia y aviones de ataque y realizan el ataque final sobre el enemigo tras la orden dada por AWACS.



Plataformas de Mando y Control (AWACS): Funcionan como un centro de mando táctico, el análisis de la situación táctica pasa a través de una variedad de sistemas de información y comunicaciones de todas las plataformas que participan en la operación y los AWACS la coordinan con los movimientos de las aeronaves y el despliegue de armas.



Aviones Cisterna de Reabastecimiento en Vuelo: Permiten reabastecer a los aviones para que puedan operar en rangos más largos o permanecer sobre el objetivo durante más tiempo. Se requiere coordinación y comunicación entre esta plataforma y otras de forma cuidadosa para servir eficazmente a una multitud de operaciones de repostaje de todas las aeronaves



Ventaja Asimétrica




El último modelo de bombardero también podría crear ventajas significativas para los Estados Unidos en la guerra asimétrica. Los bombarderos pueden estar una gran cantidad de tiempo volando sobre posibles objetivos y llevar importantes cantidades de municiones.  

Esto ofrece una clara ventaja en conflictos contra las insurgencias y actores como el Estado Islámico, que suelen ser más débiles que los estados en términos de poder militar tradicional. Por ejemplo, en los últimos meses de 2014 y en el inicio de 2015, los bombarderos de los B-1B de EE.UU. jugaron un papel importante en la batalla para volver a tomar la ciudad siria de Kobani que cayó bajo el yugo de Estado islámico. Con la ayuda de aviones cisterna, los bombarderos pasaron ocho horas sobrevolando la ciudad gastando sus municiones en ataques individuales y misiles guiados de precisión contra los combatientes del Estado Islámico. Los ataques del bombardero de largo alcance tratarán de mejorar estas capacidades, tanto con sus sensores avanzados y con su potencial para desarrollarse en una plataforma no tripulada. El avión sería esencialmente capaz de ir a cualquier lugar en el mundo y permanecer en el aire durante el tiempo que duren sus municiones.



Con sus diversas ventajas en la guerra convencional, asimétrica y marítima, el nuevo bombardero de largo alcance jugará un papel importante en la proyección del poder de Estados Unidos en el extranjero. De hecho, esto ya se ha reflejado parcialmente en la reciente reestructuración de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Desde abril, los Estados Unidos han estructurado todos sus aviones bombarderos bajo un mismo paraguas: el Comando de Ataque Global. Antes de la reorganización, el Comando de Ataque Global controlaba los bombarderos con armas nucleares y misiles balísticos intercontinentales con armas nucleares. Los bombarderos restantes se estructuraban bajo el Comando Aéreo de Combate. Ahora, el Comando de Ataque Global será capaz de ir más allá de su papel nuclear asumiendo el control sobre toda la capacidad de ataque de largo alcance. (Jesús.R.G.)

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