El nuevo BAM, un coloso tecnológico.

 
La confirmación de la obra del nuevo Buque de Acción Marítima (BAM-IS) de apoyo a submarinos ha puesto en alerta a la industria naval de la Bahía ante la llegada de más carga de trabajo a los astilleros gaditanos, concretamente a la factoría de Puerto Real. Los empresarios, como adelantó LA VOZ, reclaman ahora celeridad en la licitación de la obra después de dos años de anuncios y trámites. El pasado lunes, el Consejo de Ministros autorizó definitivamente la obra de este buque, clave para dar apoyo a los nuevos submarinos de la serie S-80 que se construyen en la factoría de Navantia-Cartagena y cuyo primer sumergible, el 'Isaac Peral', está previsto que entre en servicio en 2023. 
 
El nuevo BAM, el séptimo de la serie de estos patrulleros, es una máquina tecnológica perfecta 'made in Spain' con sello gaditano, ya que parte de su tecnología se desarrolla también en la Unidad de Sistemas del astillero de San Fernando. Este BAM permitirá a la Armada jubilar al buque 'Neptuno' que hasta ahora hace las funciones de apoyo a la flota de submarinos española. Cabe recordar que de los cuatro sumergibles que tenía la Armada ('Mistral', 'Siroco', 'Galerna' y 'Tramontana') solo están operativos dos ('Galerna' y 'Tramontana') y, de ellos uno, ('Galerna') aborda una profunda mejora que lo mantiene en fuera de juego. Solo está activo el 'Tramontana'. El BAM-IS tendrá una eslora de 85 metros, manga de 18 y cinco metros de calado. Su velocidad sostenida será de 15 nudos, gracias a sus cuatro diésel generadores y una propulsión eléctrica. Desplazará 5.000 toneladas, tendrá capacidad para 48 personas en su configuración estándar, aunque con adaptaciones podrá acoger hasta 84. Dispondrá de una cubierta con helipuerto en la proa del buque. 
 
La plataforma de popa, ofertará una gran superficie destinada a acoger los sistemas modulares de intervención submarina y una grúa de gran capacidad. Entre los equipos que transportará, destacan dos vehículos submarinos no tripulados (ROV), dos cámaras hiperbáricas, dos teléfonos submarinos, compresores, equipos de buceo o radar de barrido lateral. Defensa sólo cuenta en la actualidad para salvamento de submarinos con el buque de apoyo 'Neptuno', cuya antigüedad (fue botado en 1974) le han condenado a la jubilación. Solamente se mantiene en funcionamiento porque resulta de utilidad a la hora de realizar las prácticas de buceo de los integrantes de la Armada. El nuevo buque tendrá grandes ventajas respecto a su predecesor. Podrá mantenerse en cualquier punto del océano de manera permanente, irá dotado de suministro de emergencia para naves hundidas, poseerá helipuerto, teléfonos submarinos, radar lateral y cámaras hiperbáricas. 
 
 
El nuevo BAM-IS contará con el Sistema de Rescate de Submarinos de la OTAN. Irá equipado también con un dispositivo sumergible dirigido por control remoto que servirá para evacuar tripulantes de una nave hundida. Se trata de un equipo completo con el que actuar de manera eficiente en situaciones críticas como la que vivió el submarino argentino 'Ara San Juan' en el año 2017. Una nave que hasta ahora Defensa no se había podido permitir. A día de hoy, las Fuerzas Armadas solo cuentan con dos submarinos, ambos de 30 años de antigüedad, con lo que la puesta en servicio de los S-80 es prioritaria. De hecho, la primera unidad se encuentra ya en pruebas en Cartagena. El BAM-IS no será botado antes de 2024, dos años después de que el primero de los cuatro submarinos de la serie S-80, el submarino 'Isaac Peral', realice sus primeras maniobras. 
 
Grandes ventajas 
En todo caso, para cuando los cuatro sumergibles hayan sido construidos, la Armada poseerá ya de un barco que ayude a resolver todo tipo de percances bajo el agua, un ángel de la guarda que vele, desde la superficie, por la seguridad en las profundidades. 
 
La inversión del nuevo BAM asciende a 166 millones de euros y su obra generará más de un millón de horas de trabajo en los próximos tres años en los astilleros de Navantia en Puerto Real. Defensa lo considera un buque "de capacidades únicas" y representa el desarrollo de una herramienta multifuncional que ampliará sus capacidades operativas. Para la empresa naval, el reto de aplicar sistemas integrados (propios y la Armada) y el avance industrial que ello supone en un mercado internacional altamente competitivo. El barco se destinará "al salvamento rescate de submarinos y operaciones de intervención submarina. Además, podrá asumir labores de apoyo a operaciones navales, de intervención en accidentes en el mar y la vigilancia y monitorización del patrimonio subacuático·. 
 
 
 
La construcción del BAM-IS aportará 1,3 millones de horas de trabajo en la Bahía de Cádiz. Según ha indicado Navantia, la obra del BAM-IS, incluidos los trabajos de ingeniería, generará alrededor de 1.100 empleos durante tres años y medio, sumando empleo directo, indirecto e inducido. Casi 160 serán empleados directos de Navantia, unos 300 corresponderán a industria colaboradora y otros 660 se generarán en suministradores y otras empresas. Todo ello supondrá que, durante tres años y medio, se generará un valor añadido directo e indirecto para la economía de aproximadamente 54 millones de euros anuales, y una demanda agregada de 159 millones de euros anuales, ha añadido. 

Fuente: https://www.lavozdigital.es/
 
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