La Unidad Militar de Emergencias ya está movilizada.


Camiones de ataque, camiones nodriza, estaciones Menorca, Mallorca, León, Mérida, puestos de mando, oficiales, suboficiales y tropa. El lenguaje del ejército, los empleos y las mismas medidas de disciplina y organización. La misma estructura de mando. Es que es el ejército. Y están en guerra. En guerra contra el fuego, ahora; en el peor y más duro incendio de los últimos veinticinco años. Los medios humanos y técnicos que luchan en esta batalla contra el fuego proceden de cuatro de los siete batallones que la UME tiene en España: los de Madrid, Zaragoza, Morón y Valencia.

En el incendio que se ha declarado en el municipio de Cortes de Pallás, hasta el momento el que se ha considerado más grave, el dispositivo desplegado por la Unidad Militar de Emergencias se compone de 606 militares y 147 vehículos, entre ellos 30 camiones autobombas y dos camiones nodriza. En el incendio de Andilla hay otros 350 militares con 91 vehículos, de los que 18 son autobombas de ataque al fuego y seis de ellos son camiones nodriza, con varios miles de litros para aportar a los camiones autobomba. Además, dos helicópteros y ocho aviones actúan indistintamente sobre los dos focos. La UME se creó en 2005 para dar respuesta en situaciones en las que existe peligro para la población

Es una acción de respuesta, demandada por la Generalitat Valenciana. Hasta el momento la de mayor envergadura, la primera en la que participan desde que hace quince días se declaró abierta “la temporada de incendios”. Pero también están en guerra contra las amenazas que se ciernen sobre nuestro país y que provienen de un enemigo inimaginable hasta que se manifiesta, la mismísima naturaleza. La catástrofe es la razón del ataque. Y, desde hace poco tiempo, con homologación internacional adecuada para tener preferencia en la ubicación de unidades para ayudar y colaborar en el rescate de víctimas en otros países. Existen desde 2005. Un acuerdo del Consejo de Ministros creó la Unidad Militar de Emergencias, para dar respuesta en situaciones en las que exista peligro para la supervivencia de la población o para la integridad de sus bienes. Así reza desde 2005 en la ley Orgánica 5/2005. El cuartel general está en Torrejón de Ardoz, en Madrid; allí hay unidades aéreas y aéreas anfibias, también están en Los Rodeos, en Tenerife, en Bétera, Valencia, en la base aérea de Zaragoza y en San Andrés de Rabanedo, en León. Están al servicio de las instituciones civiles y actúan bajo la decisión del gobierno y de las Instituciones

Son 3.500 efectivos que constituyen la primera la primera de defensa cuando nos atacan los fenómenos meteorológicos, los geológicos, la irresponsabilidad o la criminalidad que incendia el monte e, incluso, cuando los ataques aprovechan nuestras infraestructuras o actúan mediante el uso de armas químicas, atacando túneles, estaciones o cuando la desgracia de un accidente vuelca un camión con productos químicos. La razón de ser es, como decíamos, la de protegernos de los ataques, no de las amenazas, su existencia no es preventiva, sino reactiva. Están al servicio de las instituciones civiles y actúan bajo la decisión del gobierno y de las Instituciones. Su realidad se manifiesta en su entrenamiento, preparación y en las prácticas que realizan para mantenerse siempre alerta. Y responder a las necesidades de la población civil. “Para mi, estar en la UME es una experiencia muy buena”, dice la cabo Ainhoa Sánchez. Es conductora y lleva en la UME desde julio de 2008. “A mis compañeros del Ejercito y a los jóvenes les recomiendo que vengan, que se incorporen a esta unidad para ayudar a la gente en los momentos más difíciles”.

La cabo Sánchez se prepara para el acceso a la academia de suboficiales y dar un paso adelante en su carrera profesional. “Hasta ahora he participado en todas las intervenciones desde 2008, como conductora del jefe del primer batallón. La UME ha participado en tareas de apoyo logístico en el terremoto de Lorca. La UME, en su corta historia de servicio a la sociedad ha participado en distintas acciones de protección y apoyo a los españoles que han sido víctimas de situaciones de riesgo por catástrofe. Incendios y terremotos, como el de Lorca, donde la UME estuvo en tareas de apoyo logístico. Pero la UME es mucho más que una Unidad sin identidad como consecuencia de su juventud. Por el contrario, en ella están integrados oficiales, suboficiales y clase de tropa con experiencia y méritos profesionales en el ejército, todas ellas de muy alto nivel y contrastadas en misiones y otras acciones militares de las que más relumbre aporta a nuestras Fuerzas Armadas en los últimos años.

El Capitán Arribas, del primer batallón, ha estado entre otros destinos en Afganistán y en una misión de la Unión Europea, en Uganda para dar formación al futuro ejército del actual fallido estado de Somalia, y tiene una sólida formación en alta montaña, su especialidad. La UME recoge entre los militares de nuestras Fuerzas Armadas, de las distintas unidades que las componen, aquellos que poseen formación y méritos en especialidades técnicas capaces de aportar valor en las acciones de ataque propias de su actividad. Por eso hay buceadores, esquiadores, socorristas acuáticos, para actuar en hundimientos, avalanchas, naufragios, terremotos y ahogamientos. Nuestro Ejército ha participado en misiones que han contribuido al mejor adiestramiento de la Unidad de Emergencias

Así es, desde que en 1992 el gobierno mandara tropas de interposición a la guerra de Bosnia, nuestro Ejército ha participado en diferentes misiones que han contribuido al mejor adiestramiento de la Unidad de Emergencias, donde hoy se encuentran muchos de los hombres y mujeres que han estado en Líbano, Afganistán, Somalia, Kosovo, Bosnia o Irak. Y también en Haití. Allí fueron militares como el sargento primero Antolinez. “Cuando llegamos a Puerto Príncipe y salimos del aeropuerto vimos una ciudad devastada. Tirado en la calle vimos el cuerpo sin vida de un niño devorado por alimañas. Sentíamos el olor, un mal olor constante. La diferencia entre ese servicio y estar en una unidad de combate como en las que participé en Líbano o Afganistán, es que allí tratas de ayudar de otra forma. En Haití nuestra misión era encontrar a la Policía Nacional Rosa Crespo, y lo conseguimos. Pudimos devolver el cuerpo que rescatamos de las ruinas de la misión de la ONU a su familia” “Allí trabajábamos bajo la presión de los familiares que te acompañaban y oías sus voces y sus pensamientos “a ver si, a ver si…”

El brigada Hernández estuvo dieciséis años en la Legión. Ha servido en Kosovo, en Bosnia, en Afganistán. Es la imagen de un ejército profesional que actúa en misiones en cualquier parte del mundo. “estuve en Mostar, donde estábamos como fuerza de interposición entre los bosniacos – bosnios musulmanes- y los croatas ortodoxos. Y en Kosovo, entre los albanokosovares y los serbios” El brigada Hernández conoce la UME a la perfección, su trabajo consiste en explicarla a las “visitas” y a los medios de comunicación”. Es un militar acostumbrado a la dureza de la acción, como el capitán Arribas, como la cabo Sánchez, como el sargento primero Antolinez y todos los militares de la UME.

Ahora, padecen los recortes por efecto de la crisis. No se admiten nuevas incorporaciones. El procedimiento, promoción interna, se basa en la aportación de un currículo profesional y una entrevista personal. La UME selecciona entre los mejores a los mejores. Al fin y al cabo, entran en guerra permanentemente. Y ahora, ya están defendiendo a las personas y a los bienes en el mayor incendio desde hace veinticinco años, pero la guerra de la UME continuará. Para proteger a los españoles y para actuar en cualquier parte del mundo. Para eso se preparan, se entrenan y se prestan al combate.

Fuente: http://www.estrelladigital.es

Comentarios