El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó este jueves cancelar el asalto final al territorio de la acería Azovstal, a las afueras de Mariúpol, donde miles de soldados ucranianos siguen resistiendo a las fuerzas rusas. La decisión se tomó después de recibir en el Kremlin al ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, que le informó que la parte urbana de esa ciudad portuaria del mar de Azov se encuentra bajo control de las fuerzas armadas enviadas por Moscú. Shoigú aseguró al mandatario ruso que el resto de las tropas ucranianas se encuentran bloqueadas en la zona industrial de la planta Azovstal. Según el ministro, en ese lugar quedan más de 2.000 militares ucranianos.
Shoigú aseguró que se han rendido a los rusos 1.478 de los 8.100 que, según sus cálculos, había en Mariúpol cuando las fuerzas armadas rusas comenzaron el asedio. Shoigú calculó que para "completar el trabajo en Azovstal" el ejército ruso necesitaría tres-cuatro días. Pero Putin mandó a su ministro que, en lugar de ejecutar un ataque final contra los resistentes, las fuerzas rusas bloqueen la zona. "Creo que el asalto propuesto a la zona industrial no es práctico. Ordene cancelar", dijo Putin. "Este es esa ocasión en la que debemos pensar. Siempre debemos pensar, pero en este caso mucho más en preservar la vida y a salud de nuestros soldados y oficiales. No hay necesidad de meterse en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra en esas instalaciones industriales", razonó en unas declaraciones publicadas en la web del Kremlin. "Bloquee esta zona industrial para que no pase una mosca", ordenó a Shoigú el jefe del Estado ruso.
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