Europa del Este y Asia tiran del aumento del gasto militar mundial.

El gasto militar mundial ascendió a 1,7 billones de dólares en 2015, un 1% más en términos reales que un año antes, según las cifras hechas públicas este martes por el think tank Stockholm International Peace Research Institute (Sipri). Se trata del primer incremento en gasto militar desde 2011 y refleja, fundamentalmente, el repunte continuado de los presupuestos militares en países de Asia y Oceanía, así como en Europa central y oriental y en algunos Estados de Oriente Medio. El año pasado, el gasto público en defensa solo disminuyó en África —por primera vez tras 11 años de crecimiento ininterrumpido— y en América Latina y el Caribe. Estados Unidos se mantuvo, con diferencia, como el país con el mayor gasto militar del mundo (596.000 millones de dólares, 524.000 millones de euros), pese a recortar un 2,4% su presupuesto. En segundo lugar, todavía a una distancia considerable, emerge China, que destinó un 7,4% más a defensa, hasta alcanzar un gasto total de 215.000 millones de dólares (189.000 millones de euros). 

En tercer lugar, Arabia Saudí superó a Rusia por primera vez en la serie histórica. El desplome del precio del petróleo iniciado en 2014, una variable que ha marcado el devenir de muchas economías en los últimos meses, emerge como un factor clave a la hora de analizar los incrementos y descensos de los presupuestos militares. Entre los países productores impera la tendencia a la baja, que tiene en Angola, Kazajistán, Ecuador o Venezuela los mejores ejemplos. Sin embargo, en otros países exportadores como Argelia, Rusia o Arabia Saudí, embarcados en costosas operaciones de defensa, el esfuerzo económico en seguridad aumenta. Aún así, el gasto final de Rusia fue más bajo de lo que había proyectado en su presupuesto y el del país árabe habría caído de no ser por el coste adicional de 5.300 millones de dólares (4.660 millones de euros) de su intervención en Yemen. Para 2016, ambos países sí anticipan recortes en las partidas militares. 

Estabilización en Occidente
El gasto en defensa de los países de América del Norte y de Europa central y occidental ha ido disminuyendo desde 2009, en gran parte como resultado de la crisis económica global, así como por la retirada de la mayoría de tropas estadounidenses de Afganistán y de Irak. De todos modos, en 2015 hubo signos de que este declive llegaba a su fin. El leve descenso en el gasto militar de EE UU supone un cambio respecto a las caídas mucho más abultadas de los últimos años. 

En parte, el Sipri lo achaca a las disposiciones aprobadas por el Congreso norteamericano para proteger parcialmente el gasto militar de las medidas presupuestarias de reducción del déficit acordadas previamente. En 2016 las previsiones apuntan a que EE UU mantendrá el esfuerzo económico en defensa más o menos al mismo nivel del año pasado. El gasto en Europa occidental y central en términos agregados bajó tan solo un 0,2% en 2015. En cambio, solo en Europa central el gasto subió un 13%. Los aumentos fueron particularmente significativos en países fronterizos con Rusia y Ucrania —Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania—, los más preocupados por las intenciones de Rusia después de la crisis de Ucrania. Por el contrario, el gasto de Europa occidental bajó un 1,3%, aunque fue la proporción anual de disminución más baja desde que empezó la reciente reducción del gasto, iniciada en 2010. 

Tanto Reino Unido como Francia y Alemania —las tres mayores potencias militares de la UE— han anunciado planes para un modesto incremento del gasto en los próximos años por la preocupación por Rusia y la amenaza que supone Estado Islámico. Este incremento va en línea con las reiteradas recomendaciones de la Organización Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza militar que engloba a buena parte del Viejo Continente y a EE UU y Canadá, entre otros. "El gasto militar en 2015 presenta tendencias contrastantes", afirma el jefe del proyecto sobre gasto militar del SIPRI, Sam Perlo Freeman. "Por un lado, reflejan la escalada de conflictos y tensiones en muchas zonas del mundo; por otro, hay una clara ruptura con el aumento impulsado por el petróleo en el gasto militar de la última década. Esta volátil situación económica y política crea una imagen incierta para los próximos años", zanja. (Jesús.R.G.)


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