El Ejército se plantea "abrir el abanico" de desarrollo profesional de heridos, incluso su participación en misiones.

El Ejército de Tierra se está planteando la posibilidad de "abrir el abanico de posibilidades de desarrollo personal y profesional" en el seno de las Fuerzas Armadas por parte de los militares que han sufrido heridas en acto de servicio, de manera que puedan continuar su trayectoria "especial" mediante ascensos, asistencia a cursos y puestos "incluso fuera de las fronteras, en misiones de paz". Así lo ha explicado el director de asistencia al personal del Ejército de Tierra, general de División José Manuel Sanz Román, durante el foro de debate sobre las 'Bajas en combate' organizado por el Grupo Atenea, que se ha celebrado este martes en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), en el que se ha analizado la última orden ministerial aprobada por el Ministerio para la incorporación de militares con una discapacidad sobrevenida durante el servicio a las unidades de las que formaban parte.
 
La subsecretaria del Ministerio de Defensa, Irene Domínguez-Alcahud, ha reconocido que esta norma es un "primer paso" que responde al "deber de responsabilidad" frente a los militares heridos, de cuya "experiencia y preparación" no quieren "prescindir" las Fuerzas Armadas. En concreto, ha explicado que se está estudiando cómo reformar la Ley de la Carrera Militar para que estos militares que desean seguir vinculados a las Fuerzas Armadas puedan tener acceso a sucesivos empleos de carácter honorífico. Asimismo, el general Sanz Román ha explicado que el Ejército de Tierra está trabajando en una instrucción que desarrolla la orden ministerial aprobada este mes de marzo y ha apuntado que, además de las cuestiones relativas a los ascensos, podrían regularse aspectos como los cambios de destino y la posibilidad de que estos militares ocupen puestos "incluso fuera de nuestras fronteras, en misiones de paz", de manera que se abriera el "abanico de posibilidades de desarrollo personal y profesional" para estos miembros de las Fuerzas Armadas.

CAMINO POR RECORRER 
El general del Ejército ha apuntado además que existe aún un "camino por recorrer" en el apoyo a los heridos y, en concreto, ha indicado que habría que abordar aspectos como los gastos de los familiares de heridos, los gastos de la repatriación de extranjeros y el descenso en las retribuciones que sufren los militares mientras se les tramita el expediente de insuficiencia de condiciones. En este punto, ha explicado que durante 2011 un total de 170 militares se vieron afectados por la pérdida de complementos durante la tramitación de sus expedientes, que ha cifrado en 440.000 euros en total. La subsecretaria se ha comprometido a estudiar este asunto y ha asegurado que ya se trabaja para "solucionar" esta cuestión.                                       
 
Por otra parte, Domínguez-Alcahud también ha aclarado que, aunque la orden ministerial plantea cuáles son los casos que se pueden acoger a la reintegración especial en unidades, la voluntad ha sido "dejar abierta la viabilidad" de manera que "todo el mundo que quiera pueda hacerlo". Entre los ponentes en el foro estaba el teniente Agustín Gras, que perdió una pierna en un atentado en Afganistán en junio de 2011 y que desde entonces ha hecho patente su voluntad de continuar sirviendo en las Fuerzas Armadas, impulsando con su testimonio la elaboración de la normativa recientemente aprobada. El teniente Gras ha explicado su experiencia al foro organizado por Atenea y ha señalado que la razón de su "mayor motivación" para continuar trabajando en su rehabilitación y su entrenamiento para "intentar estar en disposición de continuar sirviendo" en las Fuerzas Armadas es "la certeza de los hombres que hay en el Ejército". De hecho, se ha mostrado convencido de que si no hubiera sido por la actuación de los militares a los que mandaba en el momento del atentado, que reaccionaron con "eficacia, determinación y valentía", no hubiera sobrevivido al artefacto explosivo improvisado que le sesgó una pierna. 
 
En concreto, ha narrado cómo el soldado Ibrahim Manan, a pesar de tener 12 costillas, una vértebra y un omoplato fracturados, regresó al vehículo del que había salido despedido como consecuencia de la explosión y participó en las tareas de extracción de los otros heridos, "negándose a ser atendido antes que sus compañeros". El teniente ha reconocido que su escasa experiencia como oficial del Ejército, ya que sólo ha estado 18 meses en activo, le ha dejado un "sabor agridulce", por el "duro trance" por el que ha tenido que pasar. Sin embargo, ha destacado el "privilegio" que le supuso estar al mando de un equipo "magnífico" y ha dicho que ha salido "relativamente bien parado" del sacrificio que le ha tocado vivir, porque "sólo" ha perdido "media pierna".

Fuente: http://www.europapress.es/

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