El submarino argentino sufrió una avería en sus baterías el día de su desaparición.

Sin rastro del submarino argentino perdido. Media docena de países buscan por mar y aire la nave desaparecida, desde el miércoles pasado, en aguas del Atlántico Sur. Las expectativas creadas tras la detección de al menos siete señales de telefonía satelital atribuidas al ARA San Juan se desmoronaron con las horas. La Armada matizó el discurso y la tesis inicial dio paso a más dudas que certezas. Para mayor desolación, el clima se convirtió en el peor enemigo de las operaciones de localización y rescate del submarino que tiene en vilo a Argentina. «No se descarta ninguna hipótesis», reconoció Enrique Balbi, jefe de prensa de la Armada. No hay «clara evidencia» de que esos intentos de llamadas, de apenas unos segundos, se puedan atribuir al buque submarino que navega -o naufraga- con 44 tripulantes en aguas del Atlántico Sur. 

 Además, la Armada Argentina ha confirmado este lunes que el capitán del submarino había informado de un fallo en las baterías el miércoles pasado, cuando desapareció, según recoge el diario argentino Clarín. Familiares de los tripulantes del submarino habían apuntado que la nave tuvo que volver antes hacia Mar del Plata por un fallo técnica, pero la confirmación oficial ha llegado ahora, en el quinto día de búsqueda, apunta este medio argentino. La peor noticia es que no hay noticia. «No se ha tenido contacto o detección ni visual ni radar», reconoció Balbi. Chile, Uruguay, Perú, Francia e Inglaterra han desplegado, entre otros, siete aviones, dos destructores, seis corbetas, dos buques científicos, un buque hidrográfico (británico) y otros tres con tecnología de última generación. A este dispositivo hay que sumar al comando estadounidense de Rescate Submarino (URC) que opera con una cámara de rescate y vehículo de acople (por si fuera necesario) pero... «las condiciones meteorológicas siguen siendo muy adversas para la búsqueda... Hay olas de hasta seis metros y vientos fuertes de temporal», advirtió el portavoz. 

El dato no es menor porque a las complicaciones evidentes del mal tiempo hay que añadir que la efectividad de los radares que barren el fondo del mar queda «reducida por los falsos ecos productos del mal tiempo». Sin una noticia buena que ofrecer Balbi colocó las esperanzas en mañana martes. «Esperamos -confió- que mejore el clima y sea más efectiva tanto la exploración aérea como marítima». La zona de rastreo del submarino se extiende por un sector de más de mil kilómetros cuadrados, a unos 300 de la costa y abarca desde la provincia patagónica de Santa Cruz hasta la de Buenos Aires. En ésta, en la base de Mar del Plata, es donde debería haber atracado el domingo el submarino, si su travesía hubiera transcurrido sin incidentes. El 80 por ciento del área delimitada ya se peinó y no se halló nada, ni un indicio o rastro del submarino. Ahora, «el buque británico HMS Protector está haciendo la trayectoria que tenía previsto el ARA San Juan hacia el puerto de Mar del Plata», informó Gabriel González, jefe de la base naval de Mar del Plata. (Jesús.R.G.)


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