La Marina China espía el ataque de EE.UU. a Irán desde aguas del Golfo Pérsico.

La Marina China espía el ataque de EE.UU. a Irán desde aguas del Golfo Pérsico 

El 21 de junio de 2025, surgieron informes de que la Marina del Ejército de Liberación de Chinas posicionó dos buques de inteligencia electrónica avanzadas en el Golfo Pérsico, aumentando las tensiones regionales tras la Operación Martillo de Medianoche contra Irán. Este movimiento estratégico subraya la creciente presencia naval de China en una región geopolíticamente volátil. Inicialmente, los analistas especularon que China tenía como objetivo apoyar a Irán compartiendo datos de inteligencia. 

Sin embargo, la evidencia sugiere los principales centros objetivos para observar las tácticas militares de Estados Unidos, particularmente las sofisticadas operaciones que involucran aviones sigilosos y guerra electrónica. Los barcos desplegados, identificados como buques de vigilancia de la clase Tipo 815A con números de casco 855 y 815A, sobresalen en la recolección de señales de inteligencia y monitoreo de emisiones por radar, ofreciendo a China un asiento en primera fila a las capacidades estadounidenses. Este desarrollo cautiva tanto a los expertos en defensa como al público en general, ya que destaca la intrincada interacción de la tecnología, la estrategia y la dinámica de poder global en el Golfo Pérsico. El despliegue plantea interrogantes sobre las ambiciones más amplias de China y su papel en una región crítica para el suministro energético mundial.

El despliegue de buques de inteligencia en el Golfo Pérsico indica un esfuerzo calculado para promover sus intereses militares y geopolíticos. Principalmente, el PLAN pretende escudriñar la Operación Martillo de Medianoche, el ataque estadounidense contra las instalaciones nucleares iraníes, para decodificar las tácticas estadounidenses. El uso de bombarderos sigilosos y sistemas de guerra electrónica B-2 Spirit presenta una rara oportunidad para que China recoja datos sobre la tecnología estadounidense de vanguardia. Más allá de la inteligencia táctica, China busca proteger sus intereses económicos en la región, ya que depende en gran medida de las importaciones de petróleo del Golfo Pérsico.

Al establecer una presencia naval, Pekín se afirma como un actor global capaz de influir en la dinámica regional. Además, el despliegue se alinea con el empuje de China para mejorar su seguimiento por satélite de plataformas sigilosas, una prioridad para su modernización militar. La ubicación estratégica del Golfo Pérsico, cerca del Estrecho de Ormuz, amplifica la importancia de este movimiento, ya que el control de este punto de estrangulamiento afecta a los mercados energéticos globales. Las acciones de China reflejan una mezcla de oportunismo y ambición a largo plazo, posicionándolo para aprender de las operaciones estadounidenses mientras flexionan su alcance naval.

Aspectos tecnológicos de las plataformas de inteligencia de China

Los buques de la clase Tipo 815A, centrales de la misión del Golfo Pérsico de China, cuentan con sistemas avanzados para la recolección de inteligencia electrónica. Estas naves cuentan con sofisticadas antenas y sensores que interceptan señales de radar, comunicaciones y emisiones electromagnéticas a través de una amplia gama de frecuencias.

Estas capacidades permiten al PLAN rastrear los movimientos de los aviones, incluyendo plataformas sigilosas como el B-2 Spirit, analizando las firmas de sus sistemas de soporte. Los barcos también apoyan el reconocimiento de satélites, transmitiendo datos a los activos orbitales de China para un análisis en tiempo real. Equipado con herramientas de monitoreo de radar de largo alcance, el Tipo 815A puede detectar y clasificar actividades militares a cientos de kilómetros de distancia, ofreciendo una visión completa de las operaciones estadounidenses.

Estas plataformas abordan el desafío de monitorear a los adversarios avanzados integrando la inteligencia de señales con las capacidades cibernéticas, lo que podría perturbar las comunicaciones enemigas si es necesario. En comparación con modelos anteriores, el Tipo 815A ofrece una sensibilidad mejorada y procesamiento de datos, mejorando la capacidad de China para decodificar tácticas complejas de los Estados Unidos. Para los entusiastas de la defensa, estos barcos representan un salto en la inteligencia naval, mezclando el diseño sigiloso con la tecnología de vanguardia para remodelar cómo las naciones reúnen ideas en el campo de batalla.

Intereses ruso e internacional

Rusia, junto a otros actores globales, vigila de cerca la Operación Martillo de Medianoche por sus implicaciones técnicas y estratégicas. Los analistas rusos probablemente se centran en el rendimiento de GBU-57, particularmente su radio de dispersión y capacidad para atacar múltiples bombas secuencialmente para una penetración más profunda. Esos datos podrían servir de base para el desarrollo de la evolución de las municiones o contramedidas similares.

La operación también llama la atención de los estados del Golfo, cauteloso de la presencia naval de China cerca del Estrecho de Ormuz, una ruta vital de tránsito de petróleo. Las naciones europeas, preocupadas por la estabilidad regional, ven la recolección de inteligencia de China como una potencial escaladora de tensiones. El despliegue de barcos chinos puede provocar discusiones en la OTAN sobre la lucha contra las operaciones de inteligencia no occidentales en regiones críticas.

Mientras tanto, abundan las especulaciones de que China y Rusia podrían compartir datos recopilados, aprovechando sus ejercicios conjuntos como el Cinturón de Seguridad Marítima 2025 para alinear estrategias. Este escrutinio internacional pone de relieve los efectos de onda de la operación, ya que las naciones reevalúan sus posturas militares y alianzas en respuesta a las tácticas de Estados Unidos y la audaz misión de inteligencia de China.

Contratandas de EE.UU. contra esfuerzos de inteligencia

El ejército estadounidense contraataca activamente la reunión de inteligencia china y rusa en el Golfo Pérsico. Durante la Operación Martillo de Medianoche, los comandantes emplearon tácticas de engaño, como el despliegue de aviones señuelos para engañar a los observadores sobre el camino del paquete de ataque B-2. El general Caine confirmó que aviones de combate despejaron el espacio aéreo antes de los bombarderos, neutralizando las amenazas de misiles tierra-aire iraníes.

Estados Unidos también dispersó los activos navales, incluidos los mineros, para evitar vulnerabilidades en el estrecho de Ormuz, donde Irán podría desplegar minas. Los sistemas avanzados de comunicación de encriptación y salto de frecuencias protegían las operaciones estadounidenses desde la interceptación por naves chinas Tipo 815A. Estas contramedidas reflejan una estrategia más amplia de Estados Unidos para mantener la superioridad tecnológica en medio de una creciente competencia.

Al complicar la recolección de inteligencia de adversarios, Estados Unidos asegura que sus plataformas y tácticas sigilosas siguen siendo esquivas. Este juego de gato y ratón subraya la complejidad de la guerra moderna, donde salvaguardar los secretos operativos es tan crítico como ejecutar ataques. Los analistas de defensa señalan que tales medidas fortalecen la disuasión de Estados Unidos, desafiando la capacidad de China para decodificar completamente las tácticas estadounidenses.

Consecuencias geopolíticas y escenarios futuros

El despliegue de inteligencia de China en el Golfo Pérsico conlleva profundas implicaciones geopolíticas, remodelando la dinámica entre las grandes potencias. La medida tensa las relaciones entre Estados Unidos y China, ya que Washington lo ve como un desafío a su dominio regional. Irán, aunque potencialmente se beneficia de los datos chinos, se enfrenta a un mayor escrutinio de los vecinos del Golfo recelosos de la creciente influencia de Pekín.

La presencia de barcos Tipo 815A puede envalentonar a China para expandir su huella naval, posiblemente estableciendo instalaciones permanentes en el Medio Oriente, como sugiere un informe del Pentágono de 2025. Para Estados Unidos, el despliegue señala la necesidad de adaptar las operaciones, mejorando las contramedidas como señuelos electrónicos y seguras.

El interés de Rusia en la operación podría profundizar su colaboración con China, complicando las estrategias occidentales. De cara al futuro, China puede aprovechar los conocimientos de la Operación Martillo de Medianoche para refinar sus tecnologías anti-robete, estrechando la ventaja tecnológica de Estados Unidos. Este evento marca un nuevo capítulo en la competencia militar global, instando a los responsables políticos y al público a captar sus apuestas en un mundo de rivalidades intensificadas.

Fuente: https://bulgarianmilitary.com/

Comentarios