Corea del Sur
ha incrementado el nivel de alerta de vigilancia militar al tercero más
alto de cuatro —“amenaza vital”— ante los preparativos de lanzamiento
de un misil de alcance medio por parte de Pyongyang. El ministro de
Exteriores surcoreano, Yun Byung-se, ha confirmado este miércoles que el
Norte ha desplazado un proyectil balístico a su costa este y que está
listo para dispararlo “en cualquier momento”. “De acuerdo con los datos
obtenidos por nuestros servicios de inteligencia y los de Estados
Unidos, la posibilidad del lanzamiento de un misil por Corea del Norte
es muy alta”, ha asegurado Yun en una comparecencia parlamentaria, según
la agencia surcoreana Yonhap. El misil en cuestión es un Musudan, que tiene un alcance de 3.000 a
4.000 kilómetros, por lo que podría golpear Corea del Sur, Japón e
incluso el territorio estadounidense de Guam, en el Pacífico. El Musudan
fue mostrado por primera vez en un desfile militar en octubre de 2010,
pero no ha sido nunca probado en vuelo.
Yun ha afirmado que ha pedido a China —lo más cercano a un aliado que
tiene el Norte— que presione al régimen de Kim Jong-un para que ponga
fin a la escalada de tensión, y ha advertido que el Consejo de Seguridad
de la ONU se reunirá de forma inmediata si lleva adelante el ensayo del
proyectil, ya que sería una violación de las resoluciones de Naciones
Unidas. El diario japonés Sankei Shimbun asegura que Pyongyang
informó el viernes pasado a diplomáticos extranjeros en la capital
norcoreana de que tenía “planes de lanzar un misil hacia el océano
Pacífico por encima de Japón” a partir de este miércoles. El régimen norcoreano celebra el lunes, 15 de abril, el 101
aniversario del nacimiento de Kim Il-sung, fundador de Corea del Norte y
abuelo de Kim Jong-un, lo que ha hecho temer que efectúe la prueba de
un misil e incluso un nuevo ensayo atómico para ensalzar la imagen del
joven e inexperto Kim Jong-un.
El Mando de Fuerzas Conjuntas en Seúl ha elevado el nivel de
vigilancia militar, denominado Watchcon, de 3 –“amenaza importante”- a 2
-“amenaza vital”-, con objeto de incrementar la monitorización y la
cantidad de personal de inteligencia, según fuentes militares
surcoreanas citadas por Yonhap. En la escala Watchcon, que tiene cuatro
niveles, el 4 corresponde a tiempos de paz, y el 1 a situación de
guerra. Las mismas fuentes también han asegurado que Pyongyang podría
disparar de forma simultánea misiles Musudan, Scud y Nodong. Corea del Norte se ha hundido en una espiral de retórica y
represalias en las últimas semanas, después de que el Consejo de
Seguridad de la ONU le impusiera sanciones por lanzar un cohete en
diciembre y ejecutar la tercera prueba nuclear de su historia en
febrero. Ha amenazado con ataques nucleares a Estados Unidos y Corea del
Sur —algo para lo que los expertos creen que no tiene capacidad—, ha
dicho que va a reactivar la central de Yongbyon —eje de su programa de
armas atómicas— y ha suspendido el armisticio de la guerra de Corea
(1950-1953).
Washington ha asegurado que tiene la capacidad y está preparado para
derribar cualquier misil que suponga una amenaza para Estados Unidos o
sus aliados. Así lo dijo el martes el almirante Samuel Locklear, jefe
del Mando de Estados Unidos en el Pacífico, en el Senado en Washington,
donde advirtió que Kim Jong-un es un líder joven, relativamente poco
probado, y que continúa siendo impredecible, tras haber utilizado el año
pasado para consolidar su poder. Según Locklear, la península coreana
atraviesa el momento de mayor tensión desde el fin de la guerra de
Corea. Japón instaló el martes baterías de misiles tierra-aire Patriot en el
Ministerio de Defensa en Tokio y en dos bases en el área metropolitana,
donde viven unos 30 millones de personas, para interceptar cualquier
proyectil balístico que se dirija hacia su territorio. Se trata de la
segunda línea de defensa, ya que han sido desplegados también barcos en
la costa con sistemas de radar e interceptación de misiles Aegis. Los
expertos creen que los militares de Estados Unidos, Corea del Sur y
Japón no derribarán el misil norcoreano si vuela hacia mar abierto. El Norte pidió el martes a los extranjeros que están en Corea del Sur que evacúen el país
para evitar verse inmersos en “un conflicto termonuclear”. “No queremos
ver a los extranjeros en Corea del Sur caer víctimas de la guerra”,
dijo el Comité de Paz de Asia Pacífico norcoreano, según la agencia
oficial KCNA.
La semana pasada, también aconsejó a las embajadas en
Pyongyang que las evacuaran. El aviso a los extranjeros y empresas en Corea del Sur parece estar
destinado a asustarlos, con objeto de que sus Gobiernos presionen a Seúl
y Washington para que se sienten a negociar y eviten un conflicto.
Pyongyang quiere negociar la firma de un tratado de paz definitivo de la
guerra de Corea y el restablecimiento de las relaciones con Washington,
y lograr ayuda para poder llevar a cabo las reformas que tanto necesita
su economía. Estados Unidos ha adoptado una política de “paciencia
estratégica”, destinada a aislar el país y no recompensar sus
provocaciones, pero la renuncia del Norte a su programa de armas
atómicas parece algo difícil de lograr, ya que el régimen considera que
es su único salvavidas. El Gobierno en Seúl ha dicho que la guerra psicológica “no funcionará
y no agitará” a la comunidad extranjera ni a los coreanos en el Sur
porque “los coreanos, por supuesto, y los extranjeros que viven en Corea
tienen una gran confianza y fe en nuestro ejército y (Corea del Sur)”,
ha dicho Kim Haing, portavoz del Ejecutivo.
De momento, no ha habido señales de movilización del ejército
norcoreano y parece muy improbable que se produzca un ataque contra
Seúl. Si podría ocurrir un incidente menor. En China, las autoridades
han cerrado a los turistas el principal paso fronterizo con Corea del
Norte, en Dandong (provincia de Liaoning), aunque siguen permitiendo los
viajes de negocios.
Los analistas creen que la tensión continuará al menos hasta finales
de abril, cuando acaban las maniobres militares anuales conjuntas que
están realizando Corea del Sur y Estados Unidos en la región, y que el
Norte considera un ensayo de invasión. Por otro lado, la agencia contra el cibercrimen en Seúl ha asegurado
este miércoles que ha probado que la agencia de espionaje norcoreana es
la responsable del ciberataque que sufrieron decenas de miles de
ordenadores y servidores en el Corea del Sur el mes pasado, y que
afectaron a medios de comunicación y bancos. Según la Agencia de
Internet y Seguridad de Corea, los piratas informáticos actuaron desde
seis ordenadores en Corea del Norte y utilizaron más de 1.000
direcciones IP en 40 países.
Fuente: http://internacional.elpais.com/
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