Congelan despliegue del escudo THAAD en Corea del Sur por impacto ambiental.


La oficina presidencial de Corea del Sur anunció hoy que congelará el actual despliegue del escudo antimisiles estadounidense THAAD en el país ante la necesidad de que el sistema se someta a un estudio detallado de impacto ambiental. 

En todo caso, las dos lanzaderas autopropulsadas y la parte del equipamiento que ya ha sido desplegados y están en funcionamiento desde el pasado abril se mantendrán tal cual, precisó un portavoz de la Casa Azul (oficina presidencial) en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap. Aún así aclaró que "que aquellas (lanzaderas) que aún deben ser desplegadas van a tener que esperar". El anuncio se produce después de que el nuevo Gobierno del presidente Moon Jae-in averiguara que bajo el anterior Ejecutivo el Ministerio de Defensa dividió deliberadamente la instalación del THAAD en dos parcelas de terreno para que éstos no superaran la superficie mínima que marca la ley para hacer estudios ambientales en profundidad. El portavoz de Casa Azul explicó que la evaluación del impacto medioambiental que se va a tener que realizar podría llevar hasta un año. 

Diseñado para derribar misiles a gran altura, una batería del THAAD incluye entre seis y nueve lanzaderas autopropulsadas (Corea del Sur tiene ya instaladas dos), cada una con unos 50 misiles interceptores, y una unidad de control de lanzamiento y comunicaciones conectada a un potente sistema de radar de largo alcance de banda X. Ante los repetidos ensayos de misiles de Corea del Norte, EE.UU. y el Gobierno de la destituida presidenta surcoreana Park Geun-hye acordaron en julio de 2016 instalar el sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD), para evitar el impacto en suelo surcoreano de proyectiles disparados por Pyongyang. El THAAD ha estado rodeado de polémica desde el inicio, ya que los residentes del condado de Seongju (centro del país), que alberga el escudo, continúan protestando el despliegue por su temor a que las potentes ondas electromagnéticas del sistema dañen su salud y sus cultivos. Además, China y Rusia han manifestado su oposición al creer que los potentes radares pueden servir para obtener datos de inteligencia de sus bases militares más cercanas. (Jesús.R.G.)

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Comentarios

  1. Los habitantes de Seongju y los ecologistas deberian pensar que como el norcoreano le de por atacar y le caigan sus misiles encima van a desear no haber interferido en lo único que puede protegerlos. Francamente en una situación así hay que dejarse de tonterias porque mas que las ondas electromagneticas lo que les va a afectar de verdad son los misiles del norte.

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