Defensa decidirá en diciembre el cierre de infraestructuras militares.


Pedro Morenés y Artur Mas acompañaron ayer a los Príncipes de Asturias en la entrega de diplomas de la academia de suboficiales de Talarn, en Lérida
 
Los nacionalistas catalanes hicieron lo posible y lo imposible por eliminar del monte de Tremp el lema de la Academia de Suboficiales de Talarn, «A España servir hasta morir», y lo lograron. El lema desapareció en medio del regocijo del nacionalismo, que no pocas veces ha criticado la presencia del Ejército en Cataluña. Pero los rumores dispararon las alarmas sobre la posible desaparición de la Academia, la comarca en la que se sitúa ha puesto el grito en el cielo ante lo que podría ser una debacle económica para la zona. Nacionalistas de postín se han colocado en la defensa a ultranza de una institución que renta, y mucho, a la zona. Y al frente de ellos, Artur Mas, presidente de la Generalitat catalana, que ayer compartió acto y preocupaciones con el ministro de Defensa, Pedro Morenés, en Talarn, durante la entrega de despachos en el acuartelamiento.

Mas anunció ayer que se reunirá en breve con el titular de la cartera para hacerle ver la necesidad de que la Academia siga abierta y en pleno funcionamiento. Entre otras cosas, de ella dependen 800 puestos de trabajo y su presencia la convierte en la primera empresa de la comarca. Entre las preocupaciones que ayer trasladaron a Morenés citaron el hundimiento más que seguro de las academias de inglés de la zona, que se nutren de los militares que las usan para aprender el idioma, o buena parte de los comercios, que verían caer sus ingresos un cincuenta por ciento como mínimo. Morenés es perfectamente de la necesidad a la que alude Mas, pero ayer emplazó a esperar a diciembre para tomar una decisión definitiva sobre ésta y otras instalaciones militares en el resto de España, dentro del plan de infraestructuras de su departamento. 

«El Gobierno tiene que tomar decisiones importantes de racionalización ante la caída de recursos y de ingresos», aseguró ayer, según informa Efe. Durante el último mes, el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante Fernando García Sánchez, se ha reunido con los estados mayores de los ejércitos y la Armada para iniciar el estudio de qué infraestructuras se pueden suprimir ante la acuciante necesidad de recortar gastos, y según la viabilidad de cada una de ellas se tomarán las decisiones oportunas en diciembre. Por de pronto, Morenés abrió la puerta ayer a que la racionalización a la que aludía no pase necesariamente por el cierre de la Academia, sino por buscarle más utilidades que pueden ser incluso civiles. «Si no, tendremos que prescindir» de las instalaciones, sentenció. Eso sí, se despidió de Talarn con un «hasta el año que viene».

Fuente: http://www.larazon.es

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