Muerte en la gran ruta del opio.

img687.imageshack.us/img687/8662/c617x266028nac09fot1.jpgEl sargento primero Joaquín Moya caminaba a media cota por una loma al norte de Ludina. A su lado, dos tiradores de precisión españoles; por encima, en lo alto de la loma, una compañía afgana; por debajo, en el valle, una española. Una patrulla de vehículos españoles transita por la zona de Ludina hace escasos días, la misma donde el domingo cayó el sargento primero Moya. De repente, una primera ráfaga de disparos le hace echarse cuerpo a tierra y una segunda es en la que recibe el disparo mortal, que le entra por la parte superior de la espalda en vertical hacia abajo. 

El ataque desde una loma situada a uno seiscientos o setecientos metros fue realizado con fusiles AK-47 y ametralladoras RPK, aunque aún está por determinar qué tipo de proyectil impactó mortalmente contra el sargento primero. Lo que sí descartan fuentes militares conocedoras de la operación es que el disparo fuera efectuado con un rifle de precisión, por cómo quedó el cuerpo y porque no había orificio de salida de la bala. A esa distancia, explican, «un proyectil tanto de Barrett como de Dragunov hubiera hecho estragos».

La compañía mixta (compuesta por mentores españoles y militares afganos) vigilaba una zona importante para el desarrollo futuro de la misión pero especialmente peligrosa por las características de la zona y por quiénes la controlan. El contingente español está aplicando en el oeste de la provincia de Badghis la misma metodología que ya aplicó en el valle de Murghab, en el este de la región: ir estableciendo bases avanzadas o puestos de observación en territorio hostil para hacerse con el control del mismo. El primer puesto de observación ya está casi concluido. El siguiente paso es una base de mayor entidad que mantenga una presencia constante de una compañía o sección afgana.

En el área de Ludina, donde cayó el sargento primero, esta misión tiene dos objetivos. El primero consiste en terminar de construir la ruta Lithium, una carretera que une Qala-i-Now (sede del contingente y capital de la provincia) con Bala-Murghab (al norte, donde confluiría con la carretera que construye la OTAN, la Ring Road). El segundo, cerrar una de las tres principales rutas de salida del opio hacia Turkmenistán, que va precisamente por el valle donde el domingo murió el sargento primero Moya y donde ayer cayeron los primeros copos de nieve. Las otras dos rutas se encuentran más al norte, ambas en zona de control italo-estadounidense.

Esta presencia constante de tropas españolas en el valle y su zona de influencia ha generado multitud de hostigamientos, tanto irrelevantes como con consecuencias dramáticas.

Bomba mortal
Nueve miembros de una familia y dos agentes de la Policía Nacional  afgana murieron ayer como consecuencia de la explosión de una mina anticarro al paso de su vehículo por una carretera en la provincia de Badghis, la región en la que está desplegado el grueso de nuestras tropas.

Fuente: http://www.larazon.es

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