La mayor marina armada del planeta no esconde ni orgullo ni músculo a la hora de describir a su último y más poderoso juguete,
el portaaviones USS Gerald R. Ford, del que se ufana al referirse a él
como "100.000 toneladas de diplomacia". Ese es precisamente el
desplazamiento (peso del agua desalojada por el barco) de este navío,
cuyo lema es "Integridad al timón" y en cuya panza pueden viajar hasta
75 aeronaves. Con una eslora (longitud)
de 337 metros y una manga (anchura) de 78 metros, en las 25 cubiertas
del CVN-78 (número de serie en la Armada estadounidense) vivirá y
trabajará una dotación de 4.660 personas.
El diseño de este buque, bautizado en honor del 38º presidente de los
Estados Unidos, se hizo pensando de forma prioritaria en las
operaciones aeronavales, y por eso esta gigantesca base aérea que flota y
se mueve permite hasta un 25% más de despegues y/o aterrizajes por
unidad de tiempo que sus predecesores. Para ello, no sólo se ha agrandado el tamaño de la cubierta de vuelo,
sino que se ha rediseñado: hay tres ascensores encargados de subir y
bajar las aeronaves desde los hangares, en lugar de los cuatro
habituales en los portaaviones más antiguos, y se ha retrasado hacia la
popa (parte trasera) del barco la posición de la "isla", la estructura
que hace las funciones de puente de mando y torre de control.
11.600 millones de euros
El
navío costará 11.600 millones de euros y será el primero de una nueva
clase de "superportaaviones". Fue bautizado en 2013 pero las tareas para
equiparlo y armarlo se prolongarán -al menos- hasta 2016, y no se
espera que entre en servicio activo hasta 2019.
El largo periodo de desarrollo no es, sin embargo, inusual ni casual:
el CVN-78 se ha ideado teniendo en mente una vida útil de 50 años, por
lo que debería estar en servicio hasta finales de la década de los 60 de
este siglo.
Junto con su flota de acompañamiento, que por lo general se compone
de dos cruceros, hasta tres destructores, uno o dos submarinos de ataque
y un buque de aprovisionamiento, el USS Gerald R. Ford permitirá a la
Armada de EEUU aligerar la presión existente en sus 10 grupos de la
clase Nimitz (la generación predecesora) en activo. El CVN-78 cuenta con dos reactores nucleares que ofrecerán un 30% más
de potencia. De esa forma no sólo podrá navegar a 55 km/h sin parar y
sin límite de distancia, sino que se cumplirán las necesidades de
algunos de los sistemas de combate del futuro, como los cañones de luz
de láser o la nueva catapulta electromagnética EMALS, que mejora la
velocidad y el ritmo al que se lanzan los aviones al aire, y cuyas
pruebas pueden verse en el siguiente video. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://www.eleconomista.es/
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