2013 estuvo marcado para Rusia por una serie de hechos notables en política exterior y de defensa. La modernización mayúscula de las FFAA abarcó también la Marina de Guerra, arma principal llamada a robustecer la influencia de gran potencia naval en la arena mundial.
Resulta
simbólico que 2013 comenzara con el ingreso en la Armada del novísimo
submarino portamisiles atómico “Yuri Dolgoruki”, y terminara con la
entrada en la flota del “Alexánder Nevski”, un submarino de la misma
clase. El primero pasó a formar parte de la Marina de guerra el 10 de
enero, y el segundo, el 23 de diciembre. El presidente Vladímir Putin
destacaba entonces que la dinámica de la construcción de la flota de
submarinos atómicos permite confiar en que Rusia podrá renovar
totalmente para el 2020 el componente naval de su triada estratégica
nuclear. “Yuri
Dolgoruki” y “Alexánder Nevski” son submarinos del novísimo proyecto
955 Borei.
Submarino Borei
En fase de pruebas estatales se encuentra el tercer
portamisiles de este proyecto, el “Vladímir Monomaj”, el que entrará en
guardia activa ya el año próximo. Y en los siete años siguientes, la
Marina de Rusia recibirá otros cinco submarinos nucleares del proyecto
Borei. Es más, toda edición siguiente representará una variante
perfeccionada del “Yuri Dolgoruki”, el primer modelo de la serie de
submarinos atómicos. Por
ejemplo, si cada uno de los tres Borei mencionados está armado con
dieciséis misiles balísticos Bulavá, los submarinos siguientes estarán
ya pertrechados con veinte de tales misiles. En dependencia de la
modificación, la parte que se separa de la ojiva Bulavá puede atacar el
blanco con desde seis hasta diez cargas nucleares de guiado individual. Rusia
acometió tal modernización dinámica de sus fuerzas nucleares
estratégicas no por el deseo de contar con un “garrote nuclear” mayor,
sino porque los sistemas soviéticos de armas nucleares habían caducado,
indica el director de la revista Defensa nacional,
Igor Korótchenko. Por ejemplo, en la flota del Pacífico van que dando
solo tres submarinos estratégicos del obsoleto proyecto 667BDR Calamar.
Es hora de darlos de baja debido a que el plazo de explotación de cada
uno supera ya los treinta años. Ellos serán relevados justamente por los
portamisiles de la familia Borei. Sin embargo, la flota está aún
integrada por seis submarinos estratégicos del proyecto 667BDRM Delfín
(Delta VI según la clasificación de la OTAN). Estos marinos fueron
reparados y modernizados y están armados con misiles balísticos de
combustible líquido Sinevá, explicaba Igor Korótchenko: "Se
piensa que seguirán integrando la flota de diez y hasta quince años
quizás, para luego ser relevados también por Borei modernizados. Cuando
finalice el ciclo del servicio de los submarinos atómicos soviéticos
estratégicos, más adelante contaremos con cuatro Borei en la flota del
Pacífico y con cuatro más en la flota del Norte. Así estará asegurado el
patrullaje continuo, como mínimo, de dos submarinos, uno en la flota
del Norte y el otro en la flota del Pacífico, en disposición de disparo
inmediato de misiles contra un enemigo potencial". Aparte
de los Borei estratégicos, la Armada deberá estar integrada para 2020
por no menos ocho submarinos atómicos multipropósitos del proyecto 885 Yasen, armados con misiles cruceros de cuarta generación.
Submarino Yasen
El primer
submarino de esta serie, el “Severodvinsk” está a punto de ser botado. En
general, para el programa estatal de armamento está previsto un
presupuesto, sin precedente desde los tiempos de la URSS, de más de
veintidós billones de rublos, indica Víktor Baranetz, analista militar
del periódico Komsomólskaia Pravda: "Y
buena parte de este programa estatal, cerca de un tercio, está
destinado especialmente para la construcción de nuevos buques para la
Marina de Guerra, incluidos los submarinos atómicos. De aquí al 2020
deberemos contar con unos quince submarinos novísimos de estos tipos,
los que van a constituir un fortalecimiento ponderable de nuestra flota
atómica. Para nosotros son indispensables para garantizar la presencia
total en todos los mares y océanos y para ser, no en las palabras, sino
en los hechos, una potencia naval con mayúsculas". Además,
representantes de la Armada de Rusia anunciaron no hace mucho la
modernización, en los próximos años, de nueve submarinos multipropósitos
del proyecto 971 Shuka-B (en el registro de la OTAN Tiburón).
Submarino Lada
Estos
sumergibles están armados con un conjunto de sistemas modernos de choque
con misiles submarinos Ráfaga y misiles de crucero Granada. Estos
submarinos pueden destruir tanto los objetivos navales del enemigo,
comenzando con portaaviones y terminando con sumergibles, y atacar
además sus blancos en la costa. La
flota rusa de submarinos está siendo enrique cida, además, con nuevas
modificaciones de submarinos diésel del proyecto 636 Varsoviana y con
buques del último proyecto 677 Lada. Todos ellos están premunidos con
sistemas modernos de armamento, incluidos, por ejemplo, misiles de
crucero del sistema Club (Calibre o Biriuza). Los submarinos del
proyecto Varsoviana son bien cotizados en el extranjero. En
general, la Armada de Rusia recibió en 2013 varias decenas de buques de
guerra y auxiliares, entre ellos, corbetas sigilosas (del proyecto
20380), fragatas, buques portacohetes y lanchas portamisiles. Y después
de la entrega a la India del modernizado para ella portaaviones
“Vikramaditya” (en sus días “Almirante Gorshkov"), en círculos militares
rusos se reanudó la discusión de la creación de una flota propia de
portaaviones.
De momento, nuestra Marina de Guerra cuenta en la flota
del Norte con un portaaviones atómico pesado, el “Almirante Kuznetsov”. A
juicio de militares, y también de muchos políticos, el elemento de la
sorpresa en las relaciones internacionales y los intereses geopolíticos
de Rusia exigen la construcción de nuevos portaaviones. Entre los
expertos está difundido el juicio de que la experiencia de la
modernización profunda del portaaviones atómico “Almirante Gorshkov”
puede servir de buena reserva para la creación de nuevos portaaviones.
Sin embargo, ello dista de ser algo inmediato. Víktor Litovkin, director del periódico Revista militar independiente,
explica que el portaaviones no figura el pedido estatal para la
defensa. Pero sí está planteada la tarea de elaborar un proyecto de
crucero atómico de quince a dieciséis mil toneladas de desplazamiento.
Litovkin agrega que hay que entender que un crucero portaaviones no es
la panacea en sí: "Es
decir, un portaaviones con una cantidad determinada de aviones de caza o
bombarderos, y con un avión de radar de alcance y de orientación. Y a
ello hay que agregar todo un convoy, a saber, unos cuantos cruceros
corrientes, portacohetes, posiblemente varias fragatas, unas cuantas
corbetas, y después vienen las naves de abastecimiento.
Recreación artística de como podría ser el futuro portaaviones de Rusia
De suerte que
esta es una tarea muy compleja que no se limita a la construcción de un
portaaviones. Hay que crear tales grupos de portaaviones, como mínimo
uno para el océano del Norte y otro para el Pacífico". A
juicio de expertos, después de 2020 se podrá hablar realmente de la
creación de un nuevo portaaviones ruso, cuando se ponga término al
programa comenzado de modernización de las FFAA, y los militares
formulen, definitivamente, la imagen del conjunto de portaaviones
indispensable para Rusia. Por
último, dentro de los distintos sucesos navales de 2013 se recuerdan no
solo los nuevos sumergibles Borei y otras novedades que ingresaron en
la Armada de Rusia. El emblema de San Andrés, la bandera de la Marina de
Rusia, que flameara junto a las costas de Siria, en los buques de la
nuevamente formada agrupación del Mediterráneo revela de manera
elocuente que la flota rusa navega segura, después de un prolongado
intervalo, en el océano mundial, el que no se propone abandonar.
Fuente: http://spanish.ruvr.ru/
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