Acto de despedida de ASPFOR XXXI, la III Bandera Paracaidista parte en junio a Afganistán.

 
«Tendremos que llevar la preocupación por dentro, porque bastante tienen ellos ya». Las palabras de los familiares de los caballeros y damas legionarios paracaidistas que en apenas una semana parten a Afganistán, resumen el sentimiento que sobrevoló ayer la explanada del acuartelamiento de Santa Bárbara (Javalí Nuevo) en la despedida oficial del millar de militares, que presidió el jefe de la Fuerza Terrestre, el teniente general José Ignacio Medina, junto al presidente Ramón Luis Valcárcel.

Será el contingente número 31 que nuestro ejército desplace al país asiático dentro de ISAF, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad. Su destino, Qala-i Naw, la capital de la provincia de Badghis, una de las más pobres del país. Allí, la III Bandera Paracaidista formará el núcleo central del despliegue español, que suma en total 1.202 efectivos, junto con unidades como el Regimiento de Inteligencia nº 1, un batallón de Asuntos Civiles, la Agrupación de Apoyo Logístico 11 y guardias civiles adscritos a tareas de policía militar. Según la información facilitada por la Brigada Paracaidista, el 4% del contingente son mujeres y el 7% son tropas «no nacionales».

Pero las cifras que de verdad interesan a los familiares -y también a los propios uniformados- se refieren tanto a la seguridad del despliegue -la BRIPAC no ha sufrido ninguna baja durante el despliegue en Afganistán, que dura ya diez años- como a su preparación. Y es que más de la mitad de los soldados que parten a Qala-i Naw ya conocen la base de apoyo provincial en la que la mayor parte se desplegará, y siete de cada diez ha participado a lo largo de los años en misiones de paz en el exterior.

 
El teniente general Medina advertía a sus soldados de que se van a enfrentar a un «escenario difícil», tanto por el constante hostigamiento de una insurgencia peligrosa aún pese a la simpatía que los españoles despiertan en la provincia -fruto del esfuerzo en la reconstrucción de infraestructuras como carreteras, hospitales o escuelas- como por la dureza del clima o el choque cultural que supone plantarse en un país casi sin estado, de estructura tribal y con valores muy distintos a los nuestros.

«Daremos lo mejor»
Sin embargo, los propios 'paracas' reconocen que han estado meses preparándose para la misión. «Nuestras familias son nuestro principal apoyo», señalaba uno de ellos, «pero allí somos una unidad y tenemos que apoyarnos en los compañeros, de los que sabemos que darán lo mejor». Pese a que Defensa no ha facilitado fecha exacta de vuelta del contingente, la duración de la misión es de entre cinco y seis meses, por lo que 'nuestros chicos' estarán de vuelta en noviembre.


El despliegue español en el país originario de los talibanes está previsto que concluya en 2014. De hecho, para el próximo año ya se contempla una reducción de efectivos. La III Bandera, la que lleva el nombre de Ortiz de Zárate, uno de los caídos ilustres de la BRIPAC en Sidi-Ifni, casi seguro que tendrá que volver a viajar a Afganistán. Así que, como decía el teniente Furillo a sus policías de 'Canción triste de Hill Street', solo queda decir «y tengan cuidado ahí fuera».
 
Fuente: http://loquetengaqueser.blogspot.com.es/

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