La coalición internacional contra el ISIS plantea ya la conquista de Raqa tras la de Mosul.


A la reconquista de Mosul, la segunda ciudad más importante del califato del Estado Islámico (ISIS) situada en Irak, le seguirá la de Raqa, su principal feudo, situado en Siria. Los ministros de Defensa de los trece países occidentales participantes en la coalición internacional contra el ISIS han apoyado este martes en París ese plan. Existen discrepancias sobre la capacidad de resistencia de los yihadistas y las posibilidades de crear una fuerza autóctona de choque contra el ISIS en Siria, pero "el aislamiento" al feudo sirio de los yihadistas ya "ha comenzado", ha anunciado en Francia el jefe del Pentágono, Ashton Carter. Francia encabeza el grupo de países más decidido a continuar sin descanso la batalla contra el ISIS. Lo ha dejado claro el presidente François Hollande ante los ministros: “Raqa será el último bastión del ISIS si Mosul cae. Daesh debe ser erradicado de todas partes. Toda plaza fuerte será una amenaza. 

El objetivo final es ganar la guerra contra Daesh. Estamos decididos y preparados. Tenemos que lograrlo”. Y lo remachó luego su ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, ante los periodistas: "Raqa constituye un objetivo estratégico. La fase siguiente es Raqa". Otro grupo de países, entre los que figura Estados Unidos, son más prudentes, la menos en el calendario y las fuerzas con las que contar, que deben ser "locales y motivadas", como señaló Carter. La prudencia también se basa en el desarrollo de la reconquista de Mosul, lanzada la semana pasada. El primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, dijo dos días después de iniciarse la operación que el plan iba más rápido de lo previsto. Se lo comunicó por videoconferencia a los ministros de Exteriores de todos los países de la coalición, también reunidos en París, pero esa vez incluidos los árabes. Este martes, dicen fuentes militares franceses, los titulares de Defensa no han sido tan optimistas. 

El empuje de los más de 30.000 participantes en la conquista de Mosul se ve frenado por yihadistas suicidas, minas, bombas trampa y coches bomba situados en la ruta de aproximación a la ciudad. En Siria, además, será mucho más difícil que los aliados puedan formar y entrenar un ejército “medianamente homogéneo” con tropas de los diferentes grupos enemigos del ISIS. Los ministros se han reunido “para hacer un balance de las acciones de la coalición internacional para reconquistar las ciudades de Mosul y de Raqa”, ha dicho el ministro Le Drian, copresidente de la reunión junto con Carter. Junto a ellos, han asistido los representantes Reino Unido, Holanda, España, Australia, Italia, Alemania, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Nueva Zelanda y Canadá. Hollande ha insistido en su intervención en que Francia “ha aportado su parte” para lograr que el ISIS haya sido expulsado de buena parte de Irak. Y enseguida ha recordado: “Tras los atentados, decidí golpear al ISIS también en Siria”. 

Pero en Siria, además de la atomización de grupos combatientes, tres factores distorsionan un potencial ataque organizado contra la capital del ISIS: la presencia militar de Rusia, las fuerzas del régimen de Bachar el Asad apoyadas por Moscú e Irán, y el latente conflicto entre Turquía y los kurdos. Por eso, Hollande ha destacado que la unidad entre peshmergas y fuerzas iraquíes es “necesaria” para conquistar Mosul. Es la unidad que hoy parece imposible de lograr en Siria. De entrada, el secretario de Estado de Defensa de Estados Unidos y responsable del Pentágono ha afirmado en la capital francesa: "Rusia no forma parte de nuestro plan sobre Raqa". Turquía, miembro de la OTAN, recibe otro trato por parte de los occidentales pese a su cambiante actitud sobre el conflicto. "Turquía ha sido víctima del ISIS y es parte esencial de este combate. Con ellos debemos coordinarnos", ha dicho el ministro Le Drian. 

Los aviones solo pueden operar desde territorio turco —porque el país pertenece a la OTAN— o desde espacio aéreo internacional. Lo más probable es que su labor se centre en Irak, pero también podrían captar información de lo que ocurre en Siria. Pese a todo, París y Washington coinciden en que en un momento dado tienen que intentar la reconquista de Raqa como única fórmula para "dar al ISIS la derrota que se merece", en palabras de Carter. "Es nuestra estrategia", agregó, "y eso pasa por la intervención de fuerzas interiores", es decir, de los propios sirios y kurdos. También hay que pensar "en el día de después", según el Ejecutivo francés, en la creación de una nueva administración de la zona con participación de todos los grupos y etnias. “El reto es el futuro de esta ciudad y de Irak. Todos los grupos étnicos y religiosos deberán estar representados”. 

Francia, el país occidental más implicado en esta guerra, por detrás de Estados Unidos, también ha mostrado su preocupación por los dirigentes yihadistas que puedan huir o confundirse con la población local. Por eso, ha pedido al resto de naciones que compartan datos de los servicios de información, además para prevenir ataques y atentados porque los yihadistas “van a atacar por cualquier lugar a medida que retroceden”, ha advertido Hollande. Más de 1.300 franceses han salido del país para incorporarse al ISIS. En la actualidad, hay 700 en Siria e Irak, según el primer ministro, Manuel Valls. Su localización es una prioridad absoluta para París. Su potencial regreso a Francia para cometer atentados, además de los que se preparan en Siria o Irak, constituye la principal amenaza para el país, que alega “legítima defensa” para actuar en ambos países. (Jesús.R.G.)

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