Irán, ¿una guerra anunciada?.

Geografía actúa en contra del Pentágono: la fuerza naval de la 5 flota estadounidense encuentra sus límites en el Golfo Pérsico.

A raíz del informe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (OEIA), del 8 de noviembre de 2011, en el que se decía que algunas de las actividades de Irán son solo aplicables a la investigación de armas nucleares, Washington aprobó el pasado diciembre la imposición de sanciones a las instituciones financieras que hagan negocios con el Banco Central de Irán, principal centro de compensación para las exportaciones de petróleo. Cuenta con el apoyo de Japón y de la Unión Europea mientras que China y Rusia se han mostrado críticas ante estas sanciones.

Por otro lado, ante las amenazas iraníes de cerrar el Estrecho de Ormuz, Estados Unidos ha enviado una carta hace dos semanas, a través de varios intermediarios, al gobierno de Teherán, señalando que será impedido cualquier intento de cerrar dicho Estrecho. En los mismos días fue asesinado un químico de Irán relacionado con su programa nuclear mientras que Ali Lariyani, presidente del Parlamento iraní, anunciaba en Turquía que su país está dispuesto a reanudar las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.

A mayor abundamiento, en los primeros días de Enero, llegaron 9.000 "marines" a Israel para realizar maniobras de defensa conjunta, el Reino Unido enviaba a su más moderno destructor al Estrecho de Ormuz y Arabia Saudita ofrecía su arsenal a Estados Unidos, durante la semana pasada y la que hoy se inicia. Simultáneamente a la rotación rutinaria de fuerzas, están presentes cuatro portaviones en el área de responsabilidad de la V Flota norteamericana, cuyo cuartel general está en Maname, Bahréin. Mientras tanto, Irán tiene programadas maniobras navales en el Golfo Pérsico para el próximo mes de febrero.

Análisis
Las principales razones por las cuales la comunidad internacional no debe admitir que Irán posea el arma nuclear se pueden sintetizar en la poca credibilidad mundial del régimen iraní; en el peligro de que se desencadene un efecto dominó en Oriente Medio estableciéndose una panoplia de países nucleares en la región; y en la necesidad vital de mantener abierto el Estrecho de Ormuz por donde pasan diariamente 17 millones de barriles de petróleo que supone el 20% de todo lo que se comercializa en el mundo.

Se sospecha que el actual gobierno de Irán quiere conseguir el arma atómica con el propósito de ser el gendarme de Oriente Medio y establecer sus planteamientos ideológicos chiíes en todo el área llegando a constituirse en el verdadero poder hegemónico regional, toda vez que la posesión del arma nuclear le hace invulnerable a cualquier intento de ataque convencional, tomando como modelo a Corea del Norte. Es decir, parte de la base de que las consecuencias de dicho ataque, una posible respuesta nuclear, sean inasumibles por el agresor.

Existe además una alarmante lucha interna de poder entre el ayatolá Alí Jamenei y el presidente Mahmud Ahmadineyad, a quien los parlamentarios más ortodoxos califican de "desviacionista", con independencia de las represiones ejercidas por el actual gobierno contra la oposición, después de la celebración de las elecciones presidenciales de junio de 2009, a consecuencia de las cuales todavía siguen en la cárcel los líderes opositores Mousavi y Karoubi. Es decir, el sistema teocrático iraní tiene sus vulnerabilidades.

Peligrosa situación pre-bélica
Irán está intentando ganar tiempo para conseguir su objetivo de ser una potencia nuclear y ocupar el vacío que está dejando Estados Unidos en Oriente Medio con la retirada de sus fuerzas de Irak, ante la actual carencia de liderazgo árabe, consecuencia de sus actuales revoluciones democráticas, convirtiéndose en un directo rival de Israel.

Decía el tratadista británico, Liddell Hart, en su obra La Estrategia de la aproximación indirecta.del año 1946, que mientras la estrategia pura se ocupa exclusivamente del problema de "ganar la guerra", la gran estrategia ha de mirar más allá, ha de mirar al problema de "ganar la paz". En este momento, la actual estrategia occidental respecto a Irán, que responde al concepto de gran estrategia que se acaba de citar, ha establecido cuatro tipos de medidas: negociaciones, sanciones, operaciones encubiertas y disuasión militar. 

En el primer tipo de medidas, las negociaciones entre los cinco miembros del Consejo de Seguridad más Alemania e Irán, se ha fracasado. En el segundo tipo, las sanciones, empieza a observarse que ya están afectando fuertemente a la economía iraní. En cuanto a las operaciones encubiertas -a pesar de que no hay evidencia clara, se asume que las llevan a cabo Israel o Estados Unidos o una combinación de ambos- ya sean las efectuadas en el campo informático como el virus Stuxnet o en el área de asesinatos selectivos, han producido un alto impacto, especialmente psicológico, tanto en el gobierno como en la población persa.

Por último, las medidas orientadas a la disuasión militar son las que se están llevando a cabo principalmente desde el pasado mes de noviembre y aún no se puede valorar cuáles serán sus consecuencias. Como hemos visto más arriba, la acumulación de fuerzas militares en la región la coloca en una peligrosa situación pre-bélica que puede pone en cuestión el "logro de la paz" que debe pretender la gran estrategia occidental.

A modo de conclusiones
Los actuales movimientos políticos y militares en el entorno del Estrecho de Ormuz, están configurando una situación de grave crisis, de connotaciones pre-bélicas, en uno de los centros neurálgicos más importantes de la arquitectura de seguridad mundial.
Estados Unidos es el único país que está en condiciones de hacer frente militarmente a las Fuerzas Armadas iraníes, las más potentes de Oriente Medio, junto con los apoyos que puedan recibir de Siria, Irak, Hizbulá o Hamás. Para disponer de una mínima legitimidad, Estados Unidos debiera actuar en coalición con sus socios y aliados, especialmente europeos y árabes, aparte de Israel.

Fuente: http://www.revistatenea.es

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