Aviones de combate de bajo costo, el futuro de la fuerza aérea.


En la Feria Aeronática de Farnborough, realizada en Inglaterra en julio, no se hablaba de otra cosa que de los contratiempos del Lightning II F-35 de Lockheed Martin, también conocido como el Joint Strike Fighter (JSF). Se suponía que era la estrella del espectáculo, pero al final el jet de US$100 millones no pudo llegar a su fiesta de presentación. 

La flota fuera retenida en tierra debido a que un motor de uno de los modelos de producción se prendió fuego. Sin embargo, un nuevo avión de combate que pudo ser diseñado, construido y puesto a volar en menos de dos años, sí logró llegar a Farnborough: el Textron Scorpion. Y cuesta US$20 millones. Si bien no es exactamente una ganga para los estándares de la mayoría de la gente, es una quinta parte del costo de los F-35. Esto sugiere que no todos los proyectos avanzados de defensa tienen que retrasarse años y costar miles de millones. Es una nueva tendencia, no sólo en el futuro del diseño de los aviones de combate sino también en usos más humanitarios que se le podría dar a un avión de bajo costo. 

Sería una exageración decir que el Scorpion se robó los titulares de los ausentes F-35, pero el equipo de diseñadores que, a partir de un pedazo de papel en blanco, logró hacer volar por primera vez a este jet en poco más de 23 meses, podría ser perdonado por sentir satisfacción al alcanzar lo que sus colegas del costoso programa JSF no consiguieron. "Estamos muy orgullosos de haber llegado a Farnborough", dice Bill Anderson, presidente de Textron AirLand. "Pasamos del primer vuelo a atravesar el Atlántico en unos ocho o nueve meses. Y el avión y la tripulación hicieron un gran trabajo, sin demasiada fanfarria. Todo lo que necesitábamos era combustible y buen tiempo, y pudimos lograrlo".

Crisis de costo
No vale la pena gastar demasiado tiempo en comparar la alta tecnología del sigiloso y supersónico F-35 con el Scorpion: ambos son de combate y están impulsados por motores a reacción, pero ahí es donde terminan las similitudes. El Scorpion, en la actualidad, es bastante inusual. Anderson sugiere que la mayoría del trabajo de diseño y desarrollo de aviones de combate durante las últimas décadas ha sido dirigido a la creación de máquinas sofisticadas y costosas. Ya sea el Lockheed F-35, el Raptor F-22, el Eurofighter Typhoon o el Boeing F/A-18, los diseños han reflejado la preferencia de alcanzar un rendimiento avanzado por sobre la asequibilidad.

Textron no ha construido el Scorpion para competir con esas aeronaves. Sin embargo, en el marco económico actual, donde incluso las naciones occidentales más ricas están queriendo hacer recortes importantes en sus presupuestos de defensa, el costo se está convirtiendo en un imperioso e inevitable problema. El argumento de venta de Textron es ese: no sólo es posible comprar cinco Scorpions por el precio de un F-35, sino que una hora de vuelo del avión cuesta sólo US$3.000, en comparación a poco menos de US$25.000 por hora de vuelo del F-16, según la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

¿Clientes?

Principalmente existen tres clases de compradores potenciales del Scorpion, que tiene una velocidad máxima de alrededor de 530km/h. La primera son las fuerzas aéreas que quieren un avión pequeño capaz de llevar a cabo una serie de misiones de ataque y de recolección de información de inteligencia y que, o bien nunca antes han volado aviones de combate o están buscando reemplazar sus aviones más antiguos. El segundo son los países que ya tienen o están desarrollando fuerzas de combate en torno a los F-16 o F-35, pero que podrían comprar menos jets costosos a cambio de usar ese dinero para obtener un mayor número de aviones más baratos que les permitan llevar a cabo muchas de las mismas misiones a un costo mucho menor. La tercera son las principales potencias militares que van a necesitar aeronaves avanzadas para misiones más sencillas en entornos de bajo riesgo. 

La Real Fuerza Aérea británica utiliza su envejecida flota de aviones Tornado para llevar a cabo misiones de apoyo aéreo para las tropas terrestres contra los talibanes en Afganistán, en lugar de utilizar los nuevos aviones Typhoon. La Fuerza Aérea de Estados Unidos tiene la intención de sustituir a sus venerables jets A-10 Warthog de apoyo aéreo cercano por los F-35. Pero es discutible si ellos, en cualquier conflicto semejante en el futuro, optarán por enviar costosos y furtivos aviones de combate, con toda la infraestructura requerida por los equipos de mantenimiento y apoyo, para luchar en un entorno donde la mayor parte de sus costosos requisitos no son realmente necesarios. Y todos esos usuarios necesitarán una aeronave asequible para que sus pilotos entrenen, otro nicho que el Scorpion pretende acaparar.

¿Competencia china y rusa?
Un evidente competidor potencial para el Scorpion es el JF-17, un avión chino que está siendo construido en colaboración con su único cliente de exportación, Pakistán. La nave de un solo motor es más rápida que el Scorpion y es un avión de combate más convencional, pero no fue diseñado para tener tantos roles como el Scorpion. El modelo chino voló por primera vez hace 11 años y ha estado en producción desde 2007. Se dice que está disponible por el mismo precio de US$20 millones por unidad. Hasta ahora, sin embargo, no ha conseguido una sóla venta fuera de China y Pakistán, a pesar de que se ha especulado con ofertas para abastecer las fuerzas aéreas de todo el mundo, desde Azerbaiyán hasta Zimbabue.

Mientras tanto, un diseño ruso, el Yak-130, también ha sido promocionado como un avión de guerra de bajo costo para llevar a cabo desde combates aéreos hasta vuelos de reconocimiento, así como para entrenar pilotos. Por supuesto, ha habido momentos en los que los aviones de combate baratos eran herramientas importantes de la geopolítica. La lista de los operadores actuales y anteriores del ruso MiG-21, un diseño de 1950 que todavía persiste fuertemente, es leída como un quién es quién del antiguo bloque soviético. Y otras naciones que más recientemente han comprado versiones chinas modernizadas de este viejo guerrero soviético muestran que los aviones de combate baratos siguen siendo una compra muy apreciada por las fuerzas aéreas con problemas de liquidez.

Diseño disponible
Estados Unidos también solía crear este tipo de diseños; en las décadas de 1960 y 1970, se les ofreció a las fuerzas aéreas que no podían costear el pesado bimotor F-4 Phantom el ligero y adaptable Freedom Fighter F-5. El F-5 terminó sirviendo en más de 30 fuerzas aéreas y recientemente Irán incorporó a su fuerza aérea una copia de ese avión. Entonces, ¿cómo hacer que algo tan complejo y tecnológicamente desafiante como un avión de combate sea más barato? Textron observó a los proveedores existentes y utilizó componentes que ya estaban en producción, en lugar de diseñar todo desde cero (el F-35, por ejemplo, utiliza un motor que fue especialmente desarrollado para la aeronave).

El equipo de desarrollo se mantuvo deliberadamente muy pequeño, para que Anderson y Dale Tutt, el diseñador jefe del Scorpion, pudieran tomar decisiones con rapidez. "Una vez que habíamos desarrollado el concepto del diseño inicial, establecimos los requisitos de diseño de alto nivel para el equipo y no lo sobrecargamos con una gran cantidad de requisitos detallados", dice Tutt. "No tuvimos que invertir tiempo en desarrollar, por ejemplo, un nuevo motor o un asiento eyectable. Hemos sido capaces de concentrarnos en juntar esos componentes en el avión y hacerlo volar".

Multinacional
Textron también tenía la ventaja de no tener que cumplir con los requisitos de una nación específica o una fuerza aérea, por lo que el equipo de desarrollo podía realizar cambios en el diseño si sentía que mejoraría el proyecto. "Un gran ejemplo es la empresa (británica especializada en asientos eyectables) Martin Baker", dice Anderson.

"Enviaron un grupo de ingenieros y analizaron nuestro diseño de cabina y dijeron: 'Bueno, nuestro asiento no va a funcionar. Rediseñarlo va a costar varios millones de dólares y tomará 18 meses. Pero si nos pueden dar unos cinco centímetros más de volumen, tres de largo y dos de ancho, funcionará". Así que adivine qué hicimos. Hicimos la cabina un poco más grande. Luego de su aparición en Farnborough, el Scorpion pasó por un espectáculo aéreo en Kansas, el estado natal de Textron, diseñado para simular las consecuencias de un desastre natural (un importante tornado) en la región. El jet no fue utilizado como avión de combate, registró un video de fue suministrado a los comandantes de tierra, cumpliendo con un papel muy parecido al que llevan a cabo hoy en día los aviones no tripulados en Afganistán.

Textron quiere que el Scorpion entre en la competencia que se realizará el próximo año en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, para comprar 350 aeronaves de entrenamiento para reemplazar su obsoleta flota de T-38, que ha estado en servicio desde 1960. Además, Textron también apunta a que al jet se le asignen funciones adicionales, que pueda realizar con comodidad, tales como la vigilancia de fronteras, la asistencia humanitaria y el patrullaje marítimo. "Incluso entre los países muy ricos con los cuales estamos conversando, todos están reconociendo que debemos ser más austeros", subraya Anderson. "No hay duda de que necesitamos aviones de combate de alta gama, pero los pilotos tienen que volar y no podemos costear los actuales aviones para que los pilotos vuelen lo suficiente como para estar aptos para el combate. Creo que la mayoría de los países reconocen que no siempre se necesita un avión de alta gama". (Jesús.R.G.)

Fuente: http://www.bbc.co.uk/

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