Defensa destina 25 millones de euros al Centro Militar de Farmacia para convertirlo en referencia nacional contra epidemias.

 
 
Las obras de mejora en el Centro Militar de Farmacia situado en la Comunidad de Madridpretenden concentrar la mayor parte de las instalaciones en una “fábrica moderna, funcional, versátil en su ampliación y en un lugar que garantice su operatividad” como la Base San Pedro, en la que se encontraba en Centro de Instrucción de Reclutas número 1

Los trabajos deberán realizarse en un plazo máximo de treinta meses desde el comienzo de los mismos y se pagarán a lo largo de cuatro años. El proyecto actualmente se encuentra en su fase inicial a la espera de seleccionar una propuesta entre los distintos contratistas que participan en el concurso.

El de la Comunidad de Madrid es uno de los tres Centros Militares de Farmacia de las Fuerzas Armadas. Existen dos bases más en las provincias de Córdoba y Burgos, siendo este último el que hasta ahora goza de un papel más relevante en lo relativo a la producción de fármacos. Cuenta con una capacidad de producción que oscila en torno a los diez millones de comprimidos al mes.

Las labores de este tipo de instalaciones se vieron reimpulsadas a raíz de un acuerdo firmado en febrero del año 2008 que establece un protocolo de producción de medicamentos en casos de pandemia en España o en el extranjero. De este modo, estos centros pasaron a ocupar un papel que trasciende a las funciones de naturaleza castrense. Por ejemplo, ante la amenaza de la pandemia de la Gripe A, en Burgos produjeron más de 10 millones de dosis antivirales.

El Centro Militar de Farmacia, además de realizar labores de suministro de farmacia de la Armada y el Ejército, se encarga habitualmente de la producción de los denominados medicamentos ‘huérfanos, aquellos que por su escasa rentabilidad económica no están elaborados por empresas farmacéuticas pero que resultan de interés para las Fuerzas Armadas.

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