El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha ordenado este lunes al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, que inicie, a partir del martes 15 de marzo, la retirada del grueso de la agrupación militar
que ha intervenido en Siria desde el pasado 30 de septiembre. El jefe
del Estado ruso justificó la orden alegando que el objetivo de la misión
se ha cumplido ya al haber puesto las bases para una solución negociada
entre las fuerzas políticas de aquel país. Las bases militares rusas en el puerto mediterráneo de
Tartus y en el aeropuerto de Jmeimim, en Lakatia, respectivamente,
“continuarán funcionando como antes y deben ser bien defendidas por
tierra mar y aire”, afirmó el jefe del Estado, que hizo su anuncio en
una reunión conjunta con el ministro de Defensa y con el ministro de
Exteriores, Serguéi Lavrov.
A estas bases les ha sido encomendada la
vigilancia del cumplimiento del régimen de alto el fuego, explicó el
líder ruso. “Considero que las tareas
planteadas ante el ministerio de Defensa se han cumplido en su conjunto.
Por eso ordeno a partir de mañana comenzar la retirada del grueso de
nuestra agrupación militar en la República Arabe Siria”, dijo Putin. El comienzo de la retirada del contingente ruso ha sido acordado con el presidente de Siria,
Bachar el Asad, según manifestó el secretario de prensa del presidente,
Dmitri Peskov. Putin llamó por teléfono a El Asad y no informó
previamente a nadie más sobre sus intenciones, explicó Peskov. El
ministro de Defensa rindió cuentas al comandante en jefe sobre los
objetivos conseguidos por los militares rusos en Siria. En su balance
figuraba el haber conseguido “interrumpir el abastecimiento de recursos a
los terroristas”, y el haber “exterminado en territorio de Siria más de
2.000 bandidos, procedentes de Rusia, entre ellos 17 jefes
guerrilleros”.
Además, continuó, con la ayuda de la aviación rusa, las tropas sirias han liberado más de 400 localidades y más de 10.000 kilómetros cuadrados de terreno. La aviación rusa, por su parte, destruyó, según la versión del ministro, más de 209 instalaciones de extracción y refinado de petróleo y más de 2.000 medios de transporte de crudo. Manifestó Shoigu que, gracias a la intervención rusa, se habían cortado las principales rutas de comercio de crudo a Turquía y también las principales rutas de suministro de armas y explosivos. Como logros positivos, Shoigú destacó el restablecimiento de comunicaciones con Alepo, el bloqueo de Palmira y los combates para liberarla, operaciones de limpieza en dos provincias sirias, restablecimiento del control en tres campos de petróleo cercanos a Palmira y el conjunto de actividades que produjeron el “giro” que ha permitido una amplia extensión del alto el fuego y el control del mismo.
El ministro afirmó que se podía haber continuado, pero
que el principal trabajo está hecho. Por su parte Lavrov pasó revista al
proceso diplomático, y dijo que “la operación de nuestras fuerzas
aéreas ha permitido crear las condiciones” para un proceso político y
subrayó que los parámetros acordados para resolver el conflicto tienen
la aprobación de dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. El diálogo restablecido en Ginebra entre el gobierno y la
oposición “no es un trabajo fácil”, pero “el proceso ha comenzado”,
señaló. Rusia ha movilizado en Siria distintos cuerpos de las fuerzas
armadas, desde la aviación, que ha empleado aviones de combate y
aparatos de largo recorrido, a la marina, que ha utilizado buques de
guerra y submarinos desde el Caspio y el Mediterráneo. La operación ha
contado también con aparatos sin piloto y complejos de misiles S400,
según dijo Putin.
Rusia ha mantenido que sus objetivos eran el Estado
Islámico y otros grupos reconocidos como terroristas y no ha admitido
las acusaciones de haber causado daños colaterales o haber bombardeado a
otros participantes en el conflicto sirio. En septiembre, cuando adoptó
la decisión de intervenir en Siria, Putin dijo que no era su intención
“zambullirse de cabeza” en el conflicto sirio y aseguró que la
intervención se realizaría en “marcos severamente establecidos” y se
limitaría a apoyar desde el aire al ejército del presidente Bachar el
Asad “sin participación en operaciones de tierra”. Dijo también que la
misión tendría una duración limitada al “plazo de ejecución de las
operaciones ofensivas del Ejército sirio” e insistió en que la
participación de Rusia en la operación antiterrorista en Siria se basa
en el derecho internacional y supone una respuesta a la petición oficial
del presidente El Asad. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://internacional.elpais.com/
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