Adiós a las armas: En EE. UU. desmantelan la última bomba atómica gigante.


Estados Unidos empezó a desmantelar las bombas B53 en los años 80 del siglo pasado, pero hasta 1997 varias de ellas aún formaban parte de las Fuerzas Estratégicas Nacionales.
Este martes 25 de octubre, la empresa estadounidense Pantex, de Texas, terminó el desmantelamiento de la última bomba nuclear clase B53 de la época de la Guerra Fría.

Oficialmente, la bomba termonuclear (de fusión) nuclear B-53 de 9 megatoneladas, es decir unas 600 veces más grande que la que fue lanzada sobre Hiroshima, se creó para destruir búnkers y otros objetos subterráneos fortificados, pero en realidad era capaz de aniquilar por completo toda vida en un vasto territorio.

El monstruo de 4,5 toneladas de peso engrosó el abundante arsenal nuclear estadounidense en 1962, en plena crisis de los misiles. La bomba fue diseñada para ser lanzada desde el bombardero estratégico B-52, para lo cual se le dotó de paracaídas, a fin de retrasar su caída y dar tiempo para que el avión se alejara.


Hoy por hoy, EE. UU. cuenta con las bombas termonucleares B-61 de decimoprimera generación, diseñadas para ser lanzadas desde aviones a alta velocidad. Este nuevo arsenal pesa unos 540 kilos, tiene una carcasa reforzada y espoleta de acción retardada, para penetrar varios metros antes de detonar.

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