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Reino Unido confirma que avanzará en la compra de 12 nuevos cazas furtivos F-35A.


Teniendo como escenario la más reciente edición de la Cumbre de la OTAN, el primer ministro británico Keir Starmer ha anunciado que el Reino Unido avanzará en la compra de 12 nuevos cazas furtivos F-35A con capacidad nuclear, mismos que se agregarán al inventario de la Real Fuerza Aérea. La decisión confirma las especulaciones reportadas a inicios de este mismo mes, en lo que fueron las vísperas de la publicación de la Revisión de Defensa Estratégica del país, en la que se planteaba el regreso de las bombas nucleares estadounidenses a bases británicas para ampliar las capacidades de disuasión en medio de un entorno internacional cada vez mas complejo. 
 
 Tal y como expresó el propio mandatario británico: “En una era de incertidumbre radical, ya no podemos dar por sentada la paz. Estas aeronaves fortalecerán a nuestras Fuerzas Armadas y apoyarán a las comunidades de todo el país a través de nuestra industria de defensa.” Ha de destacarse en este sentido que la selección del F-35A no es en absoluto aleatoria, considerando que es la única variante capaz de emplear las bombas B61 que la Fuerza Aérea estadounidense mantiene en el continente europeo, capacidad de la que carecen los F-35B y Eurofighter con los que también opera el Reino Unido. Por otra parte, medios británicos han afirmado que los nuevos cazas furtivos que serían comprados por el país ya tendrían su asiento seleccionado por las autoridades de la Real Fuerza Aérea, tratándose particularmente de la base RAF Marham en Norfolk. Operando desde allí, los nuevos F-35A se unirán a las aeronaves ya existentes que forman parte del Programa de Doble Capacidad (DCA) de la OTAN, mismo que por larga data ha sido un paraguas nuclear liderado por los EE.UU. para disuadir a potenciales amenazas. 
 
La base en cuestión, destaca por ser una de las que originalmente disponía de bóvedas de almacenamiento capaces de alojar armamento nuclear, aunque en la actualidad se desconoce si realmente están en condiciones de hacerlo. Como potencial alternativa, se especula con la posibilidad de que los nuevos cazas pasen a la base RAF Lakenheath que también alberga elementos de la Fuerza Aérea de EE.UU., dónde también se conoce la existencia de sitios de almacenamiento especializados para el armamento nuclear. Se trata, en este caso, de una base que ya está recibiendo trabajos de modernización con el apoyo de fondos estadounidenses. Mas allá de las bases en las que podrían alojarse la docena de cazas que buscaría adquirir Londres, lo cierto es que la decisión representa un importante paso para recuperar las capacidades estratégicas que se habían perdido con el retiro de las últimas armas nucleares estadounidenses en el año 2008; desde la recién mencionada base RAF Lakenheath. En términos de bombas nucleares propias, el Reino Unido había perdido sus capacidades en el año 1998, al momento que fueron dadas de baja las antiguas bombas WE.177 con las que contaba. 
 
Desde aquel entonces, el país confió sus capacidades de disuasión restantes a su flota de submarinos equipados con misiles Trident II, careciendo de alternativas desplegables desde el aire. Retomando lo mencionado por el primer ministro Starmer, es importante destacar también que con la compra de sus nuevos F-35A, el Reino Unido espera poder sostener a más de 20.000 empleos en su complejo militar industrial, involucrando a mas de 100 empresas en el proceso productivo de las aeronaves. Sumado a ello, funcionarios británicos celebraron que la compra de aviones de esta variante permite a su vez reducir costes en relación a los F-35B que forman parte de las flotas de cazas actualmente en servicio. Tal es así, que se habla de hasta una reducción de coste unitario de hasta 25%, dato no menor considerando el compromiso de invertir hasta el 5% del PBI en defensa que adoptó el gobierno británico en línea con el pedido de la OTAN al respecto. 
 
Fuente: https://www.zona-militar.com/

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