La Fuerza Aérea de los EE.UU. retoma con el retiro de los A-10C Thunderbolt II.

 
 
Luego de varios años de puja entre en congreso y Fuerza Aérea de los EE.UU., finalmente el servicio ha recibido la luz verde por parte del cuerpo legislativo para comenzar a reducir la flota de aviones de ataque A-10C Thunderbolt II. Así lo informó Task & Purpose al reflejar la decisión adoptada en el Acta de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2023, documento que autorizó a la USAF para retirar a 21 Warthogs. 
 
Actualmente, la Fuerza Aérea estadounidense cuenta con 281 A-10 “Warthog”, por lo que la decisión adoptada por los legisladores norteamericanos levanta una prohibición de casi una década. Vale recordar que la USAF ha impulsado constantemente la reducción de la flota de los Thunderbolt II, justificando que el avión de ataque no solo había quedado retrasado respecto a las amenazas y conflictos actuales, sino que también implicaba para la Fuerza el desvío de valiosos recursos presupuestarios, materiales y humanos. La USAF insistió en vano por años, apuntando principalmente a consolidar la estructura de personal y material para sostener a la flota de F-35A Lightning II. Tal como mencionó Task & Purpose, la USAF propuso deshacerse de 42 A-10 como parte de su presupuesto para el año fiscal 2022, pero el Congreso prohibió que el servicio los retirara. 
 
Este situación ha sido casi una constante a lo largo de la última década, cuando la Fuerza Aérea no solo propuso ir retirando paulatinamente a los Thunderbolt II, sino que incluso deslizó la posibilidad de dar de baja a toda la flota. Las voces en contra de esta decisión se sostienen en la experiencia obtenida en los conflictos de Irak, Afganistán y Siria, donde los A-10C Thunderbolt II destacaron por su capacidad para proveer apoyo aéreo cercano a las tropas en tierra. En centenares de ocasiones, los veteranos Warthog han oficiado de ángeles de la guarda y salvadores para elementos de tropas especiales así como tropas convencionales, siendo apreciados por su precisión, potencia de fuego, supervivencia, autonomía y capacidad de apoyo que otros cazabombarderos no pueden ofrecer. Los defensores del A-10 argumentan que los aviones más modernos de la Fuerza Aérea, como el F-35 Lightning II o los F-15E Strike Eagle, no pueden proporcionar el mismo nivel de apoyo aéreo cercano a las tropas en tierra. 
 
 
Sin embargo, con las Fuerzas Armadas de los EE.UU. focalizándose en posibles conflictos con Rusia y China, estos escenarios lógicamente se presentan mucho más complejos que los vividos en Afganistán o Irak, donde las amenazas antiaéreas y aéreas eran casi nulas. Ucrania viene siendo un claro ejemplo de teatros de operaciones con espacios fuertemente disputados, por lo que la USAF y otras fuerzas han tomado nota de las experiencias que se están obteniendo. La decisión de la USAF ya está consolidada, por lo que podríamos estar ante los primeros pasos de la pospuesta jubilación del A-10C Thunderbolt II. Pese a esta mala noticia, los populares aviones de ataque aún mantienen un horizonte de vida útil gracias a los diversos programas de actualización que han recibido en los últimos años, razón por la cual aún podemos esperar verlos en acción en los próximos años. 
 
Fuente: https://www.zona-militar.com/

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