España planea retirar sus tropas de Líbano en 2014,
según el ministro de Defensa, Pedro Morenés. “En Líbano tenemos
previsto irnos a lo largo de este año y del que viene; es decir, 2013 y
2014”, declaró ayer el ministro a RNE. “A pesar de que Siria es una
extraordinaria preocupación, nosotros creemos que nuestra misión está
cumpliéndose y prácticamente está llegando al final”, insistió, tras
subrayar que esta opinión la comparten Francia e Italia, los otros dos
países europeos que contribuyen a la FINUL (Fuerza Interina de Naciones
Unidas para Líbano). Aunque Morenés había expresado en varias ocasiones su deseo de poner
un punto final a la presencia española en Líbano, que se inició en 2006,
tras la guerra entre Israel y la milicia chií Hezbolá, nunca le había
puesto fecha. España, según fuentes diplomáticas, aún no ha comunicado a la ONU ni a las autoridades libanesas su intención de irse.
Lo que sí ha anunciado es una drástica reducción de su contingente.
En su comparecencia ante el Congreso, el pasado 27 de diciembre, Morenés cifró en 661 los militares españoles desplegados en Oriente Próximo,
frente a los 1.050 de un año antes, y aseguró que su propósito era
“continuar con la reducción de efectivos”. Está previsto que, tras el
próximo relevo, ya en verano, solo haya en la zona 558 soldados. Sobre los militares españoles recae la responsabilidad de dirigir el
sector este de la FINUL, en el que se integran batallones de India,
Indonesia y Nepal; así como un hospital chino y secciones de Serbia y El
Salvador. Una retirada completa obligaría a que otro país asumiera
dicho mando. Un portavoz de Defensa matizó que el anuncio debe entenderse “como un
objetivo, no una decisión ya tomada” y que su puesta en práctica está
condicionada a que se den tres condiciones: el cumplimiento de la
misión, la seguridad de las tropas y la coordinación con los aliados. Pero ni Francia ni Italia han anunciado aún una retirada total y el análisis del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon,
no es tan optimista.
En su último informe, del pasado 14 de noviembre,
reconoce que reina la calma en la frontera entre Israel y Líbano y que
no se han producido incidentes significativos en la zona, pero también
que Israel no se ha retirado de la aldea de Ghajar, ocupada en la última
guerra, y que sus aviones violan casi a diario el espacio aéreo
libanés; mientras que las armas de Hezbolá siguen fuera de control. En
estas condiciones, se da por seguro que la ONU volverá a prorrogar el
mandato de la FINUL cuando expire, el próximo 31 de agosto. Para Defensa, el principal agobio es económico, pues se trata de la
segunda misión más cara de cuantas cumplen las Fuerzas Armadas en el
exterior, después de la de Afganistán, con un coste de 173,8 millones en
2012. Sin embargo, la retirada de la única operación de la ONU en la que
participa España (Afganistán está bajo mando de la OTAN y Atalanta de la
UE) podría suponer la puntilla para su ya complicada candidatura a
ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad en el bienio 2015-16, que
se votará en la Asamblea Genetal de Naciones Unidas en otoño de 2014,
justo coincidiendo con la planeada retirada.
Fuente: http://politica.elpais.com/
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