El estado de la Armada rusa 25 años después de la caída de la URSS.




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La Armada de Rusia participa desde octubre del año pasado en operaciones militares contra el Estado Islámico en Siria. Actualmente la lucha contra el terrorismo se está convirtiendo en uno de los ámbitos de actividad prioritarios de los marineros rusos y el Estado está invirtiendo una cantidad de fondos sin precedentes para construir nuevos barcos, bases e infraestructura naval.

Nuevos buques y submarinos para la Armada
De 2011 a 2022 Rusia habrá destinado 5 billones de rublos (78.000 millones de dólares) a la construcción de nuevos buques y submarinos para la Armada. En la actualidad se está construyendo una serie de seis fragatas del proyecto 11356, similares al Admiral Grigórovich: la comandancia de la Armada está preparándose para recibir el tercer barco de este proyecto. Además, las empresas del complejo industrial militar han finalizado la construcción de seis submarinos diésel-eléctricos del proyecto 636.3 Varshavianka para la Flota del Mar Negro, equipados con los nuevos misiles de crucero Kalibr-PL, con un alcance de destrucción de objetivos de hasta 2.500 kilómetros.

“Las posibilidades de las nuevas unidades se exhibieron por primera vez a finales del año pasado, cuando el submarino Rostov del Don llevó a cabo un ataque con misiles Kalibr contra las posiciones de los terroristas en Siria”, comenta a RBTH el antiguo comandante de la Flota del Mar Negro Ígor Kasatónov. “Además, en estos momentos se está construyendo una serie de submarinos de misiles estratégicos del proyecto 955 Boréi”, añade Kasatónov. Según este, las tropas ya cuentan con tres embarcaciones de este tipo y antes de 2020 la Armada recibirá otras cinco.

Modernización de las bases de la Armada
El Ministerio de Defensa dirige ahora la mayor parte de sus esfuerzos a la modernización de las bases de submarinos de la Armada en el Extremo Oriente, en la ciudad de Viliúchinsk de la región de Kamchatka (a unos 7.000 kilómetros al este de Moscú), y en la costa del mar Negro, en Novorossiisk (a 1510 kilómetros al sur de Moscú). 
A la base de Kamchatka está previsto enviar cuatro submarinos 955 Boréi. Otras cuatro unidades se enviarán a los muelles de la Flota del Norte. En Novorossiisk ya se encuentran prestando servicio tres submarinos diésel 636.6 Varshavianka con misiles de crucero Kalibr, y durante los próximos tres años la base recibirá los tres submarinos restantes de esta serie, cuando finalice la construcción de toda la infraestructura necesaria.

Qué más barcos necesita la Armada
“La Armada rusa necesita urgentemente contar con grandes portahelicópteros de desembarco, ya que estos buques se encargan del transporte de carga militar y de las agrupaciones de la aviación a las zonas de las operaciones militares. En la actualidad se trata de Siria”, declara a RBTH el observador militar de Izvestia, Dmitri Safónov. Según este, un portahelicópteros de este tipo es capaz de cumplir con las funciones de toda una base aérea análoga a Jmeimim.

“No es que Rusia se haya propuesto medir sus fuerzas con EE UU en cuanto al número de buques, bases y presencia en el océano mundial”, añade Safónov. Sin embargo, según el experto, los nuevos portaaviones y portahelicópteros permitirán a Moscú proyectar sus fuerzas, como hace Washington, hacia cualquier punto del planeta.
 
Los problemas de la Armada
Uno de los problemas clave de la Armada rusa en la actualidad es la escasez de motores y piezas de repuesto, que anteriormente se compraban a empresas ucranianas. “Antes del inicio de la crisis de las relaciones con Ucrania, Rusia solo había recibido tres de los seis motores que había encargado a fábricas ucranianas. Debido a ello, la construcción de tres buques del proyecto 11356 se quedará estancada hasta 2018 mientras Rusia pone en marcha la producción interna de motores análogos”, declara a RBTH el jefe de redacción de la revista Arsenal de la Patria, Víktor Murajovski.
Según el experto, uno de los problemas más graves de la Armada sigue siendo la reparación de los buques de herencia soviética y su modernización. Algunos buques no son capaces de llevar a cabo tareas militares pero todavía siguen en activo. Para poder reparar estos barcos es necesario construir nuevos astilleros, aunque este tipo de proyectos requiere una enorme inversión financiera y mucho tiempo de trabajo, añade Murajovski. (Jesús.R.G.)

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