Alemania y Noruega se alían para producir submarinos conjuntamente.


Noruega y Alemania unirán fuerzas para la construcción naval de seis submarinos, cuatro para el país nórdico y dos para el germano, según anunció el pasado viernes el Ministerio de Defensa de Noruega, país de la OTAN que cada vez ve con más preocupación la amenaza de la Rusia de Putin.

De este modo, el constructor naval ThyssenKrupp Marine Systems ganó el contrato al que también aspiraba como finalista en la «lista corta» el astillero francés DCNS. Los submarinos que se construirán para el acuerdo noruego-germano estarán basados en el modelo de la clase 212A, ya en servicio en las armadas de Alemania o Italia. En la imagen superior, el U-32 de la clase 212A, de la Armada alemana. Las cifras del acuerdo aún no se han hecho públicas aunque el Gobierno noruego desveló que implicarán una relación a medio término entre ambas industrias y armadas. Se prevé que se incluyan entrenamientos comunes, mantenimiento, etc. Además, el acuerdo incluye como contrapartida la adquisición de misiles navales de la compañía noruega Kongsberg por parte de la Marina alemana para sus futuras fragatas MKS 180.

Según lo planificado por ambos gobiernos, el acuerdo se firmaría en 2019, para comenzar la entrega de los submarinos a mediados del año 2020 hasta 2030. «Noruega iniciará ahora las negociaciones finales con las autoridades alemanas. Cuando se establezca un acuerdo de gobierno a gobierno, se iniciará una negociación germano-noruega con el proveedor de submarinos alemán ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS). TKMS es el mayor productor de submarinos convencionales en Europa Occidental. El astillero tiene una larga experiencia con la construcción de submarinos avanzados y una gran capacidad de producción», asegura el Ministerio noruego.

Además desde Oslo se informa de que seguirá trabajando con los Gobiernos de Holanda y Polonia para crear una extensa colaboración en materia de submarinos. Esta noticia es un paso más para las sinergias y alianzas que se abren paso (y deben abrirse) en la Defensa europea y en su industria ante la nueva realidad (de presupuestos, de amenazas y economías de escala). (Jesús.R.G.)
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