Prestar billones a EE.UU, ¿camino directo hacia una guerra?

China y Japón llevan en disputa casi medio siglo por las islas Diaoyu/Senkaku. Ahora más que nunca el mundo, en especial Estados Unidos, observa con gran atención el conflicto diplomático: ¿Qué intereses internacionales esconde? EE.UU. intensifica su fuerza militar en el Lejano Oriente y las autoridades chinas han expresado su preocupación por las intenciones de las autoridades japonesas de desplegar radares de defensa antimisiles de EE.UU. en su territorio. "Hemos recibido informes al respecto y expresamos nuestra grave preocupación. Los Estados que están construyendo un sistema de defensa antimisiles para protegerse contra los misiles de Corea del Norte impactan negativamente en la resolución de las cuestiones relacionadas con la península de Corea y el mantenimiento de la seguridad y la estabilidad en la región", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hong Lei. "EE.UU. realiza una política muy astuta en la región interfiriendo en el conflicto entre China y Japón, ya que actualmente es muy lucrativo para el país", destaca el periodista Serguéi Vasilénkov en un artículo en la página web del diario ruso 'Pravda'. 

El concepto 'amenaza china' se escucha cada vez con más frecuencia en entrevistas a miembros del Gobierno estadounidense. EE.UU. no oculta que ha tomado rumbo hacia la contención activa de China. Y Tokio ha seguido siempre los pasos de Washington. "Parece que todo es muy simple: Washington pone en práctica su propia política en la región Asia-Pacífico contra China a través de Japón", opina el periodista. Pero hay otras causas también. Además, el interés de EE.UU. en este conflicto tiene trasfondo económico. Japón y China son los mayores acreedores de la economía de EE.UU. y los titulares de valores de Estados Unidos. El conflicto de intereses entre Tokio y Pekín sobre las islas Senkaku (Diaoyu en su denominación china) estuvo precedida por un evento bastante inquietante para el dólar en la región de Asia-Pacífico. En 2011 China, Corea del Sur y Japón acordaron estudiar la posibilidad de realizar sus pagos recíprocos en sus propias monedas nacionales. Todos los analistas financieros son conscientes de que la transición de los principales países a monedas nacionales será un nuevo desafío para la posición del dólar como moneda principal de pago en Asia. 

¿Guerra a cambio de deuda? 
En diciembre de 2011 los líderes de Japón y China acordaron promover el uso del yen y el yuan en lugar del dólar en las transacciones entre empresas. Y en el transcurso de 2012 la deuda de EE.UU. con China y Japón siguió creciendo. A finales de octubre 2012, la deuda nacional de Estados Unidos con China alcanzó 1,16 billones de dólares; y con Japón, 1,13 billones.  

"Los principales prestamistas de los Estados Unidos prácticamente acordaron salir de la zona del dólar, lo que Washington no puede permitir. En una situación de esta índole aunque no hubiera un conflicto sobre las islas en disputa, Washington tendría que meter cizaña y enemistar a sus principales acreedores. Y al Gobierno de EE.UU. se le ocurrió un plan muy sencillo, pero al mismo tiempo eficaz", explica Serguéi Vasilénkov en referencia al plan de EE.UU. de obligar a comprar sus armas como método de reducir su deuda nacional. "Y las armas se pueden comprar solo si el país se está preparando para un conflicto militar. Tal vez, esta es la razón de un cambio drástico en la política estadounidense. Si en 2010 EE.UU. trataba de apaciguar el conflicto entre Tokio y Pekín, en 2012 después de que manifestantes chinos boicotearan empresas japonesas en China, EE.UU. reprobó la posición de China y prometió apoyo 'moral' a Japón", agrega el periodista. 

 Por lo tanto, el conflicto por las islas en disputa es muy beneficioso para EE.UU., que está preocupado por su hegemonía ya que en caso de una guerra tanto China como Japón tendrán que gastar sus reservas en moneda extranjera y prestar más atención a las armas y su propia seguridad. El periodista destaca que es importante que EE.UU. no vaya demasiado lejos en su juego de guerra, de lo contrario todo el mundo se verá afectado por este conflicto, que no se limitaría solo a China y Japón. Japón, a pesar de la menor fortaleza de su Ejército, tiene una gran ventaja: un aliado (Estados Unidos) que, de acuerdo con un tratado internacional, debe intervenir en caso de agresión contra Japón. China a su vez podría buscar la ayuda de su principal aliado: Rusia. "Si en un conflicto militar se involucran los cuatro países más desarrollados del mundo (Rusia, China, EE.UU. y Japón), todo el mundo entiende que no pasará nada bueno. Y la probabilidad de una tercera guerra mundial en este caso sería muy alta. Y nadie quiere permitirla", resume Vasilénkov. 

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