Israel no descarta un ataque unilateral contra Irán.


 
Israel presiona a Estados Unidos para concretar a la brevedad un ataque preventivo conjunto contra las instalaciones nucleares y de misiles de Irán como represalia por el peligro que representa el programa nuclear cuyo desarrollo puede desembocar en el breve plazo en la construcción de una o varias armas nucleares. Ante la resistencia de Estados Unidos a una acción inminente, no descarta la posibilidad de un acto unilateral.
 
A pesar que Estados Unidos comparte la preocupación y mantiene la hipótesis de la opción militar, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, General Martin Dempsey, puso distancia con el sentido de urgencia que transmite Israel. En una reunión de urgencia celebrada en Jerusalén el 20 de enero, el General estadounidense habría advertido que Washington no entraría en una guerra con Irán en el caso que Israel decidiera atacar unilateralmente.
 
Para Estados Unidos resulta esencial agotar todas las instancias diplomáticas. En primer lugar, esperar los resultados y efectos del embargo financiero y petrolero. En segundo término, recibir el informe de los técnicos del Organismo Internacional de Energía Atómica que se encuentra nuevamente de visita en Irán. En tercer lugar y de confirmarse la falta de voluntad política de Teherán de poner fin al enriquecimiento de uranio, intentarían una nueva resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (seria la sexta) que legitimará la eventual necesidad de una acción militar.
 
Para Israel, en cambio, esa estrategia no es conducente y solo le permite a Teherán ganar tiempo para continuar con los desarrollos del arsenal nuclear. Asimismo, considera que la acción del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas seria una pérdida de tiempo ante un eventual veto de Rusia o de China o de ambos. En ese marco, la preferencia es una acción relámpago. La política que se promueve en Jerusalén sería la de prevenir antes que lamentar aun a riesgo de recibir críticas o condenas de numerosos países en distintas geografías.
 
Desde una perspectiva política una acción militar contra Irán tiene numerosos riegos, incluyendo la posibilidad del cierra del estrecho de Ormuz o, entre otros, acciones terroristas indiscriminadas. Por otro lado, un bombardeo contra Irán tampoco asegura resultados. Muchas de las instalaciones nucleares relevantes como las fabricas de misiles de mediano alcance, se encuentran bajo tierra y con protección contra ataque con armas convencionales.

Fuente: http://www.infopuntual.com 

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