La Armada iraní, nueva excusa para la obsesion de Obama.

                                                               Submarinos de Iran de la clase Ghadir

Parece evidente que tras Afganistán, Irán y más recientemente Libia, Irán es el próximo en la lista de Washington. Hace escasas 2 semanas, se planteaba la tésis de Washington de un ataque terrorista ha perpretarse contra el embajador de Arabia Saudita en aquella ciudad que tendría a oficiales públicos de Teherán como instigadores y participes necesarios. El tema fue planteado en la justicia local del estado de New York.

En el dìa de ayer (25/10) se conoció la noticia de que el presidente de USA, Barack Obama, solició una reunión bilateral con la presidente argentina, Cristina Fernández, tras habérsela negado sistemáticamente en los últimos 4 años.  

No trascendieron detalles de los temas a tratar en la reunión. La última comunicación con Washington fue con motivo de las salutaciones por la reelección de Cristina Fernández y estuvo a cargo del portavoz para los asuntos de América Latina de USA, William Ostick. A la luz de la denuncia realizada por Obama y la experiencia argentina tras los atentados a la Embajada de Israel en 1992 y a la AMIA en 1994, se especula con que Obama intentará buscar aliados para su nueva cruzada en Oriente Medio.

La Armada Iraní
Si bien gran parte de la atención mundial se centra en el programa nuclear de Irán, Teherán ha hecho progresos considerables en otro frente de su seguridad en los últimos años y esto es el cada vez mayor alcance y letalidad de sus fuerzas navales. La meta para el año 2025, si todo sale como el país ha planeado, es contar con una marina que se pueda desplegar a cualquier lugar dentro de un triángulo estratégico que va desde el estrecho de Ormuz hasta el Mar Rojo y hasta el Estrecho de Malaca.

En caso de que dichos planes se materialicen -Irán está haciendo progresos constantes- Teherán rediseñaría el cálculo estratégico de una región ya bastante inestable. El Golfo Pérsico es el centro mundial de varias líneas de suministro de altísimo valor, rutas que son vitales para el suministro global de energía. En los últimos años, Irán ha invertido mucho en una industria de defensa nacional que ahora tiene la capacidad de producir a gran escala buques de guerra, submarinos y misiles.

Desde el final de la guerra Irán-Irak en 1988, Irán ha seguido en gran medida una estrategia de disuasión. Sus fuerzas terrestres, que ascienden a aproximadamente 450.000, están capacitadas y preparadas para librar batallas prolongadas, asimétricas, en defensa en su propio territorio. Del mismo modo, la fuerza aérea de Irán puede proteger objetivos de alto valor nacional, como la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz y las sedes ocupadas por numerosos militares y políticos dentro de Teherán, pero es incapaz de misiones de ataque de largo alcance en el extranjero. Irán simplemente no posee la capacidad de proyectar su poder duro a los estados vecinos.

Pero la armada de Irán es diferente. Es la mejor organizada, mejor entrenada y mejor equipada de los servicios militares convencionales del país. Más que un programa de armas nucleares, lo que probablemente podría funcionar como un elemento de disuasión pasiva, la marina de Irán es un componente activo de la política exterior de Irán. El liderazgo del pías, incluyendo el líder supremo ayatolá Ali Jamenei, han dicho repetidamente que la marina de Irán es la base fundamental sobre la cual se fundamenta su desarrollo a largo plazo y descansa su prosperidad.

Irán tiene en la actualidad 2 marinas de guerra - la Armada de la Republica Islámica de Irán (ARII) y la muy renombrada Armada de la Guardia Revolucionaria de Irán (AGRII). Las responsabilidades de ambas han estado expandiendo desde el año 2007. El ARII opera sobre superficies convencionales y las plataformas del subsuelo y cumple un rol naval más tradicional. Ahora es responsable del Mar Caspio, el golfo de Omán, y las azules aguas fuera del Golfo Pérsico. El AGRII, que ejecuta las operaciones asimétricas con un enjambre de pequeñas embarcaciones que superan las defensas de los barcos más grandes, tiene la tarea de defender el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz. Esta reorganización refleja el deseo de Teherán de ser una potencia naval que se puede desplegar y operar fuera de las aguas del Golfo Pérsico (a través de la ARII), mientras sigue manteniendo formidables defensas costeras en el Golfo Pérsico (a través de la AGRII).

La evidencia de una mayor relevancia naval de Irán ya está a la vista. En diciembre de 2010, Irán participó en un ejercicio de entrenamiento con Yibuti. Teherán se fue del evento con un compromiso de acuerdo de asociación que podría permitirle usar Yibuti como base logística de apoyo logrando así una mayor presencia y persistencia de Irán en el Golfo de Adén y en el Mar Rojo. Dos meses más tarde, por primera vez desde 1979, Irán envió 2 barcos a través del Canal de Suez al Mediterráneo Oriental, provocando la ira de Israel y USA. Ninguno de los países respondieron, pero Israel siguió de cerca de los barcos que navegaban por la costa israelí. Este verano, Irán envió a uno de sus submarinos clase Kilo por el Mar Rojo en una operación contra la piratería. Finalmente, Irán afirmó recientemente sus planes de enviar patrullas navales al Atlántico occidental. Pese a que Irán probablemente no tenga la capacidad para ese tipo de misiones, esa retórica se dirige a las grandes ambiciones de Teherán y es una manera de poner de relieve lo que considera la ilegitimidad de la presencia naval de USA en el Golfo Pérsico.

En numerosas ocasiones en los últimos años, los pequeños barcos de la ARGII se acercaron peligrosamente a los buques de USA y otros países occidentales que operan en el Golfo Pérsico. Bajo todos los relatos, esto no es un hecho anormal y por lo general termina con la pequeña embarcación dando la vuelta. Sin embargo, un reciente cambio ha aumentado los riesgos de una escalada. Desde 2005, Irán ha estado descentralizando el mando y control, por lo que los comandantes subordinados no necesitan obtener aprobación de sus superiores en Teherán de todas y cada una de las acciones que quieran emprender. Por lo tanto, un comandante de un barco AGRII fue capaz de tomar la iniciativa y capturar un pequeño grupo de marinos británicos en 2007, una acción táctica con consecuencias estratégicas. Si la AGRII se pusiese más activo, esto podría salirse de control.

La envalentonada Marina iraní también está aumentando la influencia del país en toda la región. La marina cuenta con el alcance operativo para llegar a los países que no comparten frontera con Irán. Estas visitas ayudan a fomentar las buenas relaciones políticas, pero, más importante, proporcionan una base para cerrar vínculos militares que también pueden redundar en beneficios operativos. Por ejemplo, utilizando los puertos en lugares como Yibuti como puntos de reabastecimiento para permitirle a Irán aumentar la longitud y duración de sus despliegues en aguas fuera de las zonas tradicionales para su marina. Más preocupante aún, es la potencial capacidad de la AGRII para entregar armas a distintos grupos en el extranjero.

Por otra parte, USA debe ahora lidiar con la presencia de buques ARII fuera del Golfo Pérsico. Esto tiene enormes implicaciones para los planificadores militares de USA, obligando, por ejemplo, a la Marina de USA a implementar mayores medidas de protección de sus fuerzas en aguas como el Mar Rojo, antes consideradas menos volátiles. Irán podría tener dentro de poco la capacidad de negarle la entrada a USA a través del Estrecho de Hormuz y así al Golfo Pérsico.

En muchos sentidos, los orígenes del crecimiento de las armadas iraníes deben rastrearse a los embargos con los que USA oprimió a Teherán durante la guerra con Irak, hace ya más de 2 décadas. Desde entonces, Teherán ha buscado lo que llama "la autosuficiencia". Mucho ha invertido en una base industrial de defensa nacional. Utilizando la tecnología china, rusa y de Corea del Norte, Irán ha comenzado a construir sus propios buques, submarinos y misiles.

Esa industria está ahora produciendo. En 2010, el ARII puso su primera producción nacional, un destructor de la clase Mowj, en el mar. Teherán también ha construido cuatro lanchas patrulleras Combattante II equipados con misiles guiados. En agosto de 2010, se amplió la línea de la clase Peykaap/Tir, una nave de ataque rápido capaz de llevar misiles anti-buques y llegar a una velocidad crucero de 55 nudos. La Oficina de Inteligencia Naval de USA dice que estos programas "demuestran la capacidad de Irán para producir barcos medianos y de gran tamaño" y "probablemente sea seguido por otros”.

Irán también está produciendo sus propios submarinos y misiles. Desde la reorganización militar, se han añadido múltiples mini-submarinos Gadir a su inventario. En 2007, había sólo 3 en servicio. Ahora tiene 11, y otros 9 esperan ver la luz en los próximos 3 años. En 2008, Teherán anunció la apertura de una línea de producción para construir una mayor y más potente plataforma submarina. También trabaja en sus diseños propios para misiles, sobre la base de tecnología china. Como prueba se disparó un misil IRGCN la primavera pasada, alegando un alcance efectivo de 186 kilómetros.

Las reacciones a la acumulación naval en el Golfo ha sido desigual. Para la mayoría de los 6 estados que conforman el Consejo de Cooperación del Golfo, el programa nuclear de Irán sigue siendo la preocupación dominante en términos de seguridad regional. Con la Quinta Flota de USA estacionada en Bahrein en calidad de garante principal de la seguridad marítima en la región, los países del CCG han demostrado poca angustia por el creciente poderío naval de Irán. Arabia Saudita, sin embargo, ha estado tomándose el crecimiento de militar de Irán en serio. Según informes de prensa, Riad está analizando gastarse unos US$ 30 mil millones adicionales para mejorar la Marina Real Saudi (sobre los US$ 60 mil millones ofrecidos por Washington a RIAD según el acuerdo firmado en 2010). A finales de este año se tendrían novedades en este tema.

Washington, por su parte, ha respondido de diferentes maneras. El entonces presidente del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, sugirió el mes pasado que Teherán y Washington mantengan una línea telefónica abierta para evitar la falta de comunicación y evitar enfrentamientos navales accidentales que puedan irse fuera de control. Teherán rechazó la idea, quizá porque le daría legitimidad a una continua presencia naval de USA en el Golfo Pérsico. Consultado sobre el anuncio de Irán de septiembre que desplegaría buques de guerra a la costa atlántica de USA, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, desestimó la posibilidad, diciendo que la Casa Blanca no toma en serio esas declaraciones.

Obviamente, Irán nunca llegará a la paridad naval con USA, pero los países del CCG, incluso sus más nuevos integrantes, aupados por los barcos occidentales, probablemente se encuentran en el lado perdedor en una futura batalla naval con Irán, principalmente por su número y fuerza y su incapacidad para coordinar una campaña naval. Mientras USA siga proporcionando seguridad marítima al Medio Oriente, los países del CCG podrán estar tranquilos. Sin embargo, Irán lleva una ventaja y el GCC debería empezar a pensar en la implementación de un plan de modernización naval y el desarrollo de una industria propia si quiere sobrevivir.

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