EE UU y la OTAN dan por acabados los combates en Afganistán.


Estados Unidos y la OTAN dieron ayer por concluida la misión de combate en Afganistán, que empezó hace 13 años, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Pero la guerra entre el Gobierno afgano, aliado de Washington, y los talibanes, que protegieron a Osama Bin Laden tras los atentados, continúa. Y la ceremonia que pone fin a los combates es simbólica: las fuerzas norteamericanas permanecerán dos años más, como mínimo, en el país centroasiático. Según los planes del presidente Barack Obama, EE UU mantendrá la presencia militar hasta el final de 2016. La misión de estos militares cerca de 11.000 norteamericanos será doble. Primero, entrenar a las fuerzas afganas. Y segundo, participar en misiones concretas contra Al Qaeda y los talibanes. 

Lo que ayer acabó fue la misión de la ISAF, las iniciales inglesas de la misión internacional que EE UU y sus aliados pusieron en pie a finales de 2001. La nueva misión recibe el nombre de Apoyo Decidido. Esta semana también acaba la Operación Libertad Duradera, que EE UU desarrollaba en paralelo a la de la OTAN y se enmarcaba en la llamada guerra contra el terrorismo. Le sustituye la Operación Centinela de la Libertad. “Nuestra misión de combate en Afganistán termina, y la guerra más larga en la historia americana llega a una conclusión responsable”, dijo Obama en un comunicado. El presidente recordó que, al llegar a la Casa Blanca en 2009, su país tenía 180.000 militares en Afganistán e Irak. Ahora tiene menos de 15.000. La promesa de acabar con las guerras de su antecesor, George W. Bush, se cumple a medias. EE UU se retiró de Irak en 2011 y, salvo contratiempos, lo hará de Afganistán en 2016, días antes de que Obama abandone la Casa Blanca. 

Pero la ruptura con Bush ha resultado más difícil de lo esperado. Los avances yihadistas han forzado al presidente a volver a intervenir en Irak con ataques aéreos y el envío de asesores militares. Y Afganistán está lejos de la estabilidad. Este año han muerto 3.188 civiles afganos, más que en cualquier año desde que en 2008 la ONU empezó a contar las bajas civiles en esta guerra. Además de las decenas de miles de afganos muertos estos años, EE UU ha perdido en la guerra de Afganistán a 2.224 militares, según un recuento de la agencia Associated Press. De los 2,6 millones de militares que desde 2001 combatieron en Irak y Afganistán, más de 800.000 regresaron con heridas físicas o psíquicas, según datos citados por The Washington Post. La primera potencia mundial no ha ganado las dos últimas guerras que ha iniciado. Ni proclamaciones de misión cumplida, ni desfiles victoriosos ni discursos triunfales: los combates en Afganistán terminan con una ceremonia discreta en Kabul y un comunicado del presidente. (Jesús.R.G.)


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