EE. UU. mira a Irán y piensa en la guerra.


Mientras EE. UU. está por finalizar la guerra en Irak, parece que ya piensa en otra. Así, el ex vicepresidente estadounidense Dick Cheney pidió un ataque aéreo sobre Irán luego de que fuera capturado un avión espía no tripulado estadounidense en el país persa. En una entrevista con una cadena de noticias internacional, Cheney dijo que la destrucción de la aeronave derribada era la opción más correcta. Sin embargo, algunos politólogos de EE. UU. advierten sobre consecuencias catastróficas de una posible intervención militar.

Mientras tanto, el Congreso estadounidense apoyó el endurecimiento de las sanciones contra Irán. Las medidas se refieren a las compañías de la industria petrolera, a las infraestructuras y a la adquisición de la deuda soberana de la república islámica.

La analista política, Laila Tajeldine, cree que con sus labores de espionaje, el país norteamericano busca pretextos para justificar una posible intervención. EE. UU., después de Gran Bretaña y Canadá, anunció nuevas sanciones financieras y energéticas contra Irán para acabar con las supuestas ambiciones del país islámico en el sector nuclear.

Teherán afirma que las sanciones económicas internacionales tienen un efecto doble y perjudican tanto al sancionado como a quien las impone. Rusia considera el endurecimiento de las sanciones unilaterales contra Irán como una medida inaceptable y contraria al derecho internacional.

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